Esa transformación a la que alude el título de la muestra escultórica, exhibida en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MuCiC), va más allá de un planteamiento estético dentro de la obra de Coronado, con las intervenciones realizadas sobre los bustos de niños.
Se trata de la continuidad de una motivación expresada en sus procesos creativos: su clara intención de provocar en los espectadores una necesaria reflexión respecto al mundo infantil, trastocado por el de los adultos, lo que ha llevado, en muchas ocasiones, a su maltrato en diversos aspectos.
La serie que se exhibe en el recinto localizado en la capital de Morelos, tiene demasiado puntos en común –aunque en otro soporte- con un trabajo previo del artista: las diversas intervenciones que realizó en una fotografía de sí mismo a los cuatro años de edad, en donde expuso su preocupación por el abuso y sufrimiento de los menores, a partir de su propia experiencia.
En esa otra serie también se apoyó de materiales reciclados en sus piezas, como botones, cierres, recortes, hilos y, por supuesto, pintura, para darle vida y sentido a una fotocopia del niño que fue. Reproducida para las intervenciones del artista que es hoy.
La continuidad de la preocupación del expositor aparece de manera evidente en trabajos como “El circo de la vida”: en el torso menudo se observa a un niño pintado de payaso con una jeringa clavada en el cuello. O en el sentido de ver a un “Niño lobo” con ropa interior play boy.
En “Lo cotidiano aparente” hay alusiones al mal uso de la tecnología puesta al alcance de quienes, por su edad, no tienen recursos para saber manejarla: el busto infantil es intervenido con alambre para el pelo y una pila como sexo. Un extraño chupón, el material de los ojos y de las orejas lo transmutan en una especie de robot.
Las metáforas que desarrolla en “Naturaleza viva” –el pelo son hojas, sus ojos tienen en el interior semillas y el pubis es una mariposa verde- son, quizá, un llamado a no olvidar que se trata de un ser en formación –un mundo en crecimiento y maduración- y todo lo que se puede destruir si el adulto no lo respeta.
Otros trabajos que completan la exhibición son “Dualidad”, “Algunos rastros”, “Retroalimentación”, “Ciego amor”, “Teje y maneje” y “Cocoloco”.
Nace en la ciudad de México un 18 de febrero de 1968. De formación autodidacta, a la fecha ha participado en diez y nueve exposiciones individuales, cincuenta y seis colectivas. Su obra ha sido expuesta en países como España, Portugal, Francia. Ha sido curador de muestras como: El amor no anda en burro, llevada a cabo en la Galería Chico Zapote, y Los dobleces del alma libros arte-objeto y La pieza del mes En la Casa de la Primera Imprenta de América. Ganador del primer lugar en la muestra libros de artista, en Tenango del aire Estado de México en 2008.
14 individuales, 23 colectivas y 2 especiales
Llamada de atención a los adultos por abusos y maltrato a los niños