La epidemia mundial de virus CoV19, iniciada en noviembre de 2019 y que en el mundo infecta a decenas de miles de personas, requiere que el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, establezca e informe al país, con carácter de urgencia, de un programa para la detección masiva y para el aislamiento eficaz de los pacientes infectados con ese virus, para poder contener la epidemia con oportunidad.
En el momento actual el subsecretario López-Gatell ha insistido que sólo estamos en la fase 1 de la epidemia, con menos de 100 casos detectados en una población de 124 millones de mexicanos. Pero las experiencias china, italiana y coreana nos indican que esa enfermedad no es cómo los otros virus de gripa común que ya hemos experimentado, porque en esos países, el número de pacientes infectados se han duplicado cada 10 días. Digamos que empezamos con 40 casos; si se deja que la infección siga su curso, en tan sólo cinco meses habrá más de un millón de personas infectadas y, como la mortalidad es del tres por ciento, se habrán muerto 30 mil mexicanos, algo así como duplicar la mortalidad atribuida a los narcotraficantes. La razón de este problema proviene de la alta infectividad del virus, pues en promedio cada enfermo puede contagiar a dos o tres personas. Por esa razón China, Europa Occidental, Canadá y Argentina han decretado medidas muy estrictas para reducir los riesgos de esa enfermedad. Puesto que, a la fecha, no hay vacuna que la prevenga, ni medicina que la cure.
La buena noticia viene de China, dónde las estrictas medidas de control sanitario lograron doblegar la epidemia. En cinco meses después de su inicio en la ciudad de Wuchan, el CoV19 casi ha desaparecido porque ahora se reportan diariamente menos de cinco casos nuevos, cuando hace un mes se informaba de más de mil nuevos casos por día. En Suiza, Francia y España ya se decretó el estado de emergencia y se llamó al ejército a cuidar que se cumpla el toque de queda generalizado. En Canadá se prohibieron las entradas a los no residentes y los comercios, los parques y los centros comerciales están casi vacíos. En Italia se han eliminado todos los espectáculos públicos y las calles se ven desiertas. En Argentina se ha reducido drásticamente el ingreso de extranjeros. Y en Corea del Sur se promovió una campaña enérgica para la detección y aislamiento de casos y parece que están dominando la epidemia.
En México no se han tomado las medidas necesarias para la detección masiva de posibles casos de CoV19. Los teléfonos públicos dispuestos para ese fin no contestan. Los pacientes angustiados que quiere ser diagnosticados no son atendidos y no se ha anunciado la compra e instalación de centros para la detección masiva del virus. El presidente AMLO presume, ostensiblemente, que no le preocupa este problema, besando niños y abrazando gente y mostrando que no hay razón alguna para preocuparse.
Si no se instalan, a la brevedad, los centros para el diagnóstico masivo del CoV19, el país corre el riesgo de que la epidemia pase fácilmente a la fase 2 de difusión comunitaria y en pocos meses veamos millones de mexicanos infectados por ese virus, con decenas de miles muertos por neumonía. Es un grave error dejar pasar la epidemia de la fase 1 a la fase 2, simplemente porque no se quiere que cunda el pánico. El pánico ya cundió y la negación del problema lo está aumentando.