Olvidado por la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la entidad, por el propio gobierno de Morelos y hasta por el ayuntamiento de Yecapixtla, el ex convento de la Asunción, en el pequeño poblado de Pazulco, ve morir en su interior a uno de los más hermosos retablos coloniales que existen en esta tierra.
Por su antigüedad y características de manufactura, decoración y personajes religiosos representados, ese retablo de madera colocado en el altar de la iglesia, bien podría ser considerado como una “joya de la corona” del barroco en Morelos.
Sin embargo, la no acción contra el tiempo de las autoridades del nivel federal, estatal y municipal desde hace muchos años, no sólo opaca su esplendor sino, inclusive, ha llevado a que esa joya histórica esté a punto de perderse.
Impacta el contraste entre la humildad y sencillez del altar donde se llevan a cabo las ceremonias religiosas –una simple mesa de madera cubierta con un mantel blanco-, con la majestuosidad de esa pieza que se impone a la vista, aunque urgida de una pronta intervención para su restauración inmediata.
Hay una gran disparidad entre el empeño puesto por las manos que elaboraron el panel decorativo, con relieves y esculturas de santos y vírgenes, con la desidia y omisión en la que han incurrido las autoridades de los tres órdenes de gobierno para su preservación.
Un ejercicio de imaginación mueve a pensar en cómo se vería ese bello retablo –imposible de creer que se mantenga en el interior del estado, en un pueblo de apenas 500 habitantes y con 100 casas-, si se llevara a cabo la pronta restauración a la madera y al bañado en chapa de oro: esplendoroso.
*HA SUFRIDO EL ROBO DE ARTE SACRO
Devolverle su antigua dignidad lo convertiría en uno de los más preciados tesoros culturales e históricos de Morelos. A decir de los habitantes, aunque esta situación ya ha sido denunciada en la televisión local, hasta el momento nada ha mejorado, ni se ven intentos por parte de las autoridades en que algo cambie.
Señalan que el abandono en que se ha dejado al ex convento también ha provocado el hurto de varias piezas que estaban en su interior, por ejemplo, dicen, se han robado obras religiosas como un óleo de la virgen María, entre otras. Sin embargo, hasta la fecha, nada saben de su paradero.
Esa situación ha llevado a que los pobladores sólo abran la iglesia cuando asiste el sacerdote y mantienen las entradas, al atrio del convento y al templo, con las puertas cerradas bajo llave.
*UN CONVENTO EN MINIATURA
Opacado quizá por el imponente monasterio de San Juan Bautista de Yecapixtla –construido a partir de 1535 y considerado en la actualidad como Patrimonio de la Humanidad, por parte de la Unesco-, el ex convento de la Asunción ha sido olvidado, inclusive, hasta en libros especializados en el tema, como el volumen Conventos coloniales de Morelos, publicado en 1994 por el entonces Instituto de Cultura de Morelos (hoy Secretaría) y Miguel Ángel Porrúa.
La única referencia que se encuentra dentro de esa obra bibliográfica en mención, es un largo párrafo en donde se anota:
“Los agustinos pasan por aquí (Yecapixtla) en 1534 rumbo a Ocuituco; el carácter tributario del lugar no debió pasar desapercibido para ellos, de manera que después de haber reconocido los caminos antiguos de la tributación y el comercio, y establecidos en Totolpan (sic), tornan a evangelizar la Tlalnáhuac con los pueblos tributarios de Zacualpan, Jantetelco y Jonacatepec donde inician casa que no evolucionan (sic) hasta convertirse en monasterios; otros pueblos no tuvieron suerte semejante como Calalpa, un antiguo barrio indígena que se negó a convertirse en barrio virreinal y que desapareció en el siglo XVIII, Pazulco y Tlayecac, casas que tienen un avance de construcción indicativo de su posibilidad de convertirse en monasterios, pero al final de cuentas se ven suspendidos”.
Es decir, a pesar de contar con muchos de los elementos arquitectónicos de los monasterios del siglo XVI, en la consideración del autor del texto, la marginación que ha padecido esta construcción es de carácter histórico.
Se le margina hasta del propio libro, que de manera espléndida informa sobre todos los demás conventos de la entidad, pero no el de Pazulco, tal vez porque, estrictamente hablando, no alcanza ese rango.
Sin embargo, hay mucho que contar sobre esa construcción, a la que podría considerarse, de manera sui generis, como un convento en miniatura, por la extensión que ocupa y porque es uno de los que nunca se concluyeron.
*SURGIDO DE UN COMPLEJO Y LENTO PROCESO
Además de elementos arquitectónicos, hoy en día también se puede observar en el exterior, el cementerio que hay en su atrio.
La antigüedad del ex convento es motivo suficiente para mover a la acción inmediata, a fin de terminar con la lamentable situación en que se encuentra y para impedir que el retablo, de un momento a otro, se vaya a caer.
Entre las imágenes que sobresalen, a decir de los lugareños, se pueden apreciar las de Dios Padre en lo alto, y abajo las de Asunción de María, San Agustín y San Antonio de Padua, así como las de San Pablo, San Sebastián, San José, San Juan y Jesucristo, que al igual que otras de su especie, debieron haber surgido de un complejo y lento proceso en el que participaron muchos talentos.
Uno de los últimos boletines del INAH en donde informa acerca de su labor de restauración en el municipio de Yecapixtla, es el del jueves 27 de diciembre de 2012, en donde asienta: “Entre las piezas de arte sacro intervenidas este año, se encuentra un óleo de la Virgen de Guadalupe del siglo XVIII, del Templo de San Juan Bautista, en Yecapixtla, Morelos”.
En el informe de labores 2012, se establece en estos términos: “Entre las piezas de arte sacro intervenidas este año, se encuentra un óleo de la Virgen de Guadalupe del siglo XVIII, del Templo de San Juan Bautista, en Yecapixtla, Morelos”. Sobre Pazulco no hay nada que se haya informado.