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Placenta accreta: la peligrosa condición que pone en riesgo tu embarazo
La placenta accreta es uno de los riesgos más peligrosos que se viven en el último tramo de un embarazo o al momento en que una mujer da a luz.
También llamada acretismo placentario en los círculos médicos, la placenta accreta se refiere a la condición que sufre la placenta cuando las vellosidades de la misma se adhieren de manera anormal a la pared uterina, en específico al miometrio (cubierta muscular del útero), y causa la postergación del alumbramiento. En su mayoría, las mujeres que padecen de esto tienen que dar a luz de manera prematura mediante cesárea.
Al no ser expulsada de manera natural en los 30 minutos posteriores al nacimiento del bebé, la placenta accreta provoca la necesidad de extraerla de manera manual llegando a provocar hemorragias profusas en la paciente. El riesgo ante estas hemorragias es la de una histerectomía, es decir, la extracción del útero por causas naturales o vía quirúrgica. Otros riesgos latentes son los de una rotura uterina o infecciones.
Síntomas de placenta accreta
A veces se puede presentar un sangrado en el tercer trimestre del embarazo. Esto lleva al doctor a hacer ultrasonidos en los que se puede detectar la aparición de placenta accreta y tomar precauciones a la hora del alumbramiento. Cuando la revisión arroja de manera definitiva que la paciente tiene acretismo placentario las perspectivas del embarazo cambian y se debe trabajar en un plan para garantizar la seguridad del madre y el bebé.
En el parto deberá participar un equipo médico multidisciplinar capaz de actuar ante cualquier eventualidad.
Causas de la placenta accreta
Es probable que las pacientes que presentan esta anomalía hayan tenido anteriormente placenta previa, la cual ocurre cuando la placenta se encuentra muy cerca del cuello uterino. Esto provoca que una parte o la totalidad el cuello uterino quede obstruido. Una cirugía previa al embarazo en el útero también se ha visto como causa de riesgo para el desarrollo de placenta accreta.
El riesgo va en aumento con cada embarazo, por ello es que una mujer que ha dado a luz en varias ocasiones tiene más posibilidades de padecer placenta accreta, así como las que dan a luz en una edad superior a los 35 años. Las pacientes con las condiciones anteriores deben someterse a una ecografía obstétrica en la mitad o al final del segundo trimestre para descartar un posible acretismo placentario.
La también llamada placenta mórbida adherente ha ido en incremento desde 1970 debido al cada vez mayor número de partos por cesárea. En el instante en que un embarazo normal es interrumpido por la presencia de este problema se cataloga como un embarazo de alto riesgo debido a que la probabilidad de hemorragias aumenta en gran medida. "Si el grado de invasión es muy alto, normalmente se opta por resolver el embarazo con una cesárea electiva, con reserva de sangre y bajo la supervisión de un equipo médico multidisciplinar, capaz de manejar hemorragias masivas", afirma Félix Lugo, especialista en ginecología y obstetricia en la clínica Mi Tres Torres de Barcelona. || Vía: CC
¿Estás embarazada? Aquí los nombres tendencias de niña para el 2019
Te sorprenderás, no tienen nada que ver con los que hemos escuchado este año
Los tiempos cambian y con ello todo lo que nos rodea también se transforma, incluyendo los nombres para nuestros bebés, por ejemplo, los nombres de niña que serán tendencia en 2019, no tienen nada que ver con los que hemos escuchado este año.
Si en algún momento la moda fue elegir nombres rimbombantes, ahora las mamás se han decantado por los nombres que son cortos, fáciles de pronunciar y de recordar, pero eso sí, que tengan un hermoso significado.
Por eso, hemos creado una lista de nombres de niña 2019 que serán tendencia, ¿estás lista?
1.- Ada: Significa belleza o adorno.
2.- Afra: Joven cierto, o ‘el color de la Tierra’.
3.- Agnes: Pura y casta.
4.- Pía: Deriva del latín pius que significa devota o piadosa.
5.- María: La elegida de Dios o La madre del señor.
6.- Ivana: Dios es misericordioso.
