Martes, 21 Octubre 2014 00:00

¿Cómo vivir con los efectos del cambio climático?

Reportera
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Tenemos claras las consecuencias del cambio climático, que son muchas. Hemos hablado del incremento en el nivel de los océanos, que provoca la destrucción de las costas y la invasión por agua salada de terrenos de uso agrícola, además de la escasez de agua dulce para sostener la agricultura hacia el futuro.

 Recordemos que los océanos aumentan en volumen debido al derretimiento de los glaciares y de las capas polares tanto del Ártico como del Antártico. Está claro que la vida en nuestro planeta es cada vez más difícil y las cosechas cada vez más retadoras de lograr. Nuestra vida hoy en día es compleja, cara y peligrosa.
La incidencia de acontecimientos climáticos violentos y severos es hoy cinco veces mayor que durante la década de los setentas. Viendo los números fríos es interesante notar que la primera década del siglo 21 dio lugar a tres mil 496 desastres naturales, causados principalmente por inundaciones, tormentas, sequías y altas temperaturas en exceso. Comparemos ese número con la década de los setentas cuando el mundo sufrió 743 catástrofes solamente. El aumento en la cantidad de eventos severos se debe claramente al cambio climático, sin lugar a duda.
El 80% de los tres mil 496 desastres se debió a inundaciones y tormentas tremendas y la amenaza más importante sigue siendo la furia de los vientos que aportan demasiada agua pluvial (www.theguardian.com/environment). Sin embargo, las altas temperaturas hoy en día nos están amenazando cada vez más. Las olas de calor no nos amenazaban en los setentas, pero hoy sí. Por ejemplo, en Rusia más de 55 mil personas murieron a raíz de las altas temperaturas en 2010. Nos acordamos también de las numerosas personas mayores que perdieron la vida en Francia por deshidratación, debido al calor que sufrieron durante el año 2003; más de 14 mil personas murieron en esa ocasión.
Añadamos a esta lista la sequía que, en combinación con el calor, ha causado terribles daños no sólo a los seres humanos sino a los animales. A ninguno se nos va a olvidar cómo se morían tantas vacas y caballos, burros, chivos y otros animales por falta de comida y agua en los estados norteños de México. Fueron muertes horribles.
El impacto sobre la economía es muy fuerte. Cada vez que un huracán llega a nuestras costas los daños suelen ser considerables, no sólo a edificios y casas, sino también a toda la infraestructura. El costo humano es inimaginable e imposible de reconstruir. Cada vez que ocurre una inundación hay carreteras, puentes y túneles que sufren destrucción y requieren ser reconstruidos. Todos los gobiernos del mundo necesitan apartar una parte importante de su presupuesto para los duros impactos del cambio climático. Ningún país está ahora a salvo de sus efectos negativos.
La sequía ha sido un problema recurrente en áreas de África desde hace décadas, en países como Etiopía, Mozambique, Somalia y el Sudán. La tendencia global apunta hacia temperaturas aún más altas y este problema nunca se acabará. Sin agua no habrá cultivos, ni animales, ni ningún tipo de vida sostenible.
Para un país como Holanda, cuyas tierras están a unos escasos metros arriba del nivel del mar, el tema de cómo vivir al lado del mar los ha obsesionado por siempre, ya que de ello depende su supervivencia. Han logrado entender el mar y no han permitido la entrada de aguas saladas a sus tierras con un sistema extraordinario de diques. Por eso el país se conoce como la tierra de los diques. Sin embargo, es imposible ser cien por ciento exitosos en este ejercicio y la sal es difícil de erradicar en su totalidad.
Es comprensible entonces que algunos agrónomos holandeses estén desarrollando una variedad de papa que puede ser cultivada mediante riego con agua salada (los detalles en: http://saltfarmtexel.com). El 50% de las tierras utilizadas para la agricultura a nivel global están siendo amenazadas por agua salada. La propuesta entonces es adaptarnos a cultivar verduras con agua de mar, diluida un poco, pero finalmente utilizando lo que tenemos en abundancia, que es el agua de mar. El experimento ha sido exitoso y seguirá seguramente no sólo en Holanda sino en muchos otros países. Es una noticia que nos brinda una luz de esperanza.
Vivir con los efectos del cambio climático es nuestra realidad actual y tenemos que adaptarnos a esos efectos: informarnos, prepararnos y estar dispuestos a ayudar en conjunto son nuestra única opción frente a esta tan extremosa situación.  

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