Taxista narra que había días en los que solo obtenía 50 pesos de ingresos.
Gregorio Delgado trabaja como chofer de taxi y cuenta que en los primeros meses de contingencia sanitaria por el covid-19 se enfrentó a una situación económica muy difícil, porque había días que solo trabajaba para entregar la cuenta a su patrón, por lo que decidió entregar el carro y solicitó un préstamo para comprar su propio vehículo.
Aunque reconoce que la situación económica no ha mejorado al 100 por ciento, para él dejar de entregar la cuenta es quitarse un peso de encima porque, ahora, como su propio jefe tiene más oportunidad para tomar descansos y comer con su familia.
El entrevistado refiere que solo de cuenta entregaba 250 pesos diarios y además debía reunir una cantidad similar para el combustible, de tal manera que al día se quedaba con 50 pesos, los que tenía que “estirar” para comprar lo necesario para la alimentación de su familia.
“Para nosotros la situación no ha mejorado, porque hay mucha gente en la calle, pero son muy pocos los que abordan el taxi y hay días que espero más de dos horas para tomar un servicio porque la gente no tiene dinero y prefiere usar el transporte colectivo, que es más económico”.
Gregorio dice que aunado a la crisis económica por la pandemia del covid-19, los trabajadores del volante también están expuestos a cualquier situación de inseguridad.
Por eso él trabaja hasta las nueve de la noche porque ha sido víctima de al menos dos asaltos por sujetos que pidieron el servicio de taxi como clientes pero antes de llegar a su destino lo despojaron de su teléfono celular y el dinero.
De su labor, platica que al día realiza unos diez servicios y a veces un poco más, trabajando desde las siete de la mañana.