No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive
sino aquel que más se adapta a los cambios
-Charles Darwin-
Se dice que la resiliencia es la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resiliente comprende que es el arquitecto de su propia alegría y destino. Este es un término que se va haciendo cada vez más familiar. Recuerdo hace muchos años cuando leí a Daniel Goleman. Él comenzó preguntándose qué es lo que hacía que una persona tuviera éxito en la vida, se dio cuenta que el ser un estudiante de diez no aseguraba el éxito y, que había otras personas que, aunque no fueran sobresalientes en las escuelas, se adaptaban mejor a las circunstancias y tenían más posibilidades de salir adelante en la vida. A esa capacidad, Goleman la llamó: inteligencia emocional.
Un tema muy interesante, apasionante y fundamental para mí. En otros países había otras investigaciones y de manera muy especial para mí comencé a leer sobre Boris Cirulnik. Nacido en Burdeos en 1937 en una familia judía, Boris sufrió la muerte de sus padres en un campo de concentración nazi del que logró huir cuando sólo tenía 6 años. Tras la guerra, deambuló por centros de acogida hasta acabar en una granja de la Beneficencia. Por suerte, unos vecinos le inculcaron el amor a la vida y a la literatura y pudo educarse y crecer superando su pasado.
No es ni mucho menos gratuito que el Dr. Cyrulnik haya indagado tan a fondo en el trauma infantil: con siete años vio cómo toda su familia, emigrantes judíos de origen ruso, eran deportados a campos de concentración de los que nunca regresaron. "No es fácil para un niño saber que le han condenado a muerte". Era el típico caso perdido, un "patito feo" condenado a llegar a la edad adulta convertido en un maltratador, un delincuente o un tarado. Según se pensaba en ese entonces. En la visión de Cyrulnik la resiliencia significa un mensaje de esperanza "porque la psicología enseñaba que las personas quedaban formadas a partir de los cinco años. Los niños mayores de esa edad que tenían problemas eran abandonados a su suerte, se les desahuciaba y, efectivamente, estaban perdidos. Ahora las cosas han cambiado: sabemos que un niño maltratado puede sobrevivir sin traumas si no se le culpabiliza y se le presta apoyo". La historia explica el presente pero nunca define el futuro.
El concepto de resiliencia es maravilloso porque nos da esperanza para ser mejores. Hay formas de incorporarla a tu vida. Y para lograr la resiliencia –aun cuando lo puedes lograr por ti mismo y sin ayuda-, se necesita acompañamiento. No se trata solamente de la fuerza de uno. Se puede lograr la resiliencia con el apoyo adecuado. Pongo a tu disposición diez pasos para lograr la resiliencia. Número uno: Establecer vínculos afectivos con otras personas. Acepta ayuda y apoyo de personas que se preocupan por ti y que están dispuestas a escucharte; número dos: No consideres que la crisis es insuperable. Ya lo dijo Rocky Balboa en una de sus películas: la vida no se trata de cuán duro golpees sino de cuán fuerte seas golpeado y no te des por vencido; Número tres: Aceptar que el cambio es parte de la vida. Recuerda que lo único que no cambia es que todo cambia; Número cuatro: Avanza hacia tus metas; número cinco: Actúa con decisión; número seis: Busca oportunidades para conocerte mejor. Siempre hay algo nuevo que aprender de uno mismo; número siete: Cultiva la confianza en tu capacidad para resolver problemas y confía en tus instintos. Es hora de creer en ti mismo; número ocho: Pon las cosas en perspectiva: si no cambias tu manera de ver las situaciones dolorosas, siempre estarás en el mismo lugar; número nueve: mantén una actitud positiva: Trata de visualizar lo que quieres en lugar de preocuparte por lo que temes y, número diez: Cuídate. Pon atención a lo que sientes y quieres. Realiza actividades que te hagan sentir bien y que te relajen.
La resiliencia es un concepto de bienestar que todos necesitamos desarrollar tanto para vivir en paz con nosotros mismos y para vivir mejor en sociedad. Es parte de la cultura de la paz para el buen vivir.
Agradezco de todo corazón a la Comunidad Latinoamericana en Resiliencia de la UNAM, en el marco del XIII Congreso Latinoamericano de Resiliencia, celebrado los días 9, 10 y 11 de noviembre del presente año en la FES Iztacala, el haberme otorgado el nombramiento de embajador de resiliencia. Es un honor y una gran responsabilidad para mí. Seguiremos trabajando de manera ardua para lograr la cultura de la paz para el buen vivir en nuestras comunidades.
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