Aunque la Casa de la Cultura como tal fue fundada hace cuatro años, en la nueva sede que ocupa ahora, las actividades comenzaron desde su inauguración, en el mes de mayo. Se localiza en el centro de Jiutepec, en un lugar que era utilizado anteriormente como plaza de toros y cuyo cambio de uso se decidió a través de una consulta pública.
Se localiza en el centro de Jiutepec, en un lugar que era utilizado anteriormente como plaza de toros y cuyo cambio de uso se decidió a través de una consulta pública.
Uno de sus ejes, agrega Jiménez Mendoza, es el de contribuir al restablecimiento del tejido social “y tener el compromiso con la gente, de que se apropien de él, los alumnos, los padres de familia, lo hagan suyo, hagan una verdadera casa, un hogar”, afirma.
-¿Cómo se consiguió concretar este proyecto?
-La presidenta municipal, Silvia Salazar, tenía muy claro que había que destinar un espacio para la cultura, porque ella nos acompañó en cómo se fue formando esta casa poco a poco, así que destinó un recurso para poder edificarla y brindar un espacio a la comunidad.
-¿Cómo ha sido la respuesta de la población en este tiempo?
-Hemos crecido bastante, la gente se da cuenta y sabe que los talleres y los valores son los ejes de nuestra casa, de nuestra labor. La gente viene, los padres de familia, vienen a tomar sus talleres con sus hijos y les ofrecemos pláticas para, de alguna manera, irse apoyando en el desarrollo de sus niños. Está disponible para toda la comunidad que guste venir y prepararse, entretenerse, buscar las alternativas de salud también, participar y lograr una comunidad cultural que es muy necesaria.
El maestro Alberto Jiménez establece que la función del nuevo recinto cultural es darle espacio y oportunidad a la población en general para que pueda aprender sobre arte, oficios y cultura a la salud alternativa.
“Es una opción para los papás, para sensibilizar a los niños, que se puedan expresar, inclusive los papás, porque tenemos talleres para todas las edades. Vamos a tener algunos talleres especiales de verano, y aparte abrimos de lunes a sábado de ocho de la mañana a ocho de la noche”, informa el directivo.
Los espacios con que cuenta la casa son utilizados en diversas actividades, por ejemplo, en la semana que termina tuvieron lugar desde conciertos con coros de más de 500 niños en dos días, en el foro al aire libre; en el auditorio se presentó la obra de teatro “Mis siete egos”, con el actor Kristian y en los pasillos se inauguró una exposición fotográfica acerca del agua.
Sin embargo, son los talleres cotidianos, los que darán vida al nuevo edificio y la oferta es vasta.
En las artes se ofrecen talleres de música, en guitarra, violín, piano, instrumentos de viento, guitarra popular, guitarra clásica, además de la orquesta escolar.
En artes plásticas las opciones son dibujo, pintura al óleo, artes plásticas para niños, escultura y escultura en alebrijes.
En artes escénicas se encuentra una gama de talleres de danza, como danza moderna, hawaiana, clásica, árabe y folklórica. También ofrecen talleres de teatro, -la compañía teatral se está formando-, de actuación, de capacitación en el arte del payaso que iniciará en breve y en teatro musical.
En cultura a la salud alternativa se ofertan talleres en masaje, herbolaria, yoga, zumba, acondicionamiento físico para adultos mayores, tanatología y cocina saludable.
En cuanto a oficios hay desde manualidades como bordado en listón, bordado con aguja, bordado con gancho y deshilado, hasta huarachería brasileña, pintura textil, armado de bolsas y hamacas.
-¿Cómo se van a sostener si son tantos talleristas?
-Algunos talleristas son contratados por el ayuntamiento, cuando ya es un programa grande, y se orecen esas clases gratis. Otros talleres son por cooperación, son maestros que quieren compartir sus conocimientos, ya tienen una trayectoria y vienen, se les ofrece la casa, el mobiliario, la difusión, el acompañamiento en el desarrollo del taller y ya ellos reciben la cooperación de las personas.