En esta columna no me he referido antes a aspectos religiosos y esta ocasión tampoco lo haré, pero comentaré este comunicado que el Papa hace a su círculo de influencia y que considero es un reconocimiento importante al conocimiento científico que nos ha permitido entender en qué estamos cambiando nuestro entorno.
Primeramente tengo que comentar que me llamó la atención la forma en que la Encíclica está escrita, por supuesto no estoy acostumbrado a leer textos religiosos y como habrán notado mi escritura es directa con frases cortas. En mi opinión, el documento es rebuscado, pero muy disfrutable y versa sobre la situación actual de “nuestra casa común”. Así se refiere la Encíclica a nuestro planeta. Hace un recuento histórico sobre anteriores encíclicas y la relación con la preocupación manifiesta en esta ocasión. En la primera parte el estilo argumentativo enfatiza que religiosos han mencionado con anterioridad las preocupaciones ambientales, económicas y sociales, podríamos decir un estilo de búsqueda de ideas preconcebidas en lugar de sustentarlas con hechos.
El análisis comienza estableciendo que la contaminación y la basura como una característica del descarte, enfatiza lo que hemos dicho varias veces: nuestro planeta y su clima es un bien común, un bien de todos los que lo habitamos. Concluye que el cambio climático es causado por los gases de efecto invernadero que se emiten al obtener la energía que usamos de los hidrocarburos todos los días. Reconoce que los actuales niveles de consumo basados en gastar y tirar son insostenibles. Menciona que uno de los graves problemas es el agua y más la calidad del agua para los pobres del mundo, la pérdida de biodiversidad es un punto a considerar como indicador de la salud del planeta. Los aspectos sociales como la calidad de vida y la degradación social, en particular: la fragmentación social, el crecimiento de la violencia y el surgimiento de nuevas formas de agresividad social, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes, la pérdida de identidad son aspectos que le preocupan al papa Francisco.
Ante esto menciona que “Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos.“ En algunos párrafos alude a la tecnología como una de las causas y lo mismo hace con las finanzas, como si no fueran manejadas por los mismos intereses económicos de unos cuantos que no fomentan el bien común. Critica fuertemente las acciones que implícitamente consideran recursos infinitos. Desde mi punto de vista disocia a la economía, tecnología y finanzas de los reales actores que somos las personas. Aunque les otorga independencia llama a considerar que los recursos son limitados y por lo tanto invita a moderar el crecimiento económico y considerar tecnologías acordes con las limitaciones que implican el bienestar social. Desde mi perspectiva, cuando trata de discutir sobre algunos usos inadecuados de la tecnología tiene que argumentar cíclicamente y mezclar hechos con creencias; pero lo fundamental es que señala la limitada perspectiva del beneficio de corto plazo, aspecto que contrasta con una visión de resignación en esta vida, con la promesa de vida celestial que se ha enarbolado por otros religiosos. De hecho menciona argumentos de la llamada teoría del decrecimiento.
En resumen las propuestas de la encíclica Laudato Si puede ser resumida como: Reducir la emisión de CO2 y gases contaminantes, Propiciar una agricultura sustentable, Tener cautela con los organismos genéticamente modificados, Evitar la contaminación acústica y visual, Disminuir la disparidad social al eliminar los barrio lujosos. Claramente algunas pueden parecer ingenuas otras totalmente obvias. De hecho toda nueva tecnología debe ser aplicada con cautela y dentro de esquemas éticos para evitar catástrofes. Sin embargo, desde mi punto de vista la aceptación de que el cambio climático es antropogénico y de que la desigualdad social son dos de los principales aciertos de esta encíclica. La afirmación de que el consumismo es una de las causas de la desigualdad social y deterioro ambiental nos invita a reflexionar y proponer reales soluciones a esta problemática.
Por cierto, algunos medios encabezaron sus comentarios sobre esta encíclica como un llamado del papa Francisco hacia el uso de fuentes renovables de energía y después de leerla comparto este punto de vista y lo reafirmo.
Si eres parte del círculo de feligreses te invito a leer este llamado del papa Francisco, si no perteneces a ese círculo, considero importante leerlo y reconocer que hay aspectos innegables de cordura en su invitación a repensar la forma en que en los pasados siglos hemos utilizado los recursos de nuestro planeta.