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Miércoles, 10 Marzo 2021 05:38

MEMORIAS DE LA GRIETA

“Las que encontrarás a continuación son las coordenadas de un viaje único, en el que participamos vari@s aventurer@s en busca de un lugar en el mundo. Como toda buena historia, ésta inicia con encuentros y desencuentros que en el camino de la vida ubican nuestra labor en tierra morelenses, localizadas en el lugar al que hoy llamamos hogar: México”, refiere de manera textual la introducción del libro “Memorias de la Grieta”.

La obra fue apoyada por el Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMyC), y fue coordinada por la Lic. Arelhy García Arellano y por Guillermo Salas Valencia. El diseño editorial es de Martha Quiroz y la fotografía de portada de Francisco Daniel Garduño Torrejón.

Memorias de la Grieta relata una serie de sucesos ocurridos a partir del sismo del 19 de septiembre del 2017 en Tetecala, Morelos. Se habla de la crisis generada por una catástrofe que por su magnitud marcó la historia de este municipio y de la región centro del país en general. El acontecimiento removió sentires y despertó preguntas que después de algunos años significó un ejercicio comunitario de apropiación a través del teatro.

Se aborda el proceso de conformación del grupo de gestores de Tetecala con población joven de Coatlán del Río, Tetecala, Mazatepec, El Rodeo, Miacatlán y Alpuyeca, que conformaron “Casa en el Aire Teatro”, así como la construcción de “La Grieta, retrato de un paisaje vivo”.

“Mientras escribimos se tejen redes con el pasado en momentos de conflicto intenso en los que muchas certezas se desmoronan y el futuro de nuestro teatro y del teatro en el mundo es incierto. Nos percatamos de la fragilidad e intentamos mantener viva nuestra voluntad de crear y de ser, mientras grandes y pequeños cataclismos dan vuelta a lo que alguna vez percibimos como normal o cotidiano; entonces pensamos que el teatro sigue siendo una buena excusa para lo que realmente sustenta nuestra terquedad y esperanza, el soñar junt@s”, enfatizan los autores.

ANTECEDENTES:

Desde el año 2014 bajo el nombre de Colectivo Cuatro Patas, CCP, el grupo inició un proyecto de acompañamiento e intervención artística dirigido a niñas y niños en el sur poniente morelense. En cada actividad emplean sus conocimientos de diferentes disciplinas artísticas considerando el apoyo de especialistas que fortalecen sus procesos.

SOBRE LOS AUTORES:

ARELHY GARCÍA ARELLANO

Lic. En Periodismo y fotografía, gestora, promotora cultural y poetiza de corazón; es codirectora de Casa en el Aire Teatro y mantiene vivo el proyecto de Cuatro Patas Colectivo gracias a su incansable espíritu de lucha. Ha estado involucrada en el diseño y ejecución de procesos pedagógicos desde las artes con mujeres privadas de libertad, adultos mayores y niñas, niños y adolescentes del sur poniente morelense. Es feminista, viajera, madre y artista.

GUILLERMO SALAS VALENCIA

Es teatrista y docente. Desarrolla sus estudios entre su natal Colombia y su hogar en México, tierra en la que ha desarrollado su trabajo escénico fuera de los teatros como director y dramaturgo de Casa en el Aire, grupo de teatro integrado por jóvenes de Tetecala Morelos. Es cofundador de Cuatro Patas Colectivo. Ha participado como tallerista, diseñador de proyectos de participación infantil dirigidos a niñas, niños y jóvenes, así como en diversas iniciativas de intervención a través de las artes desde 2013.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Miércoles, 03 Marzo 2021 05:27

Deliciosos recuerdos

Deliciosos recuerdos. Memorias y recetas del sur morelense, es una obra escrita que tiene el objetivo de promover el conocimiento de la cocina tradicional de la región sur del Estado de Morelos a partir de su difusión. La autora es Rosario Castro Quintero (originaria de San Miguel Treinta, Tlaltizapán) quien comparte en las páginas del libro sus vivencias familiares y algunas recetas tradicionales del sur.

La finalidad de Deliciosos Recuerdos es incentivar el conocimiento de la cocina tradicional morelense desde la difusión de las formas de patrimonialización de una familia y su entorno en la zona sur de la entidad. Ello como parte de un permanente proceso de socialización de dicho conocimiento a través de experiencias y recetas que vinculan a la autora con su familia, su pueblo y su región.

Antes de la primera edición del libro y después de ella, la autora Rosario Castro Quintero ha promovido el acercamiento a la cocina tradicional morelense, a través de consultas y asesorías entre interesados en el tema.

