Todos sabemos que le hemos causado mucho daño al planeta. Los seres humanos somos más una especie destructora que ha arrebatado a la naturaleza mucha de su riqueza y abundancia. Sin embargo, algunas personas trabajan arduamente para frenar esta destrucción masiva y vale la pena conocer y apoyar sus proyectos.
Uno de los espacios de conservación que más vale la pena visitar en México se encuentra en Palenque, Chiapas, en medio de la selva. Se trata del ecoparque Los Aluxes, un espacio de educación ambiental y rescate animal donde algunas especies que estuvieron a punto de desaparecer, han sido recuperadas gracias al esfuerzo ciudadano.
Los Aluxes es una asociación civil sin fines de lucro que cuenta con un centro de conservación, rescate y reintroducción de la flora y fauna de la región y en especial de las especies en peligro de extinción o gravemente amenazadas.
En el predio donde se encuentran, en el pueblo mágico de Palenque, plantaron más de 10 mil árboles de 57 variedades diferentes y diversas plantas contempladas como un segundo y tercer estrato de vegetación y dentro de ellas se dio preferencia a aquellas que constituyen el alimento natural de la fauna de la región.
En ese mismo proceso se rescataron los humedales del predio y se re estableció el sistema de lagunas. El manejo del recurso agua y la diversidad de flora en cada uno de los vasos dio origen a una serie de microclimas que han propiciado la presencia de una gran diversidad de especies que se desarrollan de manera silvestre.
Hoy es incontable el número de aves que ahí tienen refugio, al igual que mariposas, reptiles e insectos y recientemente se pudo documentar y acreditar la presencia del Águila Elegante (Ornate Hawk Eagle; nombre cientifico: Spizaetus ornatus) que no se había visto en la región desde los años ochenta del siglo anterior.
Aluxes se convirtió así, en el primer centro de rescate regional del sureste. Eso ha permitido que las autoridades decomisen animales víctimas de maltrato o producto del tráfico ilegal y las depositen con nosotros para su cuidado, curación, rehabilitación y liberación, cuando es posible. Los costos que presuponen estas tareas, en cuanto a instalaciones, personal médico y operativo, alimentación y medicamentos son absorbidos en su totalidad por Aluxes.
En 2007 asumieron un primer reto. Devolverle a Palenque la guacamaya roja que estaba extinta desde hacía más de 70 años y de la que pocos individuos quedaban en libertad en el resto del país, en especial en la Lacandona y en los Chimalapas. Su planteamiento pasó desapercibido, posteriormente fue objeto de burlas y finalmente de cuestionamientos, todos apoyados por los expertos en el cómo no, los que saben cómo no se hacen las cosas y carecen de propuesta para ver cómo sí se puede.
Lograron convencer a Xcaret para que les diera polluelos de guacamayas rojas, por ser ellos los más exitosos reproductores de esas aves a nivel mundial y quedó a nuestro cargo precisar la viabilidad de esa liberación. Convocaron al Instituto de Biología de la UNAM, mediante el pago que le hicieron del estudio necesario para determinar si esas guacamayas rojas de Xcaret eran de la misma subespecie de las que hay en la zona lacandona. Para ese estudio recolectaron muestras de las guacamayas que existen en la lacandona y el resultado fue positivo.
Resuelto el problema científico de la subespecie, Aluxes construyó grandes instalaciones para criar los polluelos, alimentarlos con lo que encontrarían al ser puestos en libertad, capacitarlos para vuelo medio y auspiciar la formación de las parejas y los grupos que en libertad constituirían las parvadas que hoy se pueden ver volando en libertad.
Hasta ahora, Aluxes ha hecho 6 liberaciones con éxito, la primera en abril del 2013, con una supervivencia jamás imaginada. Solamente han perdido seis ejemplares, mientras el resto es monitoreado y cuidado por el personal de Aluxes, ocasionalmente por el de la CONAM y en un corto período por voluntarios de la UNAM, para dar seguimiento puntual a las guacamayas liberadas.
La sorpresa más estimulante ha sido dada por las comunidades rurales, campesinas e indígenas, que han estado pendientes de las aves que se extravían, que las apoyan y nos las reportan para su reencauzamiento. Así fue como pudieron volver a pintar de azul, amarillo y rojo el cielo de Palenque.
Las condiciones generadas en Aluxes han permitido una gran afluencia de aves, de las cuales se tiene localizadas y fotografiadas a 153 especies diferentes. Con base en ese primer inventario se han podido realizar varios seminarios con los habitantes de las comunidades rurales, indígenas y campesinas, para capacitarlos primero en la identificación de las aves, con el propósito de que posteriormente se puedan calificar como guías de avistamiento de aves, lo que permitirá orientar el turismo a sus localidades y desarrollar en ellos un mayor afán de conservación de esas especies.
Otro resultado muy estimulante ha sido el de las mariposas, donde tienen el inventario con fotografía de 209 variedades distintas y presentes en diversas zonas de Aluxes. Se está trabajando en la reproducción de las plantas y flores necesarias para fortalecer esos sitios y para establecer un mariposario cuando las circunstancias económicas de Aluxes lo permitan.
Un programa muy especial es el rescate de monos saraguatos o aulladores bebes, a quienes los traficantes ilegales les matan a sus madres para venderlos como mascotas y que la autoridad pone a nuestro cuidado. De ellos han liberado tres tropas que ya se reproducen en libertad.
Otro programa es el relativo al rescate de manatíes, que han iniciado con éxito. El manatí es gravemente agredido en la laguna de Catazajá, porque los pescadores creen que comen peces y les atribuyen la disminución de peces en la laguna, que es provocado por las redes que ilegalmente usan muchos de ellos.
También es emocionante el avance del programa de rescate de las ranas de ojos rojos, que pronto serán reintroducidas en Aluxes y después en la región y muchos más como el de los zenzos o pecarís de labios blancos, que en su oportunidad liberaremos, el del tepezcuintle, o de los loros cabeza azul y cabeza amarilla, y el del tapir para reproducción y reinserción.
Todos esos programas son acompañados con el desarrollo en vivero de las especies de plantas y árboles que propiciaran su supervivencia o bien del seguimiento de los protocolos necesarios para aquellas especies que no viven de la flora y requieren de condiciones de caza que les permitan su supervivencia y reproducción.
Al esfuerzo inicial se han sumado biólogos y médicos veterinarios, administradores y licenciados en derecho, pasantes universitarios e investigadores nacionales y extranjeros, trabajadores rurales, así como ejidos y comunidades y universidades locales, regionales, nacionales y del exterior. Hoy son muchos, son una gran familia comprometida con el proyecto original que creó Aluxes Eco Parque Palenque y que busca que este sea un santuario dedicado al rescate de la vida silvestre de la selva más importante de Norteamérica: La Selva Lacandona.