“Lo que no tiene nombre, no cuenta.
Y lo que no cuenta, no existe.”
Anónimo.
“No hay salud integral si no hay salud mental”. Esta frase se me quedó grabada del 2º Foro ROTMENAS sobre estigma asociado a trastornos de salud mental: “Estigma, Derechos Humanos y Política pública.
En este foro se tocaron temas específicos sobre el estigma, y yo agregaría, invisibilidad, de los trastornos mentales.
Recuerdo mi niñez y mi adolescencia, etapas en las que, de alguna manera, me di cuenta, por amigos y familiares que a una persona con alguna discapacidad se le ocultaba en su casa. A los familiares les daba vergüenza que otras personas se dieran cuenta de su existencia. Aclaro que, seguramente, hay sus muy honrosas excepciones, pero, en los casos en que yo me di cuenta, así era. Los trataban de ocultar.
Regreso a lo que presencié en el foro ya mencionado. Lo que escuché, me dejó impresionado porque es cierto lo que ahí se mencionó. Siempre que se habla de salud, por regla general, se habla de salud física. Diabetes, presión arterial alta, en fin, sólo cuestiones físicas. Pero nunca se habla de salud mental.
Comúnmente, una persona va al doctor cuando algo le duele físicamente. Tengo un dolor muy fuerte en mi espalda, me lastimé la rodilla, me duele una muela. ¿Pero que sucede cuando no puedes dormir? ¿A quién te diriges si te sientes triste o deprimido? ¿Si me da un ataque de ansiedad o tengo un miedo irracional qué hago?
Cuando alguna de estas cosas sucede, pasa alguna de estas opciones: o te quedas callado, esperando que se te pase, se lo platicas a alguien de tu confianza, o vas a ver a un brujo, pero nunca te atreves a ver un psicólogo. Sólo vas a atenderte con este especialista cuando ya estás en crisis o cuando ya estás desesperado por lo que sientes en tu… ¿espíritu?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la importancia de la salud mental. Nos dice que: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
La salud mental es fundamental en el comportamiento y desarrollo de una persona porque puede afectar su vida familiar, social, escolar y laboral.
En el caso mexicano, hay un psicólogo por cada trescientos mil habitantes. Esto significa que el mexicano promedio nunca se dirige a un psicólogo porque no se ve bien. “Yo no voy al psicólogo porque no estoy loco”, dicen algunas personas.
La salud mental se debe promover desde la infancia. En las escuelas. Se deben de desarrollar y promover programas para estar al tanto de cualquier comportamiento extraño. En síntesis, se debe implementar y desarrollar la cultura de la salud mental.
Y es hoy, más que en ningún otro tiempo, que debemos poner atención a este tema, porque esa es la otra pandemia que nos está afectando además de la que estamos padeciendo por el covid 19.
El ser humano es un ser sociable por naturaleza. El confinamiento, el hecho de estar y sentirse aislado, el temor de verse contagiado por el virus, la pérdida de seres queridos, y la incertidumbre, entre otros temores, nos afecta en nuestras emociones, y esto afecta, por consecuencia, el comportamiento que, manifestamos hacia los demás.
La OMS ha confirmado que una de cada cinco personas podría verse afectada por estos factores, de manera directa o indirecta, pues es obvio que la afectación también les llegue a los familiares.
Hay formas de mitigar estas alteraciones como hacer ejercicio, meterse a algún curso virtual que sea de tu agrado, tomar algún libro y leerlo o releerlo si te dejó un buen sabor de boca, abrir canales de comunicación a través de las redes sociales, etc. Y si de plano te estás sintiendo mal, antes de caer en un estado más grave, toma la decisión de ver a un especialista para que te pueda ayudar a salir de este problema.
La depresión está considerada como la primera causa de discapacidad, entendida como pérdida de años saludables, en nuestro país, y, de acuerdo al psiquiatra del IMSS Eduardo Cuauhtémoc Platas Vargas, la depresión afecta la vida laboral del paciente, pues dificulta la toma de decisiones, provoca desinterés de la persona en su entorno, reduce su capacidad de atención, altera su memoria y disminuye su rendimiento.
Según la Secretaría de Salud (SSA), alrededor de 15 millones de mexicanos padecen un trastorno mental, con la depresión y trastornos de ansiedad como los diagnósticos más comunes. Y con la pandemia que estamos viviendo, esta cifra se está elevando.
Tomemos este tema con seriedad y hagámoslo notar en la familia, en las escuelas, en las fábricas y en todos los lugares donde se deba hacerlo, al mismo tiempo, apoyemos la implementación de programas de salud mental en todos los ámbitos posibles. Démosle el nombre a esta afectación para sea tomada en cuenta.
Y no olvides que “No hay salud integral si no hay salud mental”.
Si tienes algunos síntomas extraños, contesta el cuestionario para la detección de riesgos a la salud mental implementado por la Secretaría de Salud y otras instituciones, en el siguiente vínculo:
https://misalud.unam.mx/covid19/