¿Qué va a suceder con ellos, lograrán una historia de amor a pesar de la diferencia de edad? ¿O descubrirán en el camino que no es más que atracción física?
CARLOS
“Quiero besarte los labios”, le dije.
Era mi idea desde hace tiempo, desde aquel café.
La conocí por una solicitud en redes sociales. Después de un tiempo y yo muriendo de amor por ella, tenía la oportunidad de un tercer café a su lado, quería todo con ella y siendo un cursi empedernido, le miraba como el universo entre mis manos. Llegaba el día de ir por todas las canicas.
Yo, como toda mujer de mi edad y varias malas experiencias, no estaba tan segura de ese tercer café. Era demasiado grande, no de edad, ¡de tamaño! y su insistencia en saber cosas de mi vida, como la dirección de mi casa, me hacían temer pero cuando su sonrisa de niño inocente aparecía en su rostro, esta me hacía dudar. Decidí ir a la cita.
La mujer más bella que había salido conmigo sin tener una cuestión de trabajo de por medio, me puse perfume, había leído que da puntos extra, camisita bien planchada y los jeans más pipiris del clóset. ¡No podía llegar tarde a la cita de mi vida! Recuerdo que revise los mensajes de la conversación de whats app y contemplé por un par de minutos la foto del primer café, coleccionista de fotos, no por la mala memoria que me cargo, sólo porque soy romántico y un loco de los recuerdos la neta. Después de un par de suspiros, salí corriendo de casa para no perder costumbre y llegar tarde. El café cerca de casa esta vez su territorio.
MARTHA
Lo cité en un café cercano a mi casa, sin decirle obviamente que tan cerca de mi dirección. Nunca pasó por mente que este tercer café era una cita romántica, por lo que sólo me aplique un poco de brillo labial. Bueno, haciendo memoria yo me había comprometido a darle un beso por tan bellos versos que había escrito para mí. Se lo había ganado. Pero aquí entre nos, nunca creí que me lo iba a cobrar, pensé que era algo que dices y que se va al basurero mental. ¡Pero no! El gordito en cuestión iba con todo, lo noté cuando llegué y lo primero que me vio ¡fueron los senos! Aclaró que no fue a propósito que ese día allá elegido ese vestido que recuerdo me quedaba muy justo. Ya una vez instalados, pedimos nuestras bebidas y no sé cómo o por qué me empezó a contar parte de su corta vida. Experiencias muy personales. Fue cuando me di cuenta que podía confiar en él. Aunque estaba muy entretenida la plática las 10 ya iban a dar, así que tuve que pedir la cuenta. Me acompañó a mi súper camioneta, tan imponente como yo. Y fue ahí donde confirmé que iba en serio lo del beso. Cuando estaba dentro de mi auto, me recordó que la cita era para que yo pagara lo que había prometido. Juro que no lo quería hacer, no era lo que llevaba en mente. Cuando se me acercó, sentí que no podía y me hice hacia atrás. Me resistí hasta que se sonrío y esa sonrisa de niño inocente me animó. Lo hice.
La tibieza de su boca me hizo sentir cómoda. Fue su abrazo lo que me confirmo que era un hombre sincero y muy cariñoso. Me abrazo como si me quisiera de tiempo atrás, con amor, con ternura y muy fuertemente. Me fui a casa con una mezcla de sentimientos, confundida.
CARLOS
Llegué a la cita con la cabeza hecha una bola de sentimientos, me bajé de mi coche y fui hasta su camioneta, tratando de guardar compostura, sólo pude articular un "!wow!". Sí, desorbitado y profundo, gracias, lo hermosa que se veía con un vestido blanco y a su bella sonrisa acompañada de esos ojos cafés, tan profundos y bellos como el cielo.
Estaba pasmado, fuera de este mundo, sólo recuerdo que le tendí la mano y como unos chiquillos cruzamos la calle para llegar al café. Yo le seguía y ella con pasos firmes me dirigía hacia su andar.
Entramos al café citado y la verdad es que no recuerdo la plática, sólo podía concentrarme en su sonrisa, en sus labios y en sus hermosos ojos, con una de sus manos entre las mías.
Salimos del café por la hora, teníamos que partir, moría de nervio, ¡pero quería probar sus labios! Salimos del café, de nueva cuenta con ella dirigiendo el barco, se volvió capitán desde el primer segundo, y lo único que escuché de los chicos del ballet parking fue un "mira no más que suertudo". Llegamos a su camioneta y ella intentaba huir de lo que yo deseaba, más allá de un "suertudote". Necesitaba saber los secretos de sus labios, les dije que me pondría cursi, la verdad es que sólo podía pensar en ella, en robarle un beso y ver qué pasaba. Me acerque, le tomé por la cintura y trató de huir en repetidas ocasiones, ja, ja, ja... Después de un abrazo largo y fuerte de mi parte, sin decir "agua va", sus labios impactaron mi universo sobre mis labios, estallaron cristales, cayeron meteoritos, los volcanes explotaron en erupción y el big bang tuvo sentido. Era la indicada, me volvió su esclavo y amo del universo entre sus labios, me derritió, se volvió mi todo en un segundo, tuvimos que despedirnos. Yo no podía ni recordar mi nombre, habría aceptado llamarme Pánfilo. Desde entonces dormí con una sonrisa, y desde esa noche sigo pensando en ella, sólo en ella.
MARTHA
Mi noche transcurrió en calma porque aquieté mi mente diciéndome lo sucedido no se volvería a repetir. Mis bases: no es el tipo de hombre que me busco, ni siquiera me gusta, aunque con carrera, es fotógrafo de bodas y la más importante le doblo la edad. Convencida de que era la última vez que lo vería, ya que no lo pensaba buscar ni para ese photobook que tanta ilusión me hacía y que además me había dado un súper precio. : (
Mi mañana transcurrió de lo más normal, aunque de repente venían a mi mente las imágenes de él acercándose a mis labios. Me encontraba en las nubes, cuando el ruido del teléfono me sacó de mis pensamientos, era un whats de Carlos. Éste decía: Hola ¿cuándo nos tomamos otro café para ahora sí hablar de tus fotos? No supe en ese momento si responder su whats, no estaba en planes volver a verlo. Lo deje en visto, pero sólo por un momento y le respondí, según yo, por amable, finalmente nunca me había faltado al respeto. De veras no sé en qué momento o cómo pasó, pero el caso es que después de ese mensaje, desde ese día nos vimos en repetidas ocasiones por no decir que diario. Continuará...
Hola amable lector, lo invito a que sea parte de esta historia que apenas inicia entre Martha, empresaria, y Carlos, licenciado en Artes. Lo interesante es que usted podrá opinar y sugerir situaciones. Será la historia de todos y juntos la llevaremos al desenlace, ¿les gusta la idea? Queda a su disposición mi correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para recibir sus opiniones.
Hasta la próxima...