“En mi música confluyen la naturaleza y la tecnología. El disco fue grabado con instrumentos étnicos, cantos, fonéticas y música electrónica.”
“Los temas parten de las culturas que me interesan y de los ambientes en los que he vivido. Nací y vivo en Tepoztlán, comencé a cantar en los temazcales en los círculos de curación; pero también he residido en las grandes ciudades. En mi música confluyen la naturaleza y la tecnología. El disco fue grabado con instrumentos étnicos, cantos, fonéticas y música electrónica”.
Así se ha referido la cantautora Estusha Grinberg, en un comunicado de la Fonoteca Nacional, respecto a su más reciente producción discográfica Wotan: A contemporary ethnic celebration, el cual será presentado en el teatro Ocampo de Cuernavaca, el próximo sábado 20 de febrero, a las 20:00 horas.
Los temas que forman parte del disco y del concierto sabatino son: Tihowayo, Vakna konal, Aportua, Asatoma, Paranque, Huichol, Balajam, Yahe y Jikury.
“Wotan –explica la intérprete- es el nombre de un dios vikingo que representa la fuerza y, en este sentido, el disco va con mucha fuerza y con mucho amor. Las obras son composiciones propias y arreglos sobre cantos étnicos en idioma huichol, así como lenguas de Nepal, Mali, India y Brasil.”
Por ello, la información refiere que Estusha fusiona la profunda riqueza de las tradiciones musicales en Mesoamérica y otras partes del mundo, con el uso la música electrónica, la improvisación y la experimentación de ritmos. Se trata de una celebración de la diversidad étnica y cultural del mundo.
El concierto será singular, porque  además de aportar su voz, Estusha hará sonar instrumentos como el arpa, cajón peruano, balafón, kalimba y ocarina; en tanto que Juan Carlos “Juanchi “ Vázquez hará lo propio con las congas, cajón peruano, quijada, bongos, teponaztles y ollas de barro y Pablo Borchi Klapp fungirá como Dj, en secuencias y programación.
Por otra parte, un boletín de la Secretaría de Cultura federal consigna una entrevista con la artista, en donde expuso que el material discográfico grabado, es el crisol de lo que ha realizado durante más de dos décadas de trayectoria musical.
“En mis otros discos he usado computadoras e instrumentos electrónicos, pero no esta música, porque no había encontrado la fusión que me gustara, hasta que lo conseguí”.
Destacó que la música electrónica fue una oportunidad para acercar a más público a su propuesta, en especial a los jóvenes y a personas que no escuchaban música étnica por considerarla “rara”.
En Wotan se incluye una enorme gama de letras, como cantos huicholes sobre la sanación y el conocimiento del jikury (peyote), la planta sagrada de la cosmovisión del pueblo huichol; cantos en sanscrito, cantos brasileños que nacen a partir de la esclavitud negra y cantos étnicos de celebración de todo el mundo.
Además de fonéticas e improvisaciones, por parte de los instrumentos, se puede escuchar el balafón de Mali, el cajón peruano y la ngoma, arpa de Gabón.
Para Estusha Grinberg, vivir desde pequeña en Tepoztlán, Morelos, considerado un lugar místico por sus leyendas y tradiciones, influyó en su gusto por la música en general.
“Es un lugar al que llega gente de todo el mundo y hay una parte indígena muy fuerte enfocada en sus raíces. Desde niña me tocó convivir con estos elementos, los temazcales, las ceremonias y empecé a cantar como lo hacen los indígenas, más tarde tuve una educación vocal, pero eduqué mi voz siempre con esa raíz de la Tierra”.
Hija de Jacobo Grinberg, reconocido científico especializado en el estudio de las técnicas del chamanismo y su relación con una teoría de la mente humana, reconoció que el trabajo realizado por su padre fue inspirador, aunque en su caso optó por un enfoque artístico.
“Aunque a mí me jaló el lado del arte, todo esto que él trabajaba y descubría sobre que somos parte de un origen, converge en algún momento determinado en el arte, la música y el canto en el que hay un regreso a los orígenes, a la Tierra (…) Venimos todos de una sola cosa y la diversidad es el prodigio”.
Estusha Grinberg ha participado con varios grupos y artistas, entre los que se encuentran Tania Libertad, Claudia Martínez, Jon Anderson (vocalista del grupo Yes), Café Tacuba y Maná, y en 1992 fundó, junto con Pedro Vadhar,Cielo y Tierra, primer proyecto de World Music en México.
Se ha dedicado a investigar aspectos de la música proveniente de varias culturas del mundo, como África, India, Nepal, Turquía, Países Árabes, Bulgaria, Israel, Perú,  Brasil, Argentina, Bolivia, México, Canadá y la parte indígena de Estados Unidos, así como algunos aspectos de la música celta.
A partir de estos estudios ha realizado fusiones de instrumentos y cantos, dando como resultado una mezcla creativa que puede incluir desde cantos hindúes con instrumentos africanos hasta canto tradicional de los indígenas norteamericanos, con percusiones de India.
La intérprete, que cuenta con seis producciones discográficas, celebró que en la actualidad exista un movimiento creativo interesado en rescatar la música de raíz.
“Me da gusto ver que se abren los caminos a otro tipo de música. Es una gran suerte que se pueda meter esta música tradicional y étnica a lo contemporáneo. Es de las pocas cosas que nos quedan a nivel musical y de raíz”, concluye el comunicado federal.