El uso del quitosano es tecnológicamente justificable; ya que no plantea aspectos negativos en la salud humana, además de cumplir con los estándares de seguridad alimentaria para los consumidores. Actualmente, es un compuesto avalado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos y por la Comunidad Europea bajo la regulación EU 2014/563.
En junio del año 2014 tuve la oportunidad de realizar en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México, como parte de las celebraciones académicas por el trigésimo aniversario del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (Ceprobi), centro de investigación y docencia del Instituto Politécnico Nacional, el ‘Primer encuentro internacional sobre el quitosano y sus aplicaciones en la conservación de productos agrícolas’.
Los esfuerzos para hacer realidad este encuentro internacional datan de 12 años a la fecha. En aquella época, en el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos varios investigadores iniciamos nuestro trabajo con el componente quitosano, saliendo a la luz nuestras primeras publicaciones en revistas especializadas. Nuestro interés por este componente biodegradable se incrementó cuando empezamos a reportar resultados positivos, los cuales pudimos comparar con los de otros colegas e investigadores, quienes ya habían estado desarrollando experiencias similares en otras latitudes. Los resultados fueron una fuente de motivación para continuar con nuestras investigaciones, las cuales estaban y están siendo seguidas por otros investigadores en México y en el extranjero.
Los objetivos que perseguimos en este primer encuentro internacional fueron de tipo científico y académico. Durante tres días discutimos aspectos básicos y mecanismos de acción de este compuesto, también abrimos diálogos relacionados con posibilidades de innovación, abriendo nuevos esquemas que requerían mayor experimentación, con el fin de incrementar el conocimiento y aplicaciones; por ejemplo, en los niveles de acción celular y molecular o su experimentación en el área de la nanotecnología.
En relación a los propósitos pedagógicos de este encuentro, fue grato contar estudiantes de posgrado, de distintas partes de la República Mexicana, ya que se tenía el interés de incrementar el trabajo científico, especialmente en las ciencias que estudian componentes y productos orgánicos como lo es el quitosano, coincidiendo con la conciencia y necesidades que se están desarrollando en estos tiempos difíciles. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de aprender acerca de las maneras de aproximación a objetivos científicos, así como los caminos para la presentación y discusión de encuentros y resultados.
Expreso con mucho agrado mi más sincero agradecimiento a colegas del extranjero (Venezuela, Cuba, Italia, Sudáfrica) y nacionales (Tecnológico de Tepic, CIAD-Sonora, UNAM, UAM, UNISON) que generosamente aceptaron viajar varias horas para compartir sus conocimientos, experiencias, ideas y propuestas.
La reunión dejó claro la necesidad de conformar una sociedad científica que esperamos pronto se concrete: la ‘Sociedad Internacional del Quitosano en la Agricultura’. Esta sociedad tiene como objetivos el desarrollo y aplicación del conocimiento del quitosano en las diversas áreas de la agricultura, el establecimiento de lazos de colaboración entre instituciones educativas nacionales e internacionales y la difusión de nuestros resultados a las comunidades de productores interesados en nuevas alternativas de producción y conservación agrícola. Asimismo, en esta reunión se resaltó la importancia de difundir en forma escrita los avances en este tema, lo que dio como resultado el libro titulado ‘Chitosan in the Preservation of Agricultural Commodities’ a través de la casa editorial Academic Press/Elsevier.
Para la realización de este evento se contó con el patrocinio del Ceprobi, Conacyt, de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de Morelos y del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de México.
Es un placer formar parte de la comunidad científica que se ha involucrado en el tema del estudio del quitosano, espero sinceramente que el apoyo para este tipo de eventos científicos no sólo continúe sino se incremente, estoy segura que los beneficios obtenidos superarán todas las expectativas planteadas.
Silvia Bautista Baños
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