También impulsa la gran variedad de artículos tecnológicos que todos nosotros tenemos en nuestras casas, oficinas, escuelas, instituciones, universidades… desde computadoras y televisores hasta teléfonos y los aparatos que utilizamos en la cocina. Tenemos acceso a esta energía producida principalmente por la quema de combustibles fósiles, sobre todo el carbón y el petróleo. ¿Cuándo será posible remplazarlos con energía limpia y renovable, especialmente por energía solar?
Tomemos el caso de Marruecos. Este país africano tiene parte de su territorio nacional en el desierto del Sahara. Es un lugar perfecto para establecer lo que pronto será la planta solar más grande del mundo, que ayudará a proveer 50% de la energía requerida por Marruecos para el año 2020. El potencial de las áreas desérticas es grande, por razones obvias. Donde haya sol el potencial existe; nosotros vivimos en un país donde el sol sale casi todos los días del año y no lo estamos aprovechando como es debido. Cuando esa planta solar marroquí esté operando al máximo, cubrirá un espacio igual al que ocupa la ciudad capital, Rabat. Generará 580 MW de luz eléctrica, suficiente para proveer de energía a un millón de hogares.
Marruecos no tiene petróleo y tal vez eso sea una bendición. Sin petróleo ha sido necesario para el país buscar alternativas y el resultado es esta planta solar. Con los ojos puestos en el desarrollo de su economía, Marruecos espera exportar su energía renovable a otros países africanos y, tal vez, hasta Meca. Será sin duda una planta que generará gran interés en otros países, para ver si el experimento funciona como debe ser. De ser exitoso, seguramente habrá réplicas en otras regiones.
Es obvio que la producción de energías renovables es la única manera de seguir adelante. Con la constante extracción de petróleo y gas de la Tierra estamos ignorando y empeorando la situación. Este año más que nunca estamos viendo cómo el clima ha cambiado, hasta en Morelos donde las lluvias de este año no se han ido todavía por completo. Fuimos testigos hace poco del huracán más grande de la historia en el Pacífico y, por fortuna, el daño que provocó en México no fue tanto como habíamos temido. Pero estos acontecimientos serán cada vez peores: no hemos visto lo que nos espera porque todavía no nos pasa. Es más urgente que nunca cambiar nuestra dependencia del petróleo y concentrarnos en la producción de energías renovables. De lo contrario, veremos cada vez más huracanes enormes y violentos, además de sequías e inundaciones, entre otros fenómenos indeseables.
Debemos felicitar a los marroquíes por su planta solar. Es ejemplo para todos que sí es posible aprovechar lo que la Tierra nos ofrece: el sol, el viento, el mar, sin causar problemas climáticos, ni afectar negativamente aún más a las personas y los ecosistemas. Así como vamos, según lo que reporta el Banco Mundial, por el efecto del cambio climático la agricultura y el cultivo de alimentos están en serio riesgo. Con la carencia de ciertos alimentos los precios van a subir y los pobres encontrarán cada vez más difícil tener lo suficiente para comer. No sólo eso, sino que habrá mayores incidencias de enfermedades como, por ejemplo, la malaria. Está claro que la población más afectada será la gente que vive con pocos ingresos, los que viven en casas frágiles y que están realmente a la merced del clima. No es una situación viable y mucho menos saludable. Es, en realidad, una situación seria y peligrosa.