7.- Renata: La renacida.
8.- Mía: La elegida o la Amada de Dios.
9.- Frida: La portadora de la paz.
10.- Sofía: Significa sabiduría.
11.- Clío: Fama, gloria y honor.
12.- Emma: Fuerza.
13.- Flora: Flor.
14.- Gala: Gobernante.
15.- Lara: Dios protector.
16.- Lea: León.
17.- Oda: Riqueza, joya y tesoro.
18.- Vera: Verdadera.
19.- Xanat: Flor de vainilla.
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Padres no tienen dinero para pagar cirugía de hijas siamesas. Hospital ofrece hacerla gratuitamente
Aún queda gente buena en este mundo.
La salud en los países menos desarrollados suele ser muy cara, y por eso mismomucha gente termina muriendo o viviendo gran parte de sus vidas con enfermedades que cada día los debilitan más. Y si hay algo que es realmente caro son los partos, ya el sólo ir a dar a luz a un hospital es un gran gasto de dinero, pero imaginen lo que ocurre cuando el recién nacido requiere de intervenciones de urgencia.
En el hospital de Varanasi, Uttar Pradesh, India, dos gemelas nacieron con sus estómagos pegados uno a la otra. Entre las dos no sumaban más de 4 kilos, y debían ser separadas de inmediato. Sin embargo sus padres no tenían dinero para semejante cirugía.
Considerando que la única manera de ayudar a estas dos bebés siamesas era haciendo la cirugía a como de lugar, el hospital decidió hacerlo gratis.
Los padres de las pequeñas estaban nerviosos, pero preparados para que sus hijas salieran a salvo de la operación. Las dos estaban deshidratadas, y debieron ser asistidas por 5 cirujanos, 10 doctores y 15 enfermeras.
Con tan sólo 3 días de vida, las gemelas fueron sometidas a esta difícil operación, la cual se dificultó aún más pues debían ser anestesiadas al mismo tiempo. La cirugía duró un total de 5 horas, pero lograron separar su esternón e hígados.
El doctor Vaibhav Pandey, profesor asisten de cirugía pediátrica, explicó no es muy común que su equipo se enfrente a este tipo de tarea: “Es una de las operaciones menos frecuentes de nuestro hospital”.
“Estoy muy feliz de que hayan sobrevivido a pesar de la larga espera y de lo débil que se encontraban. Fue una ardua tarea”.
Actualmente las dos niñas se encuentran recuperándose y deberían ser dadas de alta esta semana, para por fin irse a casa con su familia.
Si tienes náuseas en el embarazo podrías ser una mamá evolucionada
Dicen que es lo más lindo que puede suceder en la vida de una mujer, pero pocas veces cuentan los aspectos negativos del embarazo.
Pocos hablan de la línea negra que aparece en la panza, de los pies hinchados o las náuseas matutinas, uno de los problemas más comunes de la gestación.
Las náuseas durante el embarazo son tan comunes que, según un estudio publicado en Obstetrics & Gynocology, cuatro de cada cinco mujeres las padecen. Suelen aparecer durante el primer trimestre, pero en algunos casos pueden durar hasta el nacimiento del bebé. En casos extremos, las mujeres pueden tener hiperémesis gravídica, una condición donde los mareos y vómitos son tan frecuentes que pueden hacer que la mujer termine deshidratada, pierda peso, y corran riesgo su vida y la de su bebé.
Si bien es uno de los síntomas más reconocidos del embarazo, no se sabe exactamente qué es la causa de las náuseas, aunque hay algunas teorías muy interesantes.
Náuseas durante el embarazo, ¿ventaja evolutiva?
Según NHS (el Sistema Nacional de Salud de Inglaterra), los cambios hormonales durante las primeras 12 semanas del embarazo son los supuestos culpables de las náuseas matutinas.
