Con lacerante sinceridad, quedó desnuda la imagen del México de represión del siglo XXI, del México de contubernios gobierno-delincuenciales, y se expresaba sin cortapisas: “Me duele que a las juventudes, los ancianos, las mujeres, por defender a los indios, a los hijos de la chingada, a los prietos, los desaparezcan”.
Y si el pago no es con la vida, es con su libertad: “o que los encierren y que cuando se organizan para decir ‘¡No me mates!’, se les criminalice”, como en el caso de Nestora Salgado, denunciaban las voces de los artistas.
La noche del pasado sábado 31 de octubre, cobijó una experiencia realmente memorable, de sacudimientos de conciencias entre deleites musicales, que debió haber sido vivida por un mayor público que el que sólo llenó el primer nivel del céntrico inmueble, en la Ciudad de la Eterna Primavera.
La calidad y el humanismo de la propuesta presentada, el montaje escénico de La Pasión según San Juan, daban para que el primer y segundo pisos estuvieran atiborrados.
*INSTRUMENTOS Y VOCES, DE PRIMER NIVEL
Porque de primer nivel fue la interpretación que de la obra de Bach hicieron los violines, las violas, la viola de Gamba, los violonchelos, el contrabajo, las flautas, el oboe barroco, d’amor y da caccia, así como el órgano y el laud del Ensamble Barroco de la Orquesta Escuela Carlos Chávez.
De la misma magnitud, fueron las interpretaciones de las voces sopranos, mezzosopranos y contraltos de siete cantantes femeninas; y las de sus contrapartes: tenores y contratenor, barítono y bajos, de nueve concertistas. Todos los cuales conforman una maravilla denominada Ensamble Escénico Vocal del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM).
La Capella Barroca de México complementó a tan espléndida combinación de voces e instrumentos, que contó con la dirección escénica de Hernán del Riego.
Y desde la batuta, ataviado en el mismo estilo informal que los cantantes que llevaron a cabo la representación en el escenario, el flautista internacional y director, Horacio Franco.
El montaje escénico, que contó con pantallas en donde se leía la traducción de lo cantado en alemán por los artistas, estuvo divido en cuatro partes –relacionadas con el martirio de Jesús, en una selección de la obra original de Bach-, con breves pausas entre cada una de ellas: “Traición y captura”, “Vergüenza”, “Condena y crucifixión” y “Muerte”.
*NUESTRO SILENCIO, LO MÁS PELIGROSO
Un decorado sencillo, en donde predominaron los escritorios, las sillas y los bancos altos –como si se tratara de un taller artístico en donde se imparten y reciben clases-, contrastaba con la época de origen de la composición. Y acentuaba en los asistentes la conciencia de su realidad cuando, de forma individual, los cantantes hablaban de sí mismos, entre interpretación e interpretación.
Así, por ejemplo, Emilio dijo que en su infancia pensó que la miseria era normal; Josué se sinceró al expresar: “estoy harto de todo, menos de Bach y de su música”; Antonio se declaró violento y admitió en otro tiempo, el placer que le provocaba.
Una de las chicas, veracruzana, pidió justicia y enunció los números de desaparecidos en distintas partes de su estado. “¿Dónde están esas personas?”, cuestionó.
Otra de las participantes, llevó a la reflexión individual cuando expuso: “Lucho contra lo más peligroso: nuestro silencio”.
El hecho de que los artistas no se hubieran ataviado con vestuario de la época en la que vivió Jesús y que no se hubiera utilizado utilería de parafernalia para ese tipo de representaciones, como una cruz enorme que cargar –se hizo uso tan sólo de pequeños espejos, cintas rojas e imágenes del rostro de Jesús-, fueron dos situaciones que contribuyeron a que nunca se perdiera la relación del drama recreado con el presente.
