Con mucha tristeza la comunidad científica mexicana ha visto en el último año como el actual gobierno no ha escuchado a las mayorías y con ello me refiero a la comunidad científica y técnica mexicana. Esto ha producido una gran desazón que parece que no se repondrá hasta que acabe el actual gobierno mexicano. Puede parecer un problema menor, pero no escuchar a la comunidad científica y técnica mexicana tendrá graves consecuencias para el país, no solo políticas, sino científicas y técnicas. Y lo más importante, para el propio desarrollo económico de México.
En días pasados lo señaló Concepción Company, en la recepción de los Premios Nacionales de Artes y Ciencia 2019, que el apoyo a la educación, la ciencia y la cultura en el país es fundamental y debe ser de 3.5% del PIB.
Si AMLO presume ser un presidente de izquierda debe apoyar sustancialmente a la educación, la ciencia y la cultura de este país. Y, si no lo hace, es que no es un presidente de izquierda.
En relación con la ciencia, el daño que se ha hecho tanto por el propio presidente por sus declaraciones, así como por la actual directora del Conacyt, que es incapaz de aceptar otros puntos de vista, no ayudará al desarrollo de la ciencia y la técnica en México. Y miles de científicos y técnicos, que están callados por miedo a perder los apoyos del Conacyt, ya no estarán en el futuro con el actual gobierno, y su influencia, que parece despreciar AMLO, no es poca cosa, porque inciden en la educación de este país. El daño es muy profundo y tendrá consecuencias graves para el país.
Hay que decirlo claramente, los transgénicos no dañan la salud, y Cuba y Brasil los cultivan, y no les han provocado ningún mal. Hay que preservar el maíz, pero no hay que satanizar a los transgénicos, que es lo que ha hecho la actual directora de Conacyt.
La actual directora del Conacyt ha engañado a la población con sus declaraciones y con sus ataques fundamentalistas a otros que no están de acuerdo con ella. No ha aumentado el presupuesto del Conacyt, sino que lo ha disminuido en 0.5%.
Sus apoyos a los proyectos de ciencia básica han sido a cinco mil solicitantes y solo ha apoyado a 250, así que no ha apoyado a nadie -