Si bien los casos de partos en los que la mujer no llega a recibir atención médica son menos comunes de lo que se cree (según el sitio Baby Center, ocurre en 1 de cada 200 nacimientos), sí es una situación que puede presentarse y es mejor tener la información necesaria para encararla.
Si eres madre primeriza, no te preocupes. Los nacimientos de emergencia, es decir, aquellos en los que la madre no llega al hospital o la partera no llega al hogar, no suelen suceder durante el primer parto y son más frecuentes en mujeres con al menos un hijo.
Qué hacer en un parto de emergencia
1. Pide ayuda
Antes que nada, llama a una ambulancia o a tu partera. Si estás en el auto camino al hospital y sientes ganas de pujar, no intentes acelerar o manejar de manera imprudente. Lo mejor es que te detengas, pidas una ambulancia y atiendas el parto. Siempre que sea posible, intenta estar acompañada.
2. Prende la calefacción
Ten en cuenta que es mejor que el recién nacido llegue al mundo en un lugar cálido.
3. Reúne todo lo necesario
Estos son los elementos que necesitas para atender un parto:
- toallas limpias y mantas para limpiar y envolver al bebé
- un gorro de bebé para abrigarlo
- un bowl grande o una bolsa de nylon sin agujeros para la placenta
Si tienes tiempo, coloca nylon sobre la cama y luego sábanas por encima.
3. ¿Es hora de pujar?
Si sientes ganas de pujar, intenta respirar y no hacerlo hasta que llegue la ayuda. Pero, si ves que no aguantas, puja por cinco segundos, para y respira.
4. ¿Sientes la cabeza del bebé?
Cuando notes que el bebé está saliendo, es importante que sostengas su cabeza. Sin embargo, bajo ningún motivo debes tirar de ella o hacer fuerza para ayudar a que nazca.
Si estás sola, pon tu pelvis cerca del suelo y coloca allí toallas para recibir al bebé. Si estás con otra persona, ella puede encargarse de sostenerlo con la ayuda de una toalla.
Si notas que el bebé tiene el cordón umbilical alrededor del cuello, desenrédalo con cuidado o al menos aflójalo para que pueda respirar. Es importante que no tires del cordón. Si no puedes desenredarlo, espera a que termine de nacer para hacerlo.
Espera a la siguiente contracción para que salga el cuerpo. Ten mucho cuidado cuando lo sostengas porque los recién nacidos están cubiertos de fluidos y pueden resbalarse de tus manos.
Ponlo en tu pecho para darle calor, pero ten mucho cuidado para no tirar del cordón umbilical. Luego, sécalo con una toalla limpia. Ponerlo cerca de tu pecho o incluso amamantar los ayudará a calmarse y acelerará las contracciones para el alumbramiento de la placenta.
¿Qué hacer si el bebé no respira?
Por lo general, el bebé comenzará a llorar (señal de que está respirando) al poco tiempo de nacer y empezará a adquirir color. Si notas que no lo hace, limpia su boca y fosas nasales para retirar cualquier mucosidad que pueda tener. A continuación, masajea todo su cuerpo con una toalla limpia, háblale y respira sobre él.
No entres en pánico ni le golpees la espalda. Ten en cuenta que el bebé todavía está conectado a la placenta por el cordón umbilical y recibe oxígeno por ese medio. Si aún no respira, dale respiración boca a boca por 30 segundos y, si todavía no responde, hazle RCP. En este video un profesional te enseña cómo hacerlo:
5. La placenta
La placenta saldrá del útero por medio de contracciones entre 10 y 30 minutos después del nacimiento. El contacto con el bebé genera oxitocina y puede acelerar las contracciones. Es importante que dejes que la placenta salga de forma natural y no tires de ella. No te asustes si notas que el sangrado aumenta en esta etapa. Es normal, ya que la placenta se separa del útero.
Ponla en un recipiente o una bolsa sin agujeros y guárdala para que el médico o la partera la inspeccione y vea si está completa. No cortes el cordón umbilical, espera a que los especialistas lleguen para hacerlo. Ten en cuenta que debes manipular al bebé y la placenta con cuidado para que el cordón no se rompa.
Lo más importante es que mantengas la calma y confíes en que tu cuerpo está preparado para el parto. Recuerda que la ayuda viene en camino y llegará antes de lo que crees.