Jojutla.- La familia Marín Bandera perdió en el sismo del 19 de septiembre su casa y su local en el mercado municipal de Jojutla, pero no su amor por sus 24 perros.
A lo largo de 15 años, a la casa de la familia llegaron alrededor de 30 canes, muchos de ellos adoptados y rescatados.
En ese tiempo algunos fueron entregados a adoptantes pero, hasta el día del sismo, en su casa de la Calle Gildardo Magaña de Jojutla vivían 23 perros, la mayoría de raza Chihuahua.
El día del sismo, Bertín y su esposa salieron del mercado hacia su casa para salvar a los canes que se encontraban en ella.
“Pues llegamos y que la casa había colapsado, entonces optamos por quedarnos aquí sobre la banqueta toda mi familia que somos 10 de familia, tenemos a mi madre enferma que está ahí en esa cama, ahí está mi madre enferma, tiene 92 años, la tenemos en un colchón de agua, ahí hace dos años y medio y entonces nos salimos con los perritos que pudimos sacar, esa es otra familia de nosotros, que son los perros que tenemos, tenemos 23”, dijo Bertín.
El dictamen de ingenieros y especialistas arrojó que la casa que rentaban sufrió graves daños en su estructura y que en cualquier momento se podría venir abajo, por lo que la familia Marín instaló una carpa con palos, cuerdas y lonas en plena vía pública.
Sacaron las camas, colchones, cobijas, algunas cómodas, además del comedor de la casa dañada.
Desde la noche del 19 de septiembre los 10 integrantes de la familia duermen en este sitio que se niegan a abandonar, pues en los albergues no los admiten con los perros.
“Nos dijeron: ‘Bertín, váyanse al albergue, váyanse para allá para que estén más seguros’, ‘no ¿y los niños?’ ‘¿Cuáles niños?’ ‘Estos, todos estos perritos son niños para nosotros, son vidas, son vidas que interesan, que son importantes, para Dios valemos todos, como animales, como humanos y también así, ‘pues váyanse ustedes, suéltenlos, déjenlos que se vayan’. No, de ninguna manera, son de nosotros y ellos nos necesitan a nosotros”, dijo Bertín en entrevista.
A pesar de ser damnificados por el sismo, el 19 de septiembre, camino a su casa, Bertín y su familia rescataron a un perro perdido en la calle.
“Al salir de ahí con mi esposa para venir a la casa encontramos a ese negro ahí, es un labrador, y andaba ahí perdido, miraba para todos lados, como pajareando y así, atisbando para un lado y para otro, se acerca y como traíamos las pizzas que vendemos, las traíamos para acá, le digo: ‘dale una pizza al perro’, le dimos una pizza en pedazos, le agarré su cabeza y se vino con nosotros para acá, ya desde que llegó aquí, aquí se quedó y aquí se quedó”, contó Bertín.
Así que desde el 19 de septiembre en la carpa que construyeron con lonas viven los 10 integrantes de la familia Marín Bandera y 24 perros.
Bertín y su familia deben enfrentar las críticas de vecinos y amigos que cuestionan su amor por los perros.
“Una vez me dijo: ‘pareces perro’, le digo soy el Hombre Perro, soy el Hombre Perro y ¿sabes qué? Me gusta ser así, yo duermo con seis perros en mi cama, bueno, dormía, porque aquí ya no se puede, dormía con seis perros en mi cama, mi esposa se duerme con otros ocho o 10 perritas, las más chicas, hembritas”, dijo Bertín.
A pesar de no tener trabajo ni casa y a su madre postrada en una cama desde hace casi tres años, Bertín no pierde la esperanza de fundar una asociación protectora de animales.
“Son valiosos, vale la pena luchar por ellos, yo pretendo hacer una asociación protectora de los animales y defenderlos así hasta donde se pueda. Dicen algunos, ‘oye Bertín, ¿tu darías tu vida por los perros? Le digo sí, así de fácil te digo que sí. Decía un escritor hace tiempo: ‘entre más conozco a los hombres, más quiero a los perros’”, respondió Bertín.
A dos semanas de la tragedia del 19 de septiembre, Bertín espera recibir algún apoyo del gobierno para rentar otra casa donde quepan los 10 integrantes de su familia y sus 24 perros.
No es fácil, dijo, pero ha decidido no abandonar la carpa en la que vive hasta que encuentre el lugar adecuado para mudarse.