*HUMANO Y REVOLUCIONARIO
Ese carácter quedó marcado desde el comienzo, cuando se definió a Jesús como “un revolucionario que murió por sus ideas”, y cuando se pidió verlo “como humano que sufrió una injusticia y que murió por su ideal de amor”.
O bien, casi hasta el final, cuando se recordó que México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en crímenes por homofobia y transfobia. Y se pidió parar el alto índice de feminicidios.
“México es uno de los países con mayores ejecuciones extraoficiales en el mundo. Me duele mucho”, fue la última de las verdades denunciadas.
*ES UN ESPECTÁCULO SOBRE LA PASIÓN
Al concluir el montaje escénico de La Pasión según San Juan, el Maestro Horacio Franco acepta una entrevista con Bajo el volcán, en donde hace una serie de precisiones acerca del trabajo que dirigió y donde puntualiza que, aunque se trató de una propuesta muy contemporánea y muy mexicana del siglo XXI, se respetaron al máximo los cánones estéticos de la música.
-Usted presentó hace un par de años, La Pasión según San Juan, para celebrar los 35 años de su trayectoria artística dentro de la música, ¿qué es lo que cambió respecto a la presentación que vimos hoy en el teatro Ocampo?
-Lo que pasa es que no es el mismo grupo con el que preparé esto. Este grupo es un grupo de élite, es un grupo, de veras, de punta, de músicos de punta del Sistema Nacional de Fomento Musical: el Ensamble Escénico Vocal, que es el mejor Ensamble que hay en este país, sin lugar a dudas, y pongo las manos al fuego por ellos.
Es un ensamble extraordinario de jóvenes cantantes, muy buenos músicos, muy buenos cantantes y estudiantes además de excelencia; con miembros de la Orquesta Escuela Carlos Chávez que cambiaron un poco su técnica: les estuve dando clases de cómo tocar el Barroco; y miembros del grupo Capella Barroca de México, que son los menos finalmente, pero esto fue así, un trabajo patrocinado por el SNFM, lo que no tuvo nada que ver con lo que hice en 2013, que fue la presentación de La Pasión según San Juan, y la presentación en Bellas Artes y en el Festival Cervantino como celebración de mis 35 años de carrera.
-Y en este tiempo que ha presentado esta obra, ¿de qué lo han calificado más: de hereje, de genio o de loco?
-No, lo que pasa es que esta propuesta escénica no es mía, de hecho todavía nos queda un concierto con este ensamble que vamos a hacer el día 3, en San Luis Potosí, en el Festival de Música Antigua y Barroca, vamos a estar en la Catedral, ahí no se puede hacer escénico.
Esta es una propuesta escénica de hacer La Pasión según San Juan cortándole partes, haciéndola como una obra de teatro en realidad, eso no es La Pasión según San Juan, es un espectáculo sobre La Pasión según San Juan.
Y estando con esa apertura, la genialidad de Hernán del Riego como director de escena y la propuesta muy acertada, escénica, contemporánea con los problemas que estamos viviendo en México, creo que no se pudo hacer mejor que con él.
Entonces yo estoy muy al servicio de lo que él quiere como director de escena. Y él está muy al servicio de la música, pese a que hubo que sacrificar muchas partes, de las cuales yo tampoco estuve de acuerdo, pero él así las pidió y lo respeto, porque él es el director de escena.
-Los artistas no pueden escapar a su tiempo. Fue una representación muy cercana y humanizada, con las intervenciones orales que hicieron a lo largo del espectáculo.
-Exactamente, así es. Es una absoluta visión, nueva, muy contemporánea y muy mexicana del siglo XXI de lo que es La Pasión según San Juan, respetando al máximo los cánones estéticos de la música.
-Y el espíritu de Bach predominando en todo momento.
-Porque Bach es fuerte, porque a Bach lo conozco muy bien y porque conozco cómo es el estilo de la música de Bach y tengo realmente, ya después de tantos años de hacer Bach y de hacer música barroca, el modo de cómo hacer esta música finalmente.