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¿Te da igual el cambio climático? Míralo de este modo: en 15 años podría dejarte sin Internet
Las palabras "cambio climático" llevan aparejadas de forma inmediata un sinfín de eventos catastróficos que, en el medio o largo plazo, harán del Planeta Tierra un sitio prácticamente inhabitable. En cierto modo, nos hemos acostumbrado a los peores pronósticos, al progresivo y sistemático deshielo de la Antártida, a las olas de calor del Ártico, a las temperaturas por encima de los 50 ºC de forma regular, a la extinción de un sinfín de especies. Es el pan de cada día.
De ahí que, quizá, cualquier suposición sobre el negro futuro que nos espera caiga en saco roto. Pero de entre todas, hay una que podría hacerte cambiar de opinión.
Adiós, Internet. ¿Pero qué pasaría si te dijeramos que en un plazo de 15 años podrías quedarte sin Internet por culpa del cambio climático? Resulta que la suposición es factible, al menos en aras a lo desvelado por un estudio de la Universidad de Wisconsin–Madison y la Universidad de Oregón. Utilizando proyecciones sobre el aumento del nivel del mar y el estado actual de la infraestructura física de Internet (vía Internet Atlas), la investigación concluye que grandes lotes de fibra óptica podráin quedar inutilizados si las cosas siguen... Err, su curso.
¿Dónde? El mundo está lleno de cables submarinos, pero no todos son impermeables al agua. Un sinfín de conexiones se realizan por vías terrestres, y en ocasiones el material, si bien resistente a las filtraciones, no se diseña a prueba de catástrofes. Los investigadores creen que el aumento previsto del nivel de las aguas podría inutilizar más de 6.000 kilómetros de fibra en los espacios costeros de Estados Unidos (los más habitados y también los más desarrollados).
¿Cómo? Gran parte de la infraestructura de Internet se cimentó bajo las grandes ciudades, de forma subterránea, en espacios particularmente permeables a la filtración de aguas. A menudo lo hicieron siguiendo las vías de comunicación tradicionales (autovías, líneas telefónicas) y sin tener en cuenta la posibilidad de que, en el futuro, el nivel del mar aumentara. Además, el grueso de la información se transmite en determinados puntos clave particularmente vulnerables, ya que afectarían a grandes porciones de población (el ejemplo más evidente que aporta el estudio sería Nueva York.
El resto del mundo. Dada la distribución de la población global, no cuesta imaginar la pesadilla logística que un crecimiento sostenido del nivel del mar plantearía a las conexiones digitales. El trabajo calcula que tan pronto como 2033 podríamos empezar a tener serios problemas. En otros puntos, como el continente Europeo, la situación podría ser incluso peor: sus perspectivas de hundimiento si las temperaturas continúan ascendiendo son del todo terroríficas.
¿Es posible? Como siempre, el estudio parte de proyecciones: si las temperaturas continúan subiendo, si los casquetes polares siguen deshaciéndose al mismo nivel, si antes de la fecha límite no hemos aprendido a parapetarnos del certero aumento del agua, etc. Es probable que de aquí a quince años las empresas concesionarias de la infraestructura se pongan manos a la obra. Pero es un recordatorio: el cambio climático casi siempre nos afecta más de lo que creemos.