Hay una tendencia entre los jóvenes a tomar solamente fotos de ellos mismos, llamadas selfies, o de sus amigos y familiares, en eventos, fiestas, comidas, convivios, en la escuela, el salón de clase, la universidad, en el auto, la moto, la bici, de platillos de comida, de caras y expresiones, etcétera. Y muchas de esas fotos la gente las comparte a través de las redes sociales. Todo el mundo quiere mostrar lo que está haciendo, consumiendo, celebrando, conociendo y experimentando en el momento que lo está haciendo. Si somos tan buenos para registrar dichos momentos, ¿qué tal si utilizáramos ese talento y esa tecnología con otro objetivo en mente?
Lo que estoy proponiendo es que abramos los ojos a lo que tenemos a nuestro alrededor y tomemos fotos de plantas, árboles, animales, flores, insectos, los rayos del sol reflejados en el aire, la luz y la sombra, las gotas de lluvia sobre las hojas de las plantas, los nidos de los pájaros que están a la vista en las ramas de los árboles, las puestas de sol y los amaneceres, los arcoíris. Para mí la naturaleza es lo que realmente vale la pena compartir en las redes sociales, celebrar a través de una foto y comunicar para atraer la atención sobre lo que verdaderamente deberíamos estar observando, apreciando y, sobre todo, trabajando para proteger.
Toma fotos cada mes del árbol que acabas de plantar y compáralas para ver cuánto ha crecido y cuántas hojas tiene; es fácil documentarlo a través de fotografías. Es maravilloso contrastar una que tomaste hace un año con una tomada el día de hoy para así establecer la diferencia y el avance natural del árbol. Es a través de las fotografías como te darás cuenta de cómo crecen las plantas, justo como observamos cómo crecen los niños. Nosotros los seres humanos somos como los árboles: crecemos y evolucionamos. Para observar las diferencias tienes que tener algo con qué comparar.
A veces tomamos una foto y sólo a través de ella vemos cómo hemos captado los colores que tal vez no percibimos al verlos con los ojos. Sin embargo, ver y observar son parte integral de cada toma de foto, ya que la imagen resultante debería tener un valor estético y artístico. No es difícil tomar fotos artísticas dado que la naturaleza es tan bella, llena de tonos de colores extraordinarios, que nos ofrece un sinfín de posibilidades de tomas creativas.
Tomar fotos de nosotros mismos está bien. Sirven de alguna manera para nuestra memoria personal. Sin embargo, nosotros somos meramente instantes en esta vida. Lo que perdura es la naturaleza, la vida en este planeta que habitamos. La cámara entonces se convierte en una extensión de nuestras manos y nuestra mente y lo que registramos es la permanencia de esta vida que tenemos que celebrar y proteger. Las imágenes nos permiten “hablar” sin tener que utilizar palabras. Las fotos siguen existiendo y “hablando” mucho más tiempo que nosotros…
El famoso fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson dijo:"La fotografía es, en un mismo instante, el reconocimiento simultáneo de la significación de un hecho y de la organización rigurosa de las formas percibidas visualmente que expresan y significan ese hecho". Es a través de la fotografía como podemos reconocer la belleza de la naturaleza y empezar a entender porque es tan importante para nuestras vidas y nuestra supervivencia en la Tierra. La fotografía registra la realidad: no la cambia, sino que la muestra cómo es y cómo está. La cámara en nuestras manos se vuelve la herramienta perfecta para mostrar todo lo natural que nos rodea. Compartamos nuestras bellas imágenes en las redes sociales: celebremos la naturaleza a través de nuestras fotos.