Sin embargo, un estudio liderado por la genetista de la Universidad de California, Los Angeles (U.C.L.A), Marlena Fejzo, sugiere que la respuesta se encuentra en algunos genes. Uno de ellos codifica una proteína llamada GDF15, que se produce en la placenta durante el comienzo del embarazo y que, según el New York Times, «tiene un receptor en un área del cerebelo que está vinculada con el vómito y la reducción de consumo de alimentos. La proteína parece encontrarse más concentrada en las mujeres embarazadas con náuseas y vómitos, lo que lo hace un candidato posible de la condición».
Este descubrimiento encaja con una teoría que sugiere que las náuseas son una ventaja evolutiva. Según esta teoría, las náuseas son parte de un embarazo sano, ya que la mujer va a ser menos propensa a probar alimentos que puedan tener toxinas y, en el proceso, el feto va a estar más protegido.
De hecho, un estudio de 2016 reveló que las mujeres que experimentan mareos y vómitos durante la gestación tienen menos riesgo de perder sus embarazos.
Si hay evidencia que la proteína es responsable de las náuseas, entonces ¿por qué no hay medicamentos para detener los mareos? Pues porque las empresas farmacéuticas tienen miedo de probar medicaciones nuevas dirigidas hacia embarazadas, sobre todo después la talidomida, un sedante expedida en los años 60 y que también se utilizó para calmar las náuseas del embarazo.
Sin embargo, lo que parecía una cura se convirtió en una tragedia. La droga interfería con el desarrollo normal de los bebés y muchos de ellos nacieron con focomelia, un defecto que impide a los huesos largos crecer, y por eso los pequeños que sufrían esa enfermedad no tenían miembros muy cortos o ninguno en absoluto.
Para no volver a poner en riesgo la salud de las madres y sus hijos, las empresas farmacéuticas ya no experimentan con ese tipo de drogas y los expertos recomiendan realizar cambios en la alimentación para calmar las náuseas y, si son muy graves, acudir con un médico.
Qué ejercicios hacer para evitar ganar peso en el embarazo
Ganar peso en el embarazo es algo que inevitablemente sucederá por todos los cambios que presentarás, así como el constante y rápido crecimiento de tu bebé. Sin embargo, esto no quiere decir que por ello debamos descuidarnos y dejar que los kilos aumenten más de lo recomendado.
Ejercitarse en esta etapa es algo muy importante y además, recomendado para tu salud. Por ello, te compartimos qué ejercicios puedes hacer para evitar ganar peso en el embarazo.
Por qué es importante ejercitarte en el embarazo
Hacer ejercicio en el embarazo es algo se recomienda y aconseja a las mujeres. Si ya hacías ejercicio, no debes dejarlo y si nunca has hecho, es un buen momento para comenzar a crear nuevos y positivos hábitos que podrás mostrarle a tus hijos en el futuro.
El ejercicio en el embarazo aporta diversos beneficios para las mujeres, como ayudar a que la duración del parto sea menor, o en el caso de quienes padezcan obesidad, éste ayudaría a prevenir la aparición de algunas complicaciones, como diabetes o hipertensión.
Ejercicios que puedes hacer para evitar ganar peso en el embarazo
Si bien en el embarazo hay ciertos ejercicios que no se recomiendan, como aquellos que tienen mucha intensidad o son de impacto, existen otros que son seguros y que te ayudarán a mantener la obesidad a raya, tener buena condición física y evitar la aparición de kilos excesivos.
Es importante resaltar que si bien el ejercitarse en esta etapa es algo recomendado, se deben seguir ciertas precauciones y recomendaciones. Te compartimos qué ejercicios hacer para evitar ganar peso en el embarazo.
Natación
Los ejercicios en el agua son ampliamente recomendados en esta etapa, pues al encontrarse sumergido en ella, se reduce el peso y el cuerpo se siente más ligero y con la resistencia del agua se reduce el riesgo de hacer movimientos muy rápidos que podrían ocasionar alguna lesión.
Además, practicar natación o deportes en el agua durante el embarazo, ayuda a evitar que el cuerpo se sobrecaliente, al equilibrar la temperatura corporal. Otras ventajas de hacer ejercicios en el agua durante el embarazo son: la mejora del tono muscular, mejora de la circulación sanguínea, la mejora de la respiración y la reducción del dolor en la zona lumbar.
