Territorio de Zaguates es uno de esos esporádicos milagros que a veces logra el ser humano gracias a la dedicación del matrimonio formado por Lya Battle y Alvaro Saumet, y un grupo de voluntarios. Zaguate significa literalmente “perro abandonado” en el español de Costa Rica, y eso es precisamente lo que hay en este refugio que mantiene una población de cerca de 700 perros (900 según el fotógrafo Andrew George).
Durante el día, los animales pueden vagar libremente por un amplio terreno montañoso y fresco en el que disponen de agua corriente fresca. Por las noches, tienen unos barracones donde se les da de comer y pueden dormir tranquilos. Un nutrido grupo de voluntarios se encarga de cuidar de su salud y mantenerlos limpios y desparasitados.
El refugio prohibe expresamente los sacrificios. Los animales viven allí hasta que alguien los acoja. Lo que sí se hace es esterilizarlos para que no se reproduzcan de manera natural y así mantener controlada su población y evitar excesivas disputas entre los machos.
Todos los perros de Territorio de Zaguates son mestizos. Para incentivar las adopciones, los responsables del refugio han adoptado una divertida estrategia: inventarse las razas. Los veterinarios voluntarios del centro aíslan los rasgos de cada perro y los combinan en un nombre de raza generalmente rimbombante como Shaggy Sheperd Dacthspaniel o Fire-tailed Border Cocker. Cada animal es bautizado con un nombre y uno de estos ilustres apellidos imaginarios porque, como dicen en el refugio, cada perro es único y se merece un nombre único.
Si una persona quiere adoptar, tiene que reservar cita y dar un largo paseo por la montaña con los perros. Si alguno de ellos se encariña con el humano, este puede elegir llevárselo a casa. También es posible simplemente visitar el refugio sin que nos presionen para adoptar un perro, y se admiten donaciones online. [Territorio de Zaguates en Facebook vía Huffington Post y Behance]