“No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella.
Y no es suficiente creer en ella.
Hay que trabajar para conseguirla”.
-Eleaonor Roosevelt-
El ser humano por naturaleza es conflictivo, El conflicto es consustancial al ser humano. Siempre está presente en las relaciones humanas en mayor o menor grado. En algún momento de nuestra vida interactuamos con personas con las que vamos a discrepar por tener intereses y necesidades diferentes. Y cuando el conflicto se da, por mucho que intentemos escapar o cerrar los ojos, siempre estará ahí. Y, sobre todo, si no lo enfrentamos, irá creciendo más y más hasta que nos lleva a una explosión terrible. Debemos siempre enfrentar el conflicto inmediatamente cuando se dé y buscar la solución adecuada.
El conflicto tiene varias definiciones. Es una manifestación de intereses opuestos en forma de disputa, y puede darse de manera unilateral, bilateral o multilateral. Y principalmente se le dan connotaciones negativas con estos sinónimos: pelea, discrepancia, desavenencia, separación, pelea. Pero también hay que entender que tiene otro significado positivo. El conflicto puede ser una crisis. Es una construcción social diferente a la violencia. Puede contenerla pero no necesariamente.
Cuando entramos en una crisis se da el conflicto. La discrepancia, la incertidumbre. En el caso de la lengua china, esta palabra, crisis, se escribe con dos ideogramas que son: “peligro” y “oportunidad”. Es un peligro porque algo de mi situación personal está en riesgo de perderse. Pero también hay una oportunidad que puede mejorar mi situación actual. En todo caso, como ya lo mencioné, el conflicto es parte de la naturaleza humana. Y lo más importantes en este caso, es que puede no llevar implícita la violencia.
En la sociología se estudian los conflictos sociales, la desigualdad económica, el abuso de autoridad, los desencuentros entre los distintos grupos sociales. La teoría marxista habla de conflictos colectivos que es el que se da entre, por ejemplo, un grupo de obreros que necesitan trabajar y obtener un salario digno para mantener a la familia y que se organizan para pedir al empleador quien, a su vez, necesita tenerlos trabajando para obtener los beneficios económicos que busca. Y el beneficio que logra uno será en detrimento del otro. O por lo menos, es lo que se cree hasta ahora. También hay conflictos entre países. Muchos de ellos por intereses territoriales. Y otros por pretender la hegemonía y por intereses energéticos, entre otros.
Y así como estos, también existen conflictos religiosos, de grupo, ideológicos, políticos, filosóficos y armados. Y seguramente podemos hacer más clasificaciones. Pero lo importante es entender y aceptar que todos los conflictos, absolutamente todos, pueden solucionarse de manera pacífica y amigable. No es necesaria la violencia. Hay medios pacíficos para resolverlos.
Si analizamos lo que sucede en nuestra actual sociedad, el conflicto es generalizado. Y no tenemos que esperar a que éste se desborde y derive en violencia para actuar.
En este sentido, es fundamental la participación efectiva del estado ofreciendo políticas públicas relativas a una convivencia y alternativas de solución de conflicto que sean pacíficas. Y, obviamente, es importante la participación de organizaciones civiles que puedan tener un peso social muy fuerte. No es suficiente el deseo personal. Tenemos que trabajar como equipo.
Mi vida ha estado llena de conflictos. Algunos de ellos los he sabido sortear y otros me han costado muchas lágrimas pero al final, lo importante es en qué punto de mi vida estoy y lo que he logrado de manera personal. Pero no debo confundir lo que he logrado de manera personal con los conflictos bilaterales. Estos son los más difíciles de sobrellevar. Y sin embargo, también los he podido solucionar con la participación de mi contraparte. Los problemas más grandes actualmente, así lo considero, son los problemas sociales. Y el más difícil, en este momento, son las próximas elecciones. Tenemos que encontrar un punto de equilibrio para no caer en la violencia. Para no enfrentarnos contra nosotros mismos. Los medios de comunicación, los partidos, los candidatos, el gobierno local y el federal tienen la palabra. Trabajemos duro para que la paz pueda ser. Comencemos a educar para la paz.