También ha generado una biblioteca de cocina mexicana integrando un acervo bibliográfico de más de tres mil títulos originales publicados entre 1831 y 2017. La nueva edición 2021, auspiciada por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, integra otras experiencias y recetas de la región sur morelense.

En 2002, se realizó la primera edición de Deliciosos Recuerdos. Memorias y recetas del sur morelense, con un tiraje de mil ejemplares. Esta primera edición se realizó con financiamiento del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC); del Municipio de Tlaltizapán (2000-2003); y del Fondo Documental Sur. El libro fue distribuido entre personas interesadas en el tema, en bibliotecas del estado, de otras entidades y algunas bibliotecas de otros países, así como de algunos mexicanos residentes en el extranjero.

 

PUNTOS DE VENTA:

  • Cinco Cielos Café. San Diego 501, Vista Hermosa, Cuernavaca, Morelos. 777 245 8407 / 777 537 3772.
  • La Arrocería. Río Mayo 606, Vista Hermosa, Cuernavaca, Morelos. 777 120 4034.
  • La Rana de la Casona. Hidalgo 2, interior 4, Centro Histórico, Cuernavaca, Morelos. 777 312 1050.
  • Artesanías Catedral. Hidalgo 30, local 6, Centro Histórico, Cuernavaca, Morelos. 777 318 8071.
  • Librería Aries. Constitución del 57, en la bocacalle de Santos Degollado, Centro, Jojutla, Morelos. 734 146 8446.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Miércoles, 24 Febrero 2021 05:38

KAPOSKIYAHWITL Lluvia Negra

“Kikirikiiiiiiii, kikirikiiiiiii, kikirikiiiiiiiiiii, kikirikiiiiiiii, cantaban los gallos cuando oí la voz de mamá: —Hijo, levántate, ya no tarda en llegar el carro, apúrale, vístete. Me levanté, me restregué los ojos para asustar el sueño, me vestí, me puse la chamarra, me amarré el pañuelo a la cabeza y me puse la gorra. Papá ya llevaba mi machete, salimos del albergue a esperar el destartalado”, así comienza la historia del libro Kaposkiyahwitl, Lluvia negra, escrito por el poeta nahuatlahto Gustavo Zapoteco e ilustrado por la pintora e ilustradora Mariana Avilés.

Lluvia negra narra la historia de Piltsin (que significa príncipe), que se desarrolla en la zona sur del Estado de Morelos, y describe cómo se vive el proceso de la zafra.

Refiere que la mayoría de las personas que participan en la zafra es tlapaneca, mixteca y nahua de Guerrero, y popoloca de Puebla, y cada quien habla su lengua. En el caso del protagonista de la historia, señala que habla mexicano.

La narrativa aporta datos históricos como el hecho de que el cultivo lo trajo Hernán Cortés y que fue en sus haciendas de Tlaltenango y Tlacomulco donde empezó. Refiere que en un principio quienes cortaban la caña eran los indígenas, pero no aguantaron el duro trabajo y empezaron a morir, entonces trajeron hombres negros de África, según explica el texto, y detalla lo riguroso que es el corte de caña.

“Le conté lo duro que es el corte de la caña de azúcar: le enseñé cómo cubrir la cabeza con un pañuelo y un sombrero para protegerse del tizne, ya que si le entraba al cuerpo, le causaría un tremendo escozor; también le dije cómo cubrirse la boca para no respirar polvo, cómo amarrarse las muñecas de las manos y los tobillos con un lazo, cómo concentrarse en el trabajo, tener cuidado con los bejucos (que son lianas que crecen entre las cañas) y alguna que otra víbora de cascabel que, oculta entre la hojarasca, hubiera sobrevivido a la quemazón”.

También explica la tradición en torno al último día de zafra, en el que adornan los camiones donde se traslada la caña: describe el ritual de los cohetes, la comida, los adornos, etcétera.

Esta publicación fue financiada con recursos federales, a través del Programa de Apoyos a la Cultura en su vertiente Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura 2019.

GUSTAVO ZAPOTECO SIDEÑO

Nahuatlahto, poeta, ensayista. Nacido en Topiltepec, Ziltlala, Guerrero. Realizó estudios de Turismo en la UAGro. Cursó diplomados de Creación Literaria en Lenguas Indígenas en la UNAM y el Conaculta. Fue Becario del Fonca en 2007 y del Instituto de Cultura de Morelos en 2010. Ha publicado cinco poemarios, el más reciente es Chalchihuicozcatl-Collar de jade (Universidad de Varsovia, 2014). Ha publicado más de treinta ensayos, uno en coautoría con la Dra. Kelly McDonough de la Universidad de Texas: “Mexican Literature in Indigenous Languages”, incluido en el libro A History of Mexican literatura (Cambridge University Press). Ha participado en recitales poéticos nacionales e internacionales, como el realizado por el Lincoln Center Out of Doors en Nueva York, en 2016. Ha sido ponente en la Native American and Indigenous Studies Association (NAISA), así como en la Universidad de California, Universidad de Utah, Universidad de Texas y la Universidad de Varsovia. Organiza cada año el Recital en Lenguas Maternas en la zona Sur de Morelos. Ha sido jurado del SNCA, donde actualmente es tutor de la disciplina de Literatura de Lenguas Indígenas, y es maestro de náhuatl en diversas escuelas de Morelos.

