“Lo más que podemos hacer es tomar conciencia de nuestra finitud y no quedarnos ahí, tenemos la posibilidad de crecer sin límites y eso es lo que es fundamental para la filosofía.”
“El que diga que tiene la verdad es un farsante, porque hay tantos farsantes hoy en día, empezando desde el aparato político al empresarial y al religioso”, fustigó el filósofo Leonardo da Jandra durante su primera presentación pública en Cuernavaca.
“El ser humano es una partícula infinitesimal en un cosmos inconmensurable, y lo más que podemos hacer es tomar conciencia de nuestra finitud y no quedarnos ahí, tenemos la posibilidad de crecer sin límites y eso es lo que es fundamental para la filosofía”, añadió durante la presentación de su libro Filosofía para desencantados, en el marco del Festival de edición independiente Lateralia 2015.
Refirió que cuando una sociedad le da la espalda a la filosofía, entra inevitablemente en decadencia y agregó: “esto lo debemos enfatizar, porque la mayoría de los políticos y los empresarios ya consideran al artista como una anomalía, que los está criticando todo el tiempo. Entonces dicen: ¿para qué les damos becas?, ¿para qué les damos dinero a estos cabrones que nos están chingue y chingue sistemáticamente y no nos permiten hacer con impunidad nuestras fechorías?”.
Porque con esa labor crítica, reflexionó, “el pueblo termina comprendiendo y un pueblo que comprende es un pueblo que le corta la cabeza a todos esos políticos corruptos e inmorales y a empresarios voraces”.
El volumen publicado por Atalanta, fue presentado la tarde del pasado 15 de agosto, en el Centro Cultural Pepe el Toro y los comentarios estuvieron a cargo de Slaymen Bonilla, Mikel Lecumberri y el propio autor.
*DIGNO HIJO DE LA FILOSOFÍA ALEMANA
Da Jandra refirió que cuando hizo su tesis de doctorado, titulada Totalidad, Seudototalidad y Parte, “arriesgué una visión sistemática y metódica, soy un digno hijo de la filosofía alemana, me llamo digno porque hoy en día casi ni se conoce, pero ahí crecí yo desde muy joven y arriesgué un sistema y un método y lo apliqué a la confección de otros sistemas y otros métodos. Es imposible pensar sin una visión metódica y sistemática”, enfatizó.
Mencionó que el sistema de su libro tiene una triple conformación, “yo siempre he estado obsesionado con las trilogías, no es que sea una deformación del pensamiento, quizás se deba a mi educación, a todas esas expresiones de una cultura guerrera, bárbara, como la germana”.
Ustedes saben o deben tener memoria, aunque esté un poco ensombrecida, continuó, “de que los bárbaros entraron en Roma y le dieron el golpe de gracia al imperio romano, la cultura latina, como los romanos, los latinos, se lo habían dado siglos antes a la cultura griega, pero jamás ningún imperio cae desde afuera”, destacó.
Eso es algo que se debe tener presente con lo que sucede entre México y Estados Unidos, advirtió, “cuando ya entran estas oleadas bárbaras, es que ya los imperios han dado lo que tenían que dar, y generalmente los imperios colapsan cuando desaparece el culto a las ideas y se desplaza por lo que yo llamo la doble determinación animalística: la oralidad y la genitalidad, que son las características fundamentales de nuestro tiempo, el culto a la autogratificación oral y genital”, puntualizó.
Crítico, explicó su visión de lo que sucede hoy en día: “los futbolistas descerebrados, toda esa fauna, acapara los espacios, junto con los comediantes, como sucedió en Grecia, como sucedió en Roma, y los jóvenes los toman como valores, entonces surgen nuevas derivas en las escuelas, para preparar a las nuevas generaciones con base a estas manifestaciones de la autogratificación; y esas generaciones ya nacen perdidas, como pasa con los chicos de hoy en día: están perdidos por completo”.
Agregó que muchas madres están viviendo esa situación con sus hijos, quienes “prefieren estar ante el mundo virtual, sin criterio alguno, sin reflexión crítica, a tener la capacidad de reflexionar sobre lo que están viviendo, lo que están haciendo”.
*DIFERENCIA ENTRE FILÓSOFO Y PROFESOR DE FILOSOFÍA
En otro momento de su intervención, también lamentó que actualmente, en las escuelas se da una diferencia “muy clara y grande” entre el profesor de filosofía y el filósofo.
“Hay muchos profesores de filosofía, pero hay muy pocos filósofos. La característica, para mí fundamental, para definir a un filósofo, es que arriesgue una visión personal, que no se dedique a interpretar. Esa es una de las pesadillas de nuestro tiempo, la hermenéutica”, subrayó.
Lo que hacen ahora los profesores, continuó Leonardo da Jandra, “es interpretar, interpretar, y decía yo que en mi generación, a finales de los 60 y los 70, había una proyección muy fuerte hacia la transformación del mundo, basada por supuesto en Carlos Marx, que conocía muy bien al filósofo alemán Hegel, más que a Kant y que a Schopenhauer, hay que enfatizarlo”.
Dijo que en la décimo primera Tesis sobre Feuerbach, Marx decía que los filósofos están dedicados a interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo, “entonces yo no conozco hoy día, realmente, ningún proyecto transformador que salga de las universidades a nivel de conciencia. Sí vemos muy buenos logros científicos en el Politécnico y en la UNAM”, consideró.
*LA TEMÁTICA DEL LIBRO
En cuanto a la temática del libro presentado, expresó que la obra “tiene como visión sistemática las tres fases que yo considero que tiene que pasar el individuo para alcanzar su plenitud”.
