Susy, la que organiza siempre, hace la lista de lo que nos toca llevar a cada una y esta lista es muy clara. No sé porque siempre hay una que tiene alguna duda ¡y esto hace que las demás dudemos tambien! Entonces se arma la romería, pero ¿saben? ¡me encanta que no nos podamos poner de acuerdo! Porque entonces nos hablamos, nos reunimos más de una vez para poder llegar a un acuerdo y la verdad nos la pasamos súper bien. No entiendo cómo los hombres arman sus reuniones al vapor, sólo llegan y dicen yo traje esto, y yo esto y listo ¡a tomar! Creo que las mujeres nos complicamos mucho, en fin… la cosa es echar el cotorreo.
Cuando se llega el día de la reunión, (obvio ese día todas hacemos el doble de cardio sabemos que comeremos hasta reventar) empieza el desfile de modas a muy temprana hora, porque lo que sea de cada quien todas tienen cuerpazo, personalidad y muy buen gusto para vestir, no lo digo porque sean mis mejores amigas, digo lo que es.
Paty, que muy amablemente pone su hermosa casa para la reunión nos recibe con una copita de vino, nos vamos acomodando en la mesa de la cocina y nos ponemos a ayudar a terminar la cena. La plática que se arma entonces no tiene igual. Nos ponemos sentimentales y empezamos a recordar cómo se formó el grupo, cómo hemos ido cambiando, cuantas más se han integrado, que seguimos solteras ¡snifff!
Llega el momento del intercambio de regalos. Por regla cuando se entrega el obsequio se tienen que resaltar las virtudes de la persona, esto lo convierte en un momento único donde todas declaramos nuestro amor y admiración hacia nuestras amigas. Lo más simpático es ver la cara de cada una de ellas cuando abren su regalo (a mí me encantó mi cosmetiquera, gracias Conchita) a unas les encanta y a otras no tanto pero igual lo agradecen. Hacemos el brindis deseándole al mundo mejores cosas, por cierto el vino blanco espumoso que llevó Sarita para el brindis estaba riquísimo (suspiro).
Llegó la hora de las fotos para el recuerdo y obvio para compartir en Face. Todas con actitud de divas ofrecemos nuestras mejores poses a la cámara, tomamos pocas, ¡unas mil!
Muy atinadamente Lupita llevó la piñata, nos acercamos para cantar el “dale, dale, no pierdas el tino” cuando por fin Clara rompe la piñata, se escucha un grito común y todas al piso a ganar los dulces y cacahuates que llenaban la “estrella” (en este momento el glamour sale sobrando) raspadas y despeinadas nos reincorporamos muertas de risa y aún arrebatándonos los “pelones”. Romper la piñata es lo más divertido de las reuniones navideñas.
La mesa está servida nos anuncia Carmen. Corremos a ocupar nuestros lugares, la cena acompañada de vino tinto, una delicia digna de nosotras jajaja. Después de la cenita viene el baile hasta que nos vamos cansando y poco a poco la casa de va quedando vacía….
Estas fechas son mis favoritas. Me reúno con familiares y amigos que veo poco en el año, como ensalada de manzana sin medida, mis ventas se incrementan y tengo oportunidad de dar regalos a la gente que quiero ¡me encanta compartir! En fin, Diciembre es uno de los meses más movidos del año, al que hay que sacarle todo el provecho que se pueda dando y recibiendo….¡CARIÑO!