Caminata
La caminata es un ejercicio sencillo pero que aporta muchos beneficios, y es uno de lo más seguros de hacer en el embarazo, pues si bien continúa siendo un ejercicio aeróbico, es de bajo impacto, lo que hace que el organismo no se force y resulte fácil de realizar.
Además de ayudarte a controlar el aumento de peso, caminar durante el embarazo tiene múltiples ventajas. Por un lado, ayuda a relajar tensiones, tonificar los músculos y mejorar la circulación, ayudando a prevenir problemas como la hinchazón de pies o el estreñimiento.
Y por otro lado, también es muy buena para la salud emocional, pues salir a caminar nos ayuda a despejar la mente, ayudando a mantener alejados estados de ánimo negativos, como la depresión.
Pilates
El método Pilates es otro más de los ejercicios que se pueden practicar durante el embarazo. Debido a su baja intensidad basada en movimientos armónicos, es un ejercicios que aporta muchos beneficios para las embarazadas.
Entre ellos, esta la mejora de la circulación sanguínea y la tonificación muscular, pero además, practicar Pilates durante el embarazo ayuda a mejorar la postura corporal, así como a conocer mejor tu cuerpo y de este modo, aprender a controlarlo.
Ciclismo
Ir en bici durante el embarazo es una buena forma de ejercitarse siempre y cuando no esté contraindicado hacerlo. Además, a partir del quinto o sexto mes, que es cuando la barriga suele comenzar a incomodar o a alterar el equilibrio, deberemos dejarla, aunque podríamos cambiarla por una bicicleta estática, cuidando que la temperatura de la habitación donde la utilicemos no sea muy alta.
Fuera de estas precauciones, es un excelente ejercicio para realizar en el embarazo, pues además de ayudar a evitar el aumento de peso, tonifica los músculos de las piernas y el salir a pasear en bicicleta es una buena forma de distraerse y relajarse.
Yoga
Por último, uno de los ejercicios más recomendados y de acuerdo con un estudio, de los mejores y más efectivos para realizar en el embarazo: el yoga. Además de todos los beneficios físicos que aporta como flexibilidad y mejora del tono muscular, el yoga funciona como un antidepresivo y ayuda a reducir los niveles de ansiedad.
Al hacer las posturas acompañadas de meditaciones y controlando la respiración, el yoga favorece la preparación para el parto pues se comprobó que también ayuda a reducir el dolor durante el parto e incluso podría ayudar a reducir la probabilidad de tener cesárea.
Siguiendo ciertas precauciones, como ejercitarte en un área ventilada, llevar prendas frescas y ligeras, así como mantenerte bien hidratada, el ejercitarte durante el embarazo y evitar ganar demasiado peso no debería representar ningún problema.
Recuerda que antes de iniciar o continuar con una rutina de ejercicios durante tu embarazo, deberás consultar con tu médico para saber si estás en condiciones de hacerlo.
¡Ya va a nacer! Cómo atender un parto de emergencia
Si bien los casos de partos en los que la mujer no llega a recibir atención médica son menos comunes de lo que se cree (según el sitio Baby Center, ocurre en 1 de cada 200 nacimientos), sí es una situación que puede presentarse y es mejor tener la información necesaria para encararla.
Si eres madre primeriza, no te preocupes. Los nacimientos de emergencia, es decir, aquellos en los que la madre no llega al hospital o la partera no llega al hogar, no suelen suceder durante el primer parto y son más frecuentes en mujeres con al menos un hijo.
Qué hacer en un parto de emergencia
1. Pide ayuda
Antes que nada, llama a una ambulancia o a tu partera. Si estás en el auto camino al hospital y sientes ganas de pujar, no intentes acelerar o manejar de manera imprudente. Lo mejor es que te detengas, pidas una ambulancia y atiendas el parto. Siempre que sea posible, intenta estar acompañada.
2. Prende la calefacción
Ten en cuenta que es mejor que el recién nacido llegue al mundo en un lugar cálido.
