Aunque hace tiempo que escucho la Radio Nacional de Colombia los sábados por la mañana lo cierto es que nunca escucho nada más que el programa Del Canto al Cuento, conducido por Alberto Salcedo Ramos, el mejor cronista que tiene aquel país actualmente. Por mi amistad con Alberto fue que me hice aficionada a escuchar esta estación a la que me conecto gracias a una aplicación móvil que descargué en mi smartphone gracias a la cual se pueden escuchar estaciones de distintos países del mundo, pero nunca me había quedado a escuchar el programa que sigue al suyo.
¿Por qué no me había llamado la atención quedarme? Bueno pues primero porque casi nunca estoy libre los sábados como para oír música tranquilamente pero sobre todo porque el nombre del programa mismo no me llamaba la atención: Top 20, es decir una lista de popularidad.
Nunca me han gustado los listados, como lo he dicho muchas veces aquí, pero sobretodo, porque pocas veces encuentras uno donde todo el contenido sea realmente atractivo, mucho menos si la citada lista se refiere a música reciente.
Hoy me quedé escuchando la radio más tiempo pues mi perro está enfermo y he tomado el día para cuidarlo y dar sus medicamentos y, aunque el programa de mi querido Alberto me dejó un grato sabor de boca como cada semana, debo confesar que esta vez el programa siguiente se robó las palmas.
Resulta que el Top 20 de la Radio Nacional de Colombia me sorprendió no sólo por la calidad de la música que integra la lista de popularidad, sino también por la diversidad de ritmos y géneros que la gente escucha por aquellas tierras.
Recordé gracias a este programa lo mucho que me gustaba en mi adolescencia escuchar estas listas de popularidad y también, cómo disfrutaba cuando viajaba descubrir las estaciones de radio de cada lugar del mundo que iba descubriendo a mi paso.
La radio no murió con la llegada de la televisión, pero sí se fue transformando. Tal vez algunos géneros como la narrativa (las radionovelas como mejor ejemplo) sí fueron desapareciendo sin embargo, otros se fortalecieron. Nadie ha dejado de escuchar partidos de fútbol narrados en la radio a pesar de las transmisiones que de ellos se hacen en vivo primero por televisión y ahora por internet y hasta por las redes sociales.
Hoy tal vez algunos por practicidad cuando no podemos ver un partido entremos a la cuenta de twitter del equipo y allí vayamos siguiendo las jugadas en cada tuit, pero todavía al subirnos al uber o al taxi tal vez nos topemos con que el chofer viene escuchando el partido de la selección o de su equipo favorito pues no puede dejar de trabajar para mirarlo con tranquilidad y alguna cerveza fría en la sala de su casa o en un bar rodeado de amigos.
Cuando llegó el podcast tampoco eso signifcó, al menos hasta ahora, que programas transmitidos en vivo, donde te mandan saludos y puedes interactuar ya sea a través del teléfono o las redes sociales con los conductores, desaparecieran. Un ejemplo de ello es justo el que conduce mi querido amigo Alberto en Bogotá, al que se le reportan escuchas de todo el mundo que esperan ansiosos un saludo o un comentario jocoso al aire.
Sin embargo, cuando llegaron los servicios de música On Demand, como Spotify o Deezer, sí pensé que la radio exclusivamente musical iba a desaparecer. No porque las estaciones cerraran o las frecuencias dejaran de emitir, sino porque irían perdiéndose los escuchas.
¿Para qué una lista de popularidad en 2018 cuando los algoritmos nos pueden dar esos datos con mucha más confiabilidad en Spotify? ¿No es más fácil buscar cuáles son los videos más vistos en YouTube?.
Todo eso me había hecho apagar la radio cada sábado cuando se anunciaba el Top 20 en la Radio Nacional de Colombia pero hoy la sorpresa que me llevé cambió mi visión. Estas 20 canciones me hicieron no sólo viajar por diversas regiones de aquel país, con un riqueza musical impresionante, también me sorprendieron por la calidad de lo que los escuchas de esa estación pública colombiana piden a través de las redes sociales.
Particularmente me alegró mucho que el primer lugar del listado lo ocupase, y por tres semanas consecutivas según dijo el locutor, la canción ¿Qué será?, lanzada hace muy poco tiempo por el grupo colombiano Herencia de Timbiquí en colaboración con una de las más grandes estrellas de la música latina: Rubén Blades.
Hace poco tiempo vino a visitarme un amigo mexicano que lleva 18 años viviendo en Bélgica. Tuvimos una discusión interesante sobre reguetón y música urbana, así como del liderazgo latino en el mercado y justo yo le decía que México está muy lejos del resto de América Latina en cuanto a consumo musical. Quizá por nuestra cercanía con los Estados Unidos, pero lo cierto es que a diferencia de lo que pasa en Sudamérica, aquí el consumo de música en inglés es alto y sí, tal vez lo que consumimos de producción latina es justo lo más comercial y no necesariamente de mayor calidad, pero debemos abrir nuestra mente y oídos a lo que se escucha en otros países y justo pongo como ejemplo a Colombia.
Salsa, jazz, cumbia, vallenato, porro y por supuesto pop, colombiano de calidad ha habido siempre y, a últimas fechas, incluso las grandes estrellas del reguetón-pop como J Balvin o Maluma, le han robado los reflectores a los dominicanos, inventores del género.
Pero la lista que cada sábado da a conocer la Radio Nacional de Colombia, como en los viejos tiempos, me regaló un boleto para viajar no sólo por las playas, los valles o los cafetales colombianos, sino también, a través del tiempo y regresar a mis años adolescentes cuando me quedaba pegada a una emisora esperando con curiosidad, quien era el rey del Top Semanal. Herencia de Timbiquí y Rubén Blades, no sólo no me decepcionaron, sino que me pusieron a bailar e inspiraron este texto donde sostengo que para viajar, a veces ni siquiera se necesita levantarse de la cama en un sábado cualquiera. Así que si no pueden viajar este fin de semana, les invito a ponerse sus audífonos y dejarse llevar escuchando alguna estación de un país lejano. Por fortuna, la tecnología hoy lo permite. Seguro aprenderán y descubrirán muchas cosas sorprendentes en estos viajes radiales.