“Las tres cuartas partes de las miserias y
malos entendidos en el mundo terminarían
si las personas se pusieran en los zapatos
de sus adversarios y entendieran su punto de vista.”
-Mahatma Gandhi-
Cuando nació esta columna, fue por la necesidad y el deseo de construir, dar a conocer, implementar y promover la cultura de la paz para el buen vivir en nuestra sociedad.
Siempre he sostenido que estamos acostumbrados a resolver nuestras diferencias y conflictos a través de la violencia. Es decir, somos parte de la cultura de la bronca. Así le llamo yo.
Es cierto que nacemos con el conflicto porque somos humanos. Siempre habrá diferencias de puntos de vista, opiniones diferentes, controversia. Y ante esas diferencias pretendemos siempre tener la razón e imponer nuestros conceptos.
Y si eso se da en cualquier contexto, es decir, en el seno familiar, en la escena laboral, escolar en los negocios, la situación se complica aún más. y el problema más grande, eso creo yo, comienza con los problemas que ya traemos desde nuestro entorno.
La quinta definición que ofrece la Real Academia de la Lengua, refiere que el conflicto es la coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos. Esto ya de por sí es complicado, puesto que, además del conflicto interno que traemos, el generado entre dos o más personas puede que provoque muchísimos más problemas.
Tenemos que aprender nuevas formas para resolver los conflictos de una manera más civilizada. Ya no es adecuado dejar que sea un tercero, llamado juez, quien diga quién gana y quién pierde un juicio.
La mediación es muy noble en este sentido porque el conflicto puede arreglarse de manera pacífica, amigable, voluntaria y confidencial, entre otros elementos, por las partes en conflicto y un tercero llamado mediador que será un guía solamente para solucionar el conflicto, de tal manera que se trata de un esquema ganar-ganar. No hay perdedores en la mediación. Y lo más importante, los acuerdos tomados entre las partes tienen carácter de cosa juzgada.
De acuerdo a la ONU, la mediación es un proceso voluntario que se lleva a cabo con carácter confidencial, en el que una persona sin intereses creados, y que ha recibido la formación necesaria, a la que se denomina mediador, presta ayuda a las partes para llegar a un acuerdo negociado en relación con una controversia o diferencia, y en el que las propias partes están en control de la decisión de zanjar la cuestión y los términos de cualquier solución.
Y es, en este sentido, que la sociedad se congratula de que la mediación exista en nuestro país. En el caso específico de Morelos, este día lunes comenzará un ciclo de conferencias organizadas por la Escuela Judicial en el marco del 1º aniversario del CEMMASC (Centro Morelense de Medios Alternativos de Solución de Controversias) en el que se hablarán temas diversos sobre mediación. Participarán varias instituciones públicas y privadas.
En mi caso particular, mi ponencia será el próximo viernes y versará sobre temas de mediación privada. Su servidor, representa como director a “Conversare” institución de mediación privada, cuyo slogan es: “Dialogando juntos construimos”, dicha organización cuenta con mediadores debidamente certificados y además de los temas de mediación se imparten diversos cursos y talleres relacionados con la cultura de paz.
Quienes estén interesados, pueden ingresar al siguiente vínculo para registrarse. Todas las ponencias serán virtuales.
http://187.174.223.116/sistema_cursos/inscripciones/view_index.php?evento=1
Para todos nosotros, mujeres y hombres que buscamos nuevas formas de convivencia que garanticen el buen vivir y la cultura paz, esta serie de eventos valen mucho la pena. La mediación se puede llevar a diferentes áreas de la convivencia humana para lograr la armonía necesaria y puedan dirimir los conflictos de una manera civilizada. Existen diferentes tipos de mediación: familiar, civil, mercantil, laboral, penal, comunitaria y escolar, entre otras.
Actualmente estamos viviendo extremos de la violencia, y parecería que todos tendemos a entrar en esta dinámica destructiva. No lo permitamos. Tenemos que encontrar formas para vivir realmente en paz y concordia. William Ury afirma que: “la paz no es la eliminación de las diferencias, sino simplemente el manejo constructivo de las mismas.”
El conflicto siempre va a existir entre los seres humanos, pero es necesario que realmente aprendamos estrategias para enfrentarlo de una manera pacífica. Este es el momento.