Hace 14 años yo viví en uno de los lugares más bonitos y menos aprovechados en materia turística de todo el estado de Morelos: Huitzilac. Y es que resulta que aunque tiene un lugar tan espectacular como las Lagunas de Zempoala, zonas hermosas de bosque perfectas para largas caminatas y paseos, la gente ha vivido por varias generaciones de explotar irracionalmente el bosque.
Vender las tierras, talar los árboles, matar el ecosistema. Es lo único que parece ser una actividad económica rentable para los habitantes de este municipio. Sin embargo, hoy en día el planeta nos reclama y ha llegado la hora de que los turistas lleguen ahí, pero no para depredar sino para regenerar el bosque.
El desarrollo regenerativo surge de la frustración originada por el hecho de que el movimiento para un futuro más sostenible no está funcionando, ya que no se han ido dando los resultados esperados.
La sostenibilidad pretende “sostener”, es decir, mantener las cosas tal y como están, o no permitir que se empeoren, para futuras generaciones. Sin embargo, la actividad humana está poniendo tal presión en las funciones naturales de la tierra, que la habilidad de los ecosistemas para poder sostener a generaciones futuras, se está perdiendo.
Si bien es cierto que el concepto de sostenibilidad ha ido evolucionando con los años, este paradigma sigue poniendo a los humanos fuera o incluso en oposición a la naturaleza, con un enfoque reduccionista que trata de resolver los problemas dentro del mismo marco desde donde se crearon. La sostenibilidad se ha centrado en la minimización del daño y el uso más eficiente de los recursos, pero aunque esto desacelera la degradación, no constituye un cambio de rumbo.
Es imperativo tomar un enfoque distinto a este asunto, un enfoque que provoque un cambio en valores. Justo ahí es donde entra la necesidad de que personas con nuevas ideas enfocadas a la regeneración lleguen a innovar en conceptos que otorguen no sólo esparcimiento o descanso en medio del bosque, sino la oportunidad de aprender a reconectarse con la naturaleza a partir de actividades de regeneración del suelo, de reactivación de la vida comunitaria con un enfoque más que de conservación, de regeneración del medio ambiente-
Desarrollo y diseño regenerativo
El desarrollo y diseño regenerativo no es una tendencia nueva. Ya en los años 90, el urbanista británico Ebenzer Howard, después Lewis Mumford y seguido de Patrick Geddes, manifestaron su entendimiento de las ciudades como organismos vivos. Mientras que el arquitecto paisajista John Tillman Lyle, durante el mismo periodo, también hablaba del diseño regenerativo como un proceso dinámico de participación, retroalimentación y cambio constante en el tiempo que no se aplica a proyectos aislados, sino a destinos enteros y paisajes, admitiendo que el diseño regenerativo reconecta el ambientalismo con una dimensión socio-política.
Turismo regenerativo y la evolución del turismo sostenible
El turismo regenerativo no es sencillamente compensar el daño causado; tampoco es solamente crear una experiencia vivencial para el visitante. El turismo regenerativo no rechaza, sino abraza al turismo sostenible y lo mejora desde el núcleo, desde un cambio total de valores.
El cambio climático y la crisis mundial nos lo está diciendo a gritos. Hay que volver a las raíces y trabajar con la tierra, reconectarnos y escuchar.
Partiendo de esta base, a partir de una planificación integral y evolutiva, la experiencia final debe ser transformadora para el visitante y debe crearse de forma que se establezca una capacidad de carga estricta para asegurar la calidad y limitar los impactos; crear una conexión del viajero con el lugar para que se sumerja en el ambiente natural y cultural y generando un cambio profundo en la persona.
Este trabajo profundo llevado a un sector tan importante, puede realizar una transformación muy beneficiosa para todos, incluyendo a los visitantes, las comunidades receptoras, los emprendedores, empresas y por supuesto, el lugar. Ya es tarde para reducir o mantener. El cambio climático y la crisis mundial nos lo está diciendo a gritos. Hay que volver a las raíces y trabajar con la tierra, reconectarnos y escuchar.