Una reflexión sobre el personaje principal, al inicio de la película Hernán Cortés: Un hombre entre Dios y el Diablo, de Fernando González Sitges, sintetiza de manera magistral tanto al filme como a la vida del hombre: “Ningún otro conquistador consiguió tanto para el Reino de España; ningún otro obtuvo de su Rey tanto desprecio.”
Rechazo que puede extenderse hasta nuestros días, a las tierras por él conquistadas, en donde no podía faltar Cuernavaca, una de las posesiones del Marqués del Valle de Oaxaca.
Por ello, entre los asistentes a la proyección de la obra cinematográfica, la historiadora de arte María Helena Noval, llamó la atención al hecho de que la escultura ecuestre de Hernán Cortés –obra del escultor Sebastián Aparicio que estuvo en el Hotel Casino de la Selva y que fuera mandada a hacer por Manuel Suárez-, se encuentra en la actualidad en un deshuesadero.
Además, criticó que luego de que se le volvió a colocar, “le hicieron una mala restauración” y que hasta la fecha no se ha puesto en la ciudad, después de que se le movió de la colonia Lomas de Cortés.
Por su parte, el escultor Víctor Manuel Contreras subrayó que
Cuernavaca hace el ridículo al tener tantas nomenclaturas relacionadas con el personaje español y ninguna escultura de él: Paseo del Conquistador, Lomas de Cortés, Rancho Cortés, Hacienda de Cortés y Palacio de Cortés, enunció.
Por ello, durante la sección de preguntas después de concluir el filme, Contreras cuestionó: “¿Por qué no traer la escultura de Cortés y ponerla frente a su palacio?”
*DE LA AMBICIÓN AL LEGADO
Acerca de la película proyectada cabe decir que se divide en cuatro capítulos: el primero titulado “Ambición”, que abarca desde la llegada de Cortés a la isla de Cozumel, el contacto con Gerónimo de Aguilar, el papel de Malintzin y hasta su encuentro con Moctezuma.
Entre los muchos datos de interés que se mencionan, destaca que los españoles encontraron en sus aliados indígenas, “el ejército que no tenían” para vencer a los mexicas. Así como el comparativo de que, en esa época, mientras Londres tenía 60 mil habitantes, la población de Tenochtitlán era de 200 mil.
En el segundo capítulo, “Conquista”, resalta el papel del noble Cuauhpopoca, quien demostró a Mocetzuma que los españoles eran humanos y no enviados de los dioses; así como el episodio de la batalla llamada de La Noche Triste, en donde los mexicas hicieron huir a 8 mil hombres, 1300 de los cuales eran españoles.
Posteriormente, Cortés mandó construir 13 bergantines –a partir de los materiales que quedaron después de haber barrenado (y no quemado) los barcos en los que él y sus hombres se trasladaron desde Cuba- para sitiar Tenochtitlan.
El capítulo 3, “Declive”, narra las tribulaciones de Cortés, una vez que perdió el apoyo de Carlos V y reflexiona que su vida fue un constante peregrinar que no concluyó con su muerte. Esa sección fue grabada en el Hospital de Jesús, en la ciudad de México, en donde permanecen los restos del conquistador.
Por último, la película presenta como capítulo 4, “Legado”, en donde se resalta que Cortés fue un hombre fuera de lo común.
El Doctor Miguel León Portilla asevera que, pese al desagrado que puede causar a los mexicanos el capítulo protagonizado por Cortés,
recordó que “la historia de la humanidad está hecha de conquistas”.
Bernard Grunberg, catedrático en Historia Moderna por la Universidad de Reims, hace una reflexión final contundente, al decir que aunque los mexicanos se sienten orgullosos de su pasado, subsiste el desprecio por los descendientes de los indígenas y se busca no asimilarse con ellos.
En la película también expresan sus comentarios el arqueólogo Eduardo Matos; el Doctor en Historia por la UNAM, Antonio Rubial García; la directora del Museo de América, en Madrid, España, Concepción García Sáiz; la historiadora y catedrática de la Universidad de Paris, Sorbona, Loise Bénat Tachot y el Presidente de la Fundación Miguel Alemán, A.C., Miguel Alemán Velasco.
En la parte actuada participan como actores Fernando de Retes (Hernán Cortés); Harold Torres (Moctezuma); Priscila Lepe (Malintzin); Stefan Steinmann (Gerónimo de Aguilar), entre otros.
*BERNAL DÍAZ NO ERA CORTÉS
“Debemos asumir con orgullo nuestras dos raíces”, planteó José N. Iturriaga, antes de las intervenciones del público, y consideró que
“cinematográficamente, la película es buena. Los aspectos de historia tienen carga política”, consideró.
Mencionó que el director de la obra y autor del guion, Fernando González Sitges, es español, “yo estuve retroalimentándolo por la parte de historia”, dijo.
Recordó que en Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes compara a Cortés con Julio César. Y que aunque hay quienes han querido presentar a Cortés como el gran hombre del Renacimiento, “él venía tras el oro” y “lo sanguinario ya lo vieron” en la película, acotó.
Para concluir, sostuvo que era falsa la afirmación del historiador francés Christian Duverger, acerca de que la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España no fue escrita por Bernal Díaz del Castillo, sino por Hernán Cortés.
Bernal no era Cortés, afirmó Iturriaga, basta leer la Historia verdadera... y las Cartas de relación, para darse cuenta que eran dos personas diferentes, expuso.
Y dijo que había muchos ejemplos para demostrarlo, al comparar ambas obras, como el hecho de que Bernal critica la parcialidad con la que se despacha Cortés.