Denominó a esas etapas como egocentrismo, sociocentrismo y cosmocentrismo.
La primera, prosiguió, tiene que ver fundamentalmente con el lenguaje, “cuando el hombre toma conciencia de su existencia, lo hace a partir del lenguaje, somos lenguaje, estamos hechos fundamentalmente de lenguaje, no de palabras, esa es una expresión del lenguaje y hay que entender la diferencia, entre el habla y el lenguaje. El lenguaje es sistemático, el habla es viva, y el habla es el que le da la vida al lenguaje; el lenguaje tiende a delimitar el habla y el habla está permanentemente rompiendo los diques que le pone el lenguaje”, apuntó.
Durante su exposición llamó la atención al hecho de que cuando la familia entra en crisis, también lo hace toda la sociedad y dijo que le gustaba plantear todos los cuestionamientos que realizó, “para que el contrario lleve al límite su inteligencia, por eso le digo siempre a los chicos: busquen lo difícil, lo fácil produce facilidad, lo difícil te saca lo mejor de ti mismo”.
Afirmó que “para superar este mundo que es hoy en día, definitivamente, global, pernicioso, del egocentrismo, en donde casi nadie hace algo por el otro y si lo hace es porque va a haber un beneficio inmediato”, se debe dar paso al sociocentrismo, “lo cual es impensable sin una ética, sin un encantamiento ético”.
Expuso el hecho de que, como ejemplo de la cumbre de la literatura Hispanoamérica, se podía nombrar a 50 autores de primer nivel mundial, pero lamentó que “ahora no hay eso, ahora hay una gran llanura sin cimas, no hay esas grandes obras. Ni un joven de los que he leído -no voy a dar nombres porque ya tengo bastantes enemigos gratuitos, dijo-, pero no hay esas grandes obras, porque esas grandes obras se forjaron en la adversidad, eran personajes que vivían en la adversidad, despreciados por los dictadores”.
Aseguro que ese contexto tenía que ver con un proyecto solidario, “había solidaridad, había preocupación por la sociedad, querían un mundo mejor, querían cambiar a la sociedad” y proclamó que la solidaridad es el eje del sociocentrismo, “yo no soy yo, sin el otro”.
En ese sentido, recomendó: “tenemos que empezar por cambiar nosotros mismos, desde el hogar, desde la escuela. Nuestra aportación fundamental está en nuestras manos: nuestra propia vida. No exijamos a los demás lo que no podemos hacer nosotros” y dijo esperar que el próximo paso que se dará, en 200 o 300 años, es el cosmocentrismo.
*NO SE ENSEÑAN EN LAS UNIVERSIDADES
Al comenzar su discurso –sin texto de por medio- Leonardo da Jandra señaló que la cultura hispana en general, no nada más México, “toda Hispanoamérica y España, ha adquirido una predilección por la imaginación sobre la racionalización crítica”.
Indicó que a principios del siglo XX, “teníamos un despertar y hay casos muy significativos que desafortunadamente no se enseñan en las universidades, en los departamentos de Filosofía. Hablo de El hombre mediocre, de José Ingenieros, en Argentina, un migrante italiano muy versado en la filosofía alemana; Los siete ensayos de José Carlos Mariátegui en el Perú; la Radiografía de la pampa, de Ezequiel Martínez Estrada, en fin. En México tuvimos un caso extraordinario que fue José Vasconcelos y luego El perfil del hombre y la cultura en México, de Samuel Ramos”, enunció.
A mí me marcó muy fuerte la escuela de la Revista de Occidente, con José Ortega y Gasset, manifestó, “tenía mis discrepancias con Ortega y las sigo teniendo, pero siempre he dicho que criticar a un grande no hace a un mediocre grande. Y hay que partir del reconocimiento de estos grandes titanes de nuestras letras”.
Hay que pensar que La rebelión de las masas, de Ortega, fue el primer bestseller en lengua castellana, se tradujo a muchos idiomas, circuló por Europa, continuó, “luego hay todo un discipulado: María Zambrano, Dolores Franco, los que vivieron acá, sobre todo José Gaos, yo lo conocí en la Facultad de Filosofía de la UNAM, yo estuve ahí cinco años. Toda esta generación de exiliados españoles, que tuvieron fundamentalmente un legado magisterial, no tanto de obra, porque fundamentalmente se dedicaron a hacer traducciones”.
Toda esa generación, puntualizó, “dio sustento y fundamento a los centros del pensamiento en México, que fue el generador genuino de nuevas ideas en América Latina y hasta la fecha, México sigue siendo el Hermano Mayor para toda América Latina”.
*UN FILÓSOFO DISTINTO
En su oportunidad, Slaymen Bonilla hizo una comparativa a partir del filósofo rumano Lucian Blaga y encontró muchas similitudes en la obra de Leonardo da Jandra, volumen del que dijo: “hay libros que te atrapan, revelaciones de algo que tu espíritu albergaba en sí”.
Expresó que Leonardo da Jandra “es un filósofo que vive lo que está diciendo” y que no divaga sobre el ser y las esencias, “es un filósofo –analítico y narrativo- que lleva a la práctica lo que dice”.
Concluyó que, al menos en la filosofía mexicana, “estamos ante uno de los pocos filósofos que surgen de vez en vez. Estamos ante un filósofo distinto. Este libro tiene espíritu. Es un filósofo que revolucionó en México la manera de pensar, de actuar y de vivir”, consideró.