3. Reúne todo lo necesario
Estos son los elementos que necesitas para atender un parto:
- toallas limpias y mantas para limpiar y envolver al bebé
- un gorro de bebé para abrigarlo
- un bowl grande o una bolsa de nylon sin agujeros para la placenta
Si tienes tiempo, coloca nylon sobre la cama y luego sábanas por encima.
3. ¿Es hora de pujar?
Si sientes ganas de pujar, intenta respirar y no hacerlo hasta que llegue la ayuda. Pero, si ves que no aguantas, puja por cinco segundos, para y respira.
4. ¿Sientes la cabeza del bebé?
Cuando notes que el bebé está saliendo, es importante que sostengas su cabeza. Sin embargo, bajo ningún motivo debes tirar de ella o hacer fuerza para ayudar a que nazca.
Si estás sola, pon tu pelvis cerca del suelo y coloca allí toallas para recibir al bebé. Si estás con otra persona, ella puede encargarse de sostenerlo con la ayuda de una toalla.
Si notas que el bebé tiene el cordón umbilical alrededor del cuello, desenrédalo con cuidado o al menos aflójalo para que pueda respirar. Es importante que no tires del cordón. Si no puedes desenredarlo, espera a que termine de nacer para hacerlo.
Espera a la siguiente contracción para que salga el cuerpo. Ten mucho cuidado cuando lo sostengas porque los recién nacidos están cubiertos de fluidos y pueden resbalarse de tus manos.
Ponlo en tu pecho para darle calor, pero ten mucho cuidado para no tirar del cordón umbilical. Luego, sécalo con una toalla limpia. Ponerlo cerca de tu pecho o incluso amamantar los ayudará a calmarse y acelerará las contracciones para el alumbramiento de la placenta.
¿Qué hacer si el bebé no respira?
Por lo general, el bebé comenzará a llorar (señal de que está respirando) al poco tiempo de nacer y empezará a adquirir color. Si notas que no lo hace, limpia su boca y fosas nasales para retirar cualquier mucosidad que pueda tener. A continuación, masajea todo su cuerpo con una toalla limpia, háblale y respira sobre él.
No entres en pánico ni le golpees la espalda. Ten en cuenta que el bebé todavía está conectado a la placenta por el cordón umbilical y recibe oxígeno por ese medio. Si aún no respira, dale respiración boca a boca por 30 segundos y, si todavía no responde, hazle RCP. En este video un profesional te enseña cómo hacerlo:
5. La placenta
La placenta saldrá del útero por medio de contracciones entre 10 y 30 minutos después del nacimiento. El contacto con el bebé genera oxitocina y puede acelerar las contracciones. Es importante que dejes que la placenta salga de forma natural y no tires de ella. No te asustes si notas que el sangrado aumenta en esta etapa. Es normal, ya que la placenta se separa del útero.
Ponla en un recipiente o una bolsa sin agujeros y guárdala para que el médico o la partera la inspeccione y vea si está completa. No cortes el cordón umbilical, espera a que los especialistas lleguen para hacerlo. Ten en cuenta que debes manipular al bebé y la placenta con cuidado para que el cordón no se rompa.
Lo más importante es que mantengas la calma y confíes en que tu cuerpo está preparado para el parto. Recuerda que la ayuda viene en camino y llegará antes de lo que crees.
Recomendaciones para hacer ejercicio en el embarazo
Estar activa durante el embarazo es primordial para tener una buena salud, para evitar molestias, sobrepeso y llegar al momento del parto en plena forma. Para el bebé también es beneficioso y siguiendo ciertas precauciones toda mujer embarazada, si no existen riesgos, puede ejercitarse.
Hoy vamos a centrarnos en cómo hacer ejercicio durante la gestación y en el puerperio de manera segura. ¿Cuándo empezar? ¿Qué tipo de ejercicios no están recomendados? ¿Con qué frecuencia? Son algunas de las cuestiones que tratamos.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos nos dejan sus recomendaciones para hacer ejercicio durante el embarazo y puerperio:
Durante el embarazo, las mujeres pueden continuar haciendo ejercicio y seguir beneficiándose incluso cuando el ejercicio es suave o moderado. Es preferible que el ejercicio se haga con regularidad (al menos tres veces a la semana) a que se haga de manera discontinua.
