Hace un par de días, en la búsqueda del significado y actualización del concepto de justicia social, me encontré con alguien que merece la pena poner a consideración. Robert Reich fue Secretario del Trabajo del gabinete de Bill Clinton de 1993 a 1997 y fue parte del Consejo Asesor de Transición del presidente Barack Obama en 2008. En ese mismo año, la revista Time lo incluyó en la lista de los "diez mejores ministros del gabinete de gobierno del siglo XX" y The Wall Street Journal lo incluyó en la lista de los pensadores económicos más influyentes. Ha escrito varios libros, dieciséis para ser exactos, y de ellos, Saving Capitalism: Fort he many, not for the few (Salvando al capitalismo: Para los muchos, no para los menos) también fue realizado a manera de documental. Anteriormente, había realizado un primer documental llamado “Inequality for all” (“Desigualdad para todos”), el cual ganó un premio especial en el Festival de cine Sundance en 2003. Y por último, pero no por eso menos importante, ha sido profesor de política pública en diferentes universidades.
Tiene mucha fe en los jóvenes y en su poder para transformar el estado de cosas que vivimos actualmente.
Estoy convencido de que la historia de la humanidad se ha desarrollado de tal manera que ha tenido que ir evolucionando con el reconocimiento de los derechos sociales por los que se ha luchado. Sin embargo, estoy completamente de acuerdo con Reich que se ha soslayado, por mucho tiempo, el reconocimiento de los derechos económicos de las personas en aras de dar más poder económico a las grandes empresas. Es decir, actualmente no se busca el bien común sino el bien, el beneficio, para las grandes corporaciones. Reich sostiene que hay siete grandes mentiras económicas: la reducción fiscal que se aplica a los ricos se reparte; los impuestos altos a los ricos lastiman la economía y hace más lento el crecimiento del trabajo; la reducción del gobierno genera más trabajo; el recorte del déficit presupuestario es más importante ahora que impulsar la economía; los programas de Medicare (programas de salud para mayores de 65 años) y de Medicaid (programas de salud para menores de edad) son los principales responsables del déficit presupuestario, la seguridad social es un “esquema ponzi” (sistema fraudulento creado por el italiano Carlo Ponzi a principios de siglo pasado en Estados Unidos) y; es injusto que los ciudadanos de menores ingresos no paguen impuestos.
Al escuchar estos conceptos, suena como a teorías de izquierda, ya comentamos en esta columna que deberíamos cambiar estos conceptos porque ya no son, o significan, lo que eran. Pero en realidad, y de acuerdo con Reich, hay una gran inconformidad de la sociedad americana con lo que les está sucediendo. Cada día hay más pobreza y las grandes empresas se han enriquecido a costa de los ciudadanos, los gobiernos siguen rescatando las grandes empresas en quiebra, provocadas por ellos mismos, los empresarios tramposos; y en el rescate se hacen más ricas dejando en la miseria a los ciudadanos más necesitados que pierden todos sus ahorros con estas medidas. ¿Cómo podemos hacer para que nos escuche el gobierno? Se preguntan los ciudadanos americanos.
Robert Reich habla de la organización ciudadana realmente activa. Obligar a los representantes de las cámaras a que vean por los intereses de la comunidad y no de las grandes empresas. Lo que le pregunta la gente en sus conferencias se repite siempre: ¿Algo anda mal con el capitalismo? Mientras otros preguntan: ¿Por qué hay que salvar al capitalismo?
Reich menciona que las aspiraciones de la clase media actual son las mismas que se tenían en el siglo pasado, como cuando el que esto escribe era niño: queremos tener una vida mejor. Queremos que nuestros hijos tengan una vida mejor. La mayoría de la gente duda de este sistema. Piensa que está amañado. La pregunta es: ¿De verdad este sistema está funcionando para la gran mayoría o funciona sólo para un grupo reducido que se encuentra allá arriba?
Actualmente todos sabemos que algo anda mal pero no sabemos exactamente cómo se dan esas cosas. Nuestra economía no está bien, hay corrupción, favoritismos, intereses creados. No hay políticas públicas adecuadas… el dinero cada vez tiene menor valor. No hay sueldo que alcance para mantener dignamente a una familia. Recuerdo cuando yo era niño, vivíamos en la colonia del Empleado. De los “textileros” decían. Fue una época en la que un solo salario alcanzaba para cubrir las necesidades. Y si alguno era despedido, ese dinero alcanzaba para poner un negocio familiar. Ahora, las cosas han cambiado. No hay dinero que alcance. Las cosas tienen que cambiar para mejorar. Es hora de considerar también aquí, en nuestro país el reconocimiento de los derechos económicos ciudadanos.
Una de las frases más interesantes de Reich es la siguiente: “La palabra favorita de los republicanos es ‘libertad’. Pero ellos no se refieren a tu libertad. Se refieren a la libertad de las corporaciones para hacer lo quieran; pagar salarios bajos, romper sindicatos, espiar trabajadores, contaminar el medio ambiente, coludirse entre ellos y monopolizar los mercados”. ¿Será esto ser de izquierda? ¿Será esto ser un verdadero demócrata? ¿Será que el capitalismo ya no es lo que era?