Recreaban así lo ocurrido cuando Góchez le leyó a su acompañante, hace tiempo, el contenido de otro cuento suyo: “El Lunero” -cuyo protagonista era un toro que nace con una luna en la frente y no una vaca- y el segundo le dijo al pintor algo que se le quedó muy “clavado”, por lo que pidió que lo repitiera.
“-Oye, te estás fusilando a Walt Disney hijo, porque eso ya lo hizo hace mucho tiempo.
-Buen Efrén, te dije que estuvieras conmigo aquí para que me dieras unos cebollazos y no que me dijeras que soy un copión. Creo que los griegos tocaron todas las pasiones humanas y que el corto de Walt Disney es una mariconada y no estoy de acuerdo que me compares con ese güey.
-La verdad que tienes razón mi querido Víctor, si a alguien admiro en este mundo eres tú y prueba de ello son las fotos que te he sacado, los escritos que te he hecho, los acompañamientos a todas tus pinches exposiciones, hasta en esta.
-Yo también te quiero mucho.”
El volumen más reciente de la editorial La Cartonera, realizado con texto e ilustraciones de Góchez, fue comentado la tarde del pasado viernes 27 de junio en El Paraíso del Café, en el centro de Cuernavaca, con una proyección de las diferentes portadas realizadas por los artistas involucrados en ese proyecto.
Durante la charla con el público, el autor plateó que a la aseveración de Jorge Luis Borges acerca de que “Nosotros no somos lo que escribimos, somos lo que leemos”, él le agregaría: “Somos lo que hemos visto en el cine”, y dijo que un ejemplo es lo que le pasó cuando vio una película de Ingmar Bergman.
*LOS DOS ORÍGENES DE LA OBRA
“El origen real de La vaca bipolar es cinematográfico, en el Distrito Federal había un cine que se llamaba Versalles, en donde pasaban películas de Ingmar Bergman, un cineasta de culto. En una de ellas, en el patio de la casa, un hombre hace un pequeño foro y escribe la historia de la familia”, contó el artista.
Después de eso, añadió, a él se le ocurrió hacer un foro pero en la sala de la casa de su hermana, además de un pequeño guión de “La vaca bipolar” para su representación, lo que se ha vuelto una tradición familiar debido a que lleva muchos años haciendo esa obra cada Navidad, lo que la convirtió en una experiencia sumamente divertida.
Mencionó que el otro nacimiento de “La vaca bipolar” fue cuando en una comida con su familia, a su hija mayor María José se le salió un ‘carajo’ o un ‘pinche’, “y entonces su mamá, con una voz estruendosa y terrible, le gritó: ¡Si vuelves a decir una peladez te parto la cara!”.
Todos nos quedamos con los ojos cuadrados y con la boca abierta ante aquella estruendosa expresión, rememoró Góchez, “y mi hija jamás volvió a decir una grosería, o sea, funcionó el gritote”.
Yo hice “La vaca bipolar” a raíz de ese suceso, continuó, “y como en la obra la vaca dice algunas peladeces también, a mi hija le costaba mucho trabajo. Ahí me di cuenta de cómo con el recurso teatral de la grosería la gente se muere de risa. Entonces cuando hicimos la obra mi hija traía un mallón pintado en una mitad de negro y en la otra de blanco. Ella se ponía de perfil cuando era bipolar, cuando era oscura y tenebrosa y se volteaba a la parte blanca cuando era buena onda”, refirió.
Finalmente, dijo, “a mi nieta que se llama Teo le quise hacer el libro, de ahí nació esta edición. Lo escribí y lo ilustré para ella”.
Aclaró que su incursión en la literatura no es una ocurrencia, debido a que ya tiene algunos antecedentes y para demostrarlo leyó un par de textos publicados hace años. Afirmó además que también tenía una obra de teatro que se llama “El ajolote” y el cuento ilustrado “El Lunero”.
*UNA VIDA UNIPOLAR SERÍA DE GÜEVA
En su oportunidad, el fotógrafo y psicólogo Efrén Galván aseveró sobre el tema de la bipolaridad: “Yo no diría que somos bipolares, somos multipolares y no tenemos que estar calificando a la gente de bipolar o no bipolar, porque en algún momento dado todos somos unipolares, bipolares, multipolares o lo que quieran, porque la bipolaridad está basada en la emoción y la emoción es uno de los elementos que más se modifican en el ser humano; la mente se modifica mucho menos, pero las emociones son las que varían”.
En ese sentido, cuestionó, no tenemos por qué hacer calificaciones tan pesadas a otras personas.
Además, aseguró, “me parece que la bipolaridad o la multipolaridad, sería incluso una ventaja, porque si fuéramos unipolares sería de güeva. Porque una circunstancia que no se mueve, que no nos emocionamos, no nos ponemos tristes, es una vida plana y aburrida. Esta es una invitación a no tener miedo a sentirse deprimido ni a sentirse eufórico”, planteó.*PARTE FUNDAMENTAL DE LA ICONOGRAFÍA DE LOS ARTISTAS
Durante la sección de preguntas, en donde se pidió a los asistentes ponerse la máscara oscura si iban a decir algo horrible o la blanca si era algo amable, uno de los invitados expresó que el libro presentado le recordó a la vaca voladora de Chagall.
“Los animales siempre han sido parte fundamental de la iconografía de los artistas. El artista siempre se ha apoyado en los animales, tanto como en el tiempo, como en la luz, como en el sol, como en la luna”, respondió Góchez.
Manifestó que dentro de su obra particular, “si hay muchos artistas que hemos tocado las vacas o los gatos, seres maravillosos que tenemos el privilegio que nos acompañen”.
Por último, definió que el proyecto que enarbola La Cartonera, “es una utopía, donde se hacen 120 piezas de tiraje y donde cada portada es diferente. Yo sí creo que este tipo de utopías son sueños hechos realidad y el participar en ellos es maravilloso”.
Lamentó que “en un mundo tan horrible que tenemos, en donde estamos expuestos, donde hay mucha gente llena de miedo, hemos caído en una sociedad tan terriblemente despreciable”.
Prueba de ello, concluyó, eras los granos y carne “llenos de de porquerías, que nos dan de comer” y en donde instituciones como el Fondo Monetario Internacional, se manejan en función del dinero “y no les importa el ser humano, les importa más el dinero, aunque ellos mismos vayan entre las patas. Entonces estos sueños de esta gente maravillosa, que somos todos nosotros, son muy válidas, porque representa la parte más padre del ser humano”, dijo el también participante de la editorial independiente.