 

 

MARIANA AVILÉS

Estudió Artes Visuales en la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM. Es pintora e ilustradora. Durante varios años ha desarrollado proyectos culturales para niños de comunidades indígenas bilingües de Morelos, a partir de los cuales, mediante la investigación, realiza publicaciones para el fortalecimiento de las lenguas maternas. Dos ejemplos son aeio / Tlaxkopina on Tlahtomeh y Yehyekatl, títulos apoyados por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC). En el 2012 ganó la convocatoria para el cartel del XVVII Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda. Recientemente ha colaborado para Acá las Letras Ediciones, Nostra Ediciones y Alas y Raíces.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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“La Casa de la Fiesta” es el significado de la palabra IIhuicalli, que proviene del náhuatl: ilkuitl, que quiere decir “fiesta” y “calli” que se interpreta como casa. El Auditorio Ilhuicalli de Tepoztlan cumplió el pasado mes de septiembre 50 años, que representan miles de historias por contar, afuera y dentro del escenario.

Fue en 1970 cuando se inauguró este espacio concebido para fomentar y fortalecer actividades socioculturales.

Existen pocos datos sobre el lugar donde fue construido. Se dice que el terreno donde se construyó el auditorio funcionaba como “corral de consejo”, es decir, era el terreno donde retenían al ganado dañero o mal parado en las calles del pueblo.

A finales de la década de los 60’s, la escuela primaria “Escuadrón 201”, ante la necesidad de un espacio para realizar sus actividades artísticas, cívicas y culturales, gracias a la participación de maestros, padres de familia, autoridades, gestionaron junto al arquitecto Ramiro González del Sordo la construcción del recinto. Este terreno fue donado a la SEP por el cabildo de ese entonces.

Desde el año pasado comenzaron las reuniones con el colectivo Macuilxochitl (“cinco flores”), responsable de realizar la programación de un año festivo. Se tenía organizado una programación marcada por el aniversario, cuyas actividades iniciarían en el mes de abril del 2020, pero por la pandemia quedaron truncos. Entre lo que se quería plasmar estaba una exposición fotográfica, la cual recorre momentos importantes en la vida de dicho espacio cultural.

Habría “la participación de los grupos que han dado vida y aprendizaje a través de la música, teatro, danza, coro y otras disciplinas, que enmarcara gran parte lo que se ha realizado sobre el escenario”, refirió el Lic. Jesús Sedano Hernández, director del Auditorio Ilhuicalli, un recinto que festeja su medio siglo de existencia a puerta cerrada.

Pero a lo largo de su historia, Ilhuicalli se ha constituido como espacio emblemático para el quehacer cultural y disfrute de las artes escénicas, así como también ha sido un lugar donde generaciones de niños, niñas y jóvenes de la comunidad han profesionalizado su formación educativa, ya sea jardín de niños, primaria, secundaria o preparatoria. Además, es sitio que alberga las asambleas de comuneros.

“Me hubiera gustado hacer una gran celebración, pero espero que para finales de año sea posible. Como director de Ilhuicalli, festejar a puerta cerrada por la pandemia no ha sido lo mejor que pudo pasar, pero es la realidad que nos tocó vivir. Contemplar el escenario y, pensar en un Vuelo Cultural por donde han pasado artistas, festivales, conciertos, encuentros, a nivel local, nacional e internacional nos permite tener una memoria colectiva, en la cambiante historia del municipio de Tepoztlán.”, agregó Sedano Hernández.

Finalmente, el director del Ilhuicalli resalta la importancia de revalorar un espacio emblemático, visibilizar un escenario con 685 butacas, ubicado en un pueblo místico, histórico y cultural.

“Promover, fomentar y divulgar la cultura en todas sus manifestaciones es mi mayor compromiso, en cordial cercanía con el patronato del Auditorio, los artistas, creadores y con la sociedad, que es finalmente hacia quien están dirigidos nuestros esfuerzos; con la finalidad de propiciar la formación de públicos responsables y atentos, interesados en participar activamente en las diversas muestras artísticas que oferta Auditorio Ilhuicalli”, concluyó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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