Me mata convivir con niños, son la neta, pero son espontáneos, pero son honestos, pero hacen lo que les da la gana, sólo piensan en ellos… y esto no es egoísmo, a esa edad ni lo conocen porque vibran en el estado más puro y alto del amor, en amor propio; viven al tope. No hacen lo que dictan las reglas sociales, hablan con quien sea, no juzgan, hacen lo que sienten y no dejan de hacer lo que desean por temor a no ser aceptados o criticados. En cambio en el mundo de los adultos actuamos todo lo contrario. Hacemos siempre lo que dice la sociedad que está bien, por pertenecer, para que no se enojen contigo, si vemos este actuar desde afuera, esto es una violación que nos hacemos nosotros mismos.
Cuando crecemos perdemos toda esa espontaneidad y empezamos actuar desde el miedo a ser juzgados. Hace algún tiempo me instale en mi libertad y me solté y me permití ser espontánea. Entonces ya no reprimo mis emociones, si algo me molesta como alguna injusticia me enfado y lo digo, si algo me emociona grito, brinco, abrazo a quien se encuentre cerca, río a carcajadas… canto bajo la lluvia ;) si se me antoja un pastel de chocolate me lo como, lo disfruto; si me quiero vestir de fiesta y es de día lo hago; me permito sentir la música y bailar donde la escuche, que la gente diga está loca !pos ya está, lo estoy! pero me permito expresarme y ser feliz.
Y entonces los demás hablan de mi vida, mientras yo la estoy viviendo ¡ja, ja, ja!
Cuando te das el chance de vivir libremente en conciencia y no lastimar a nadie entonces ya estás viviendo, y es que venimos a hacerlo, no creo que Dios quiera una vida de apariencias cuando en el fondo deseamos más, él quiere nuestra felicidad. Atender la vida desde el amor real y no desde el miedo a no ser aceptado, es entonces cuando dejamos el baile de máscaras que es esta vida por las imposiciones de la sociedad o de la religión.
Muchos años de mi vida los viví siendo correcta y guarde emociones que me llevaron a la depresión. Cuando salí de ese estado e identifique que fue lo que me llevó al hoyo oscuro, me prometí a mi misma vivir la vida desde mi yo y ya no preocuparme por el cóctel de expectativas que tuvieran los demás de mí, me quedó claro que esas expectativas son de ellos y deje de hacerlas propias.
Y es que en el momento que uno decide no juzgar, potenciamos a los demás. Trataré de explicarme mejor; si en lugar de criticar hablamos o halagamos las “bellezas” de los demás, en lugar de sólo subrayar sus carencias, juro que este mundo funcionaría mejor. Habría menos gente frustrada, amargada, triste y menos gente gastando en pastillas para la migraña.
Hagamos lo que realmente nos gusta, hay que mimarnos, hay que amarnos, hay que gozar, disfrutar, bailar, comer, arreglarnos, amar simple y sencillamente ¡SER FELICES!
I love <3
Hasta la próxima.