Lo escribí estando triste después de tener que aceptar que Trump había ganado las elecciones. La noticia de que Gran Bretaña abandona la Unión Europea es un hecho que, en mi opinión, marca que el renacimiento del comportamiento egoísta avanza en esa región del mundo. Ahora con la elección de un presidente racista, acosador y embustero en los Estados Unidos (EUA) son los hechos que atacan directamente mi optimismo. Debo comentar que estuve en la bahía de San Fancisco California precisamente el día 8 de noviembre, el día de las elecciones en EUA, y por supuesto que en esa noche me dediqué a ver los noticieros locales. No me interesaba ver las noticias globales, esas son las que vemos aquí en México, sino quería ver las noticias de San Francisco, deseaba ver las caras de los comentaristas locales, de la gente que camina diariamente en las calles de esa ciudad. Esas visiones con sabor local son realmente importantes para aquilatar lo que pasa en la sociedad.
Les comento que durante la transmisión en vivo vi caras muy largas al estar anunciando que Hillary iba perdiendo y que Trump iba ganando. Debo confesar que conozco medianamente el estado de California, ya que viví por algún tiempo en esas tierras y, por eso, estoy convencido que su población mayoritariamente es bien educada y preocupada por el entorno cercano y lejano, aspectos que no he visto claramente en el centro de los EUA, donde imperan los negocios de baja tecnología, donde producen millones de kilos de carne con animales confinados.
Ese día estuve en Berkeley en una zona caracterizada por ser de las generadoras de compañías que crean productos o servicios de alto valor agregado, es decir una zona educada e informada. También debo aclarar que considero que las políticas en general de los EUA, independientemente de que partido provengan, siempre contienen una componente que perjudica al resto del mundo, su comportamiento no es altruista.
Sin embargo, me es claro (y por supuesto comparto) lo que muchos ciudadanos de los EUA comprenden: el bienestar social, el bienestar de las personas independientemente de su origen incluye al resto del mundo. La idea de que no hay nada lejos, de que no podemos contaminar en un recóndito lugar sin afectar donde vivimos es algo que comparto.
Regreso a comentar mis impresiones sobre que las noticias eran comentadas por personas que mostraban desilusión, hablando con ritmos lentos como esperando que los números cambiaran, desilusionados por lo que estaban experimentando. En los noticiarios se mostraban mapas donde se observaba que massachusetts y California contribuían a la causa de Hillary; pero la parte central del mapa de los EUA era para la causa que promueve el racismo, la xenofobia y promete un retorno al pasado que ya no existe. La propuesta de Trump hace oídos sordos al hecho que el entorno físico ha cambiado, de que se han agotado los recursos naturales, y sin mencionar que el propio entorno social ha cambiado.
Es un hecho que con el agotamiento de los recursos naturales, la desigualdad social, la pobreza extrema, ha aumentado sin parar en comparación con la situación a mediados del siglo pasado y estos hechos han sido causados por comportamientos como los asumidos por Trump. En mi opinión, no hay forma en que se pueda retornar a lo que Trump llama una América poderosa.
Hoy en día parece que las artimañas evasivas de impuestos, los plagios de textos o los negocios para los amigos son comportamientos que son aceptados, indistintamente de los países, por los que detentan el poder y lo más grave es que los propios gobernantes rompen las reglas de convivencia. Esto es realmente triste y desesperanzador.
Similarmente a cuando escribí que los ciudadanos de Cuernavaca no merecíamos tener una autoridad municipal sin preparación, hoy comento que los mexicanos y los ciudadanos de los EUA no merecen tener como presidentes a personas que no respetan las leyes que regulan el pacto social del que derivan las relaciones humanas.
En todos estos casos, desde mi perspectiva, solamente puedo justificar el voto de las mayorías por su desinformación y ausencia de información y capacidad de análisis, causada, en parte, por la avalancha de pseudoinformación y la flagrante enajenación que las grandes corporaciones mediáticas están promoviendo al generar y transmitir contenidos que promueven la admiración por las infracciones a las mínimas leyes de convivencia (telenovelas de narcos) y la especulación de que la ciencia y la tecnología generan productos que conllevan a daños para todos (apocalipsis zombie).
Desde mi perspectiva no puedo ver otra alternativa de solución a lo anterior que seguir trabajando: primero necesitamos provocar una distribución equitativa de la riqueza y segundo educar e informar para poder tomar decisiones basadas en el conocimiento, pero con las necesidades básicas resueltas.