Las mujeres deben evitar hacer ejercicios en posición supina después del primer trimestre. Esta posición se asocia con una disminución del gasto cardiaco de la mayoría de mujeres embarazadas. Debido a que durante la realización de un ejercicio vigoroso el gasto cardiaco restante se distribuirá preferentemente por los lechos esplácnicos (entre los que se incluye el útero), es mejor evitar estos ejercicios durante el embarazo. También hay que evitar permanecer mucho tiempo de pie sin moverse.
Las mujeres deben ser conscientes de que durante el embarazo disminuye el oxígeno disponible para la realización de ejercicios aeróbicos. Debe animárseles a que modifiquen la intensidad del ejercicio de acuerdo con los síntomas de su embarazo. las mujeres embarazadas deben interrumpir el ejercicio cuando se sientan fatigadas y no deben quedar exhaustas. Los ejercicios con el peso del cuerpo pueden continuarse durante la gestación en algunas circunstancias con intensidades similares a las de antes del embarazo. Los ejercicios que no soportan el peso del cuerpo, como el ciclismo o la natación, reducirán al mínimo el riesgo de lesión y facilitarán la continuación del ejercicio durante el embarazo.
Los cambios morfológicos que se producen durante el embarazo actúan como contraindicaciones para aquellos ejercicios en que se puede perder el equilibrio y poner en peligro a la madre o el feto, especialmente durante el tercer trimestre. Además, deberá evitarse cualquier tipo de ejercicio que implique incluso tan solo un leve traumatismo abdominal.
Durante el embarazo se necesitan 300 kcal diarias adicionales para mantener la homeostasis metabólica. Por lo cual, las mujeres que hagan ejercicio durante el embarazo deben tener especial cuidado en asegurarse de que su dieta sea la adecuada.
Las mujeres embarazadas que hacen ejercicio durante el primer trimestre deben aumentar la disolución del calor asegurando una adecuada hidratación, vistiendo la ropa adecuada y escogiendo unas condiciones ambientales óptimas para realizar ejercicio.
Muchos cambios fisiológicos y morfológicos del embarazo persisten cuatro o seis semanas después del parto, así que deben reanudarse gradualmente los programas de ejercicio que se hacían antes del embarazo de acuerdo con la capacidad física de cada mujer.
Esperamos que estas recomendaciones para hacer ejercicio en el embarazo os sean de utilidad y sigáis una rutina de actividad física saludable, el cuerpo y el bebé lo agradecerán, y no olvides consultar al ginecólogo cualquier duda que te surja.
Qué llevar al hospital: la bolsa de mamá cuando vas a dar a luz
Si estás embarazada, es recomendable que prepares la maleta del hospital en torno a la semana 37, ya que a partir de esa fecha el parto podría presentarse en cualquier momento, y lo mejor es que te pille con todo preparado para evitar agobios y olvidos importantes.
Deberás preparar una maleta para tí y otra para tu recién nacido, y hacerlo de forma meditada para no guardar más cosas de las necesarias. Aunque el contenido puede variar en función del tiempo que vayas a permanecer en el hospital, y de si vas a dar a luz en un centro público o privado, en general estos son los imprescindibles que no deberían faltar en la bosa de la mamá.
MALETA
Si no tienes una maleta pequeña, individual y fácilmente manejable es momento de hacerse con una. Piensa además que esta maleta podrás usarla posteriormente cuando salgas de paseo o de viaje con tu bebé.
Carpeta porta-documentos
Lo primero que deberás guardar en la maleta es una carpeta con toda la documentación y pruebas médicas que te hayan realizado durante el embarazo. En caso de haber hecho un plan de parto no olvides guardar una copia en tu maleta, tanto si ya lo has entregado en el hospital como si todavía no lo has hecho.
Camisón abierto por delante
Aunque lo más probable es que en el hospital donde des a luz te faciliten un camisón para el momento del parto, es recomendable que te lleves dos o tres camisones propios para que puedas cambiarte cuando hayas dado a luz.
