Los criptográficos mensajes que Mar nos transmite -nos ha dicho la artista- han nacido tanto del hallazgo accidental, como de procesos inconscientes. Son pues el producto intuitivo que una mente en alerta permanente, que va convirtiendo la creación en disciplina.
También paulatinamente, signo a signo, Mar va creando su propio lenguaje y con él va construyendo nuevas realidades. El testimonio con el que Mar nos confronta parece hablarnos en un primer momento de composiciones naturales a partir de elementos sencillos, pero que habiendo sido filtrados por su sensibilidad, en realidad se han convertido en formas ambiguas de múltiples lecturas, en los que su sencillez los acerca por momentos al símbolo; pero sus flores o sus estructuras orgánicas pueden ser también cristales o radiaciones estelares, sugiriéndonos a la vez contenidos eróticos y aun formas cabalísticas. A fin de cuentas, han sido convertidos en elementos metafóricos con los que la artista juega, con la libertad que le da el dominio técnico, a construir poemas visuales y en este juego, ella misma se muestra y se oculta.
La imagen metafórica ha sido una constante en su trabajo y ya la encontramos en el proyecto de gráfica que desarrolló en el 2009 con el apoyo del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes; ahí, las partes del cuerpo humano se transformaban en rompecabezas cuyos elementos buscaban ensambles y complementos que, derivados del avance tecnológico, podían llegar a mecanizaciones deshumanizadas, pero que muchas otras veces terminaban en estructuras líricas más cercanas a los ensueños.
Otra constante de su obra, ya presente en el proyecto antes señalado, es la fragmentación, que entre otras cosas permite a la artista y al espectador, imaginar composiciones infinitas a partir del reagrupamiento de los elementos propuestos; además la obra de Mar no sigue una estrategia de confrontación con el espectador; sino que le invita a aceptarla inconscientemente, a dejarse seducir por sus formas redondeadas, su composición armónica, su sobrio y equilibrado colorido, su apariencia de sencillez, y cuando el espectador cree que ha comprendido y asimilado el mensaje plástico, inevitablemente empiezan para él las diferentes interpretaciones y la obra cumple con su destino de provocar emociones imposibles de clasificar y ofrece a cada nueva revisión una nueva significación, desde el misterio de su esencia artística.
Celebramos que la presente exposición, integrada bajo el nombre de Morada Interior, permita a Mar Gasca mostrar un cuerpo de obra maduro, en el que su voluntad y sensibilidad han logrado que la diversidad temática y formal, además de la variedad de técnicas empleadas, operen como elementos de cohesión creando una espléndida expresión de unidad. En esta muestra Mar ha decidido exponerse a sí misma, al mostrar aquello que la habita y no nos queda más que aceptar su invitación e intentar a nuestro riesgo al disfrute de sus misterios.
*Texto preparado para la exposición Morada interior, de Mar Gasca Madrigal, que será inaugurada el próximo sábado 9 de abril del presente año, a las 6:00 p.m. en el Museo Güelu, Calle Ixcateopan 101, Colonia Vista Hermosa, en Cuernavaca.