Recuerda que el camisón debe ser cómodo, tanto para tí como para los profesionales sanitarios que te atienden, por lo que intenta elegir uno sencillo y abierto por delante para que te permita dar el pecho fácilmente a tu bebé. No se aconsejan pijamas de dos piezas, y personalmente recomiendo llevar un camisón de manga corta, porque normalmente la temperatura de la habitación suele ser elevada.
Bata
Considero que la bata es un prenda muy útil e imprescindible para la estancia hospitalaria, ya que te aportará comodidad y discreción para poder pasear y recibir a las visitas, además de calidez. Sin embargo, se trata de una prenda opcional que no a todo el mundo le resulta imprescindible.
Zapatillas cómodas
Otro de los imprescindibles que no debe faltar en tu maleta son unas zapatillas, cómodas, ligeras y abiertas por detrás para que te resulte fácil ponértelas y quitártelas sin necesidad de agacharte. Personalmente no recomiendo zapatillas tipo chanclas o con los dedos por fuera, ya que aparte de resultarme más incómodas ofrecen peor sujección.
Sujetador de lactancia
Si vas a dar el pecho a tu bebé no debes olvidar meter en tu maleta uno dos sujetadores de lactancia. Mi recomendación es que elijas un sujetador de tejido suave, sin costuras y preferiblemente sin aros, para que sea lo más cómodo posible.
Braguitas desechables
Las braguitas desechables son imprescidibles para el postparto, y a menudo es una de las recomendaciones que los ginecólogos dan a las mamás a la hora de preparar la bolsa del hospital.
Al ser ropa interior de un solo uso, resultan muy higiénicas para la ocasión, además de estar elaboradas con tejido suave, transpirable y sin costuras, que no molesta en caso de haber puntos o cesárea.
Otras cosas que no debes olvidar
Es importante también que valores si el día del alta vas a querer ponerte la misma ropa que llevarás el día del ingreso. Mi recomendación es que uses la misma, por lo que cuando el parto se haya desencadenado y te prepares para ir al hospital, elige prendas de ropa cómoda que puedas volver a ponerte con facilidad el día del alta.
No obstante, puedes dejar preparada en casa una muda de repuesto para que tu pareja o algún familiar te la acerque al hospital el día del alta, por si la ropa que llevas puesta se mancha o no puedes volver a utilizarla.
No olvides tampoco meter en la maleta objetos de aseo para la persona que te acompañe, así como el cargador de tu móvil y una cámara de fotos con la batería cargada.
Estos son mis imprescindibles para la bolsa de mamá, ¿echas en falta algo más?
Cómo cambiarle el pañal a tu bebé paso a paso
Aprende cómo hacerlo en 5 sencillos pasos
Para las mamás primerizas el cambio de pañal es un tema que muchas veces preocupa por que no saben como hacerlo o por que no saben como explicar a su pareja la forma correcta en que tiene que realizarse para evitar derrames o irritación en el bebé.
Es por eso que a continuación te decimos cuáles son los pasos sencillos que debes seguir para cambiar el pañal de tu bebé.
1.- Prepárate: acerca todo lo que necesitarás al lugar donde vas a cambiarlo, así no tendrás que moverte y no lo dejarás solo. Quítale el pantalón o sube su mameluco hasta su pecho.
2.- Extiende el pañal limpio levantando al bebé por los tobillos, desliza el pañal por debajo de su espalda hasta la cintura, las cintas adhesivas debes quedar a la altura de su ombligo.
3.- Separa los adhesivos del pañal sucio doblándolos sobre sí mismos y baja la parte delantera del pañal y dóblala con cuidado.
4.- Limpia sus pompas de adelante hacia atrás con una toalla húmeda cuidado de no lastimarlo y aplica crema protectora para prevenir rozaduras.
5.- Para colocar el pañal limpio pasa la parte delantera entre las piernas del niño y comprueba que la parte delantera esta a la misma altura que la parte trasera antes de pegar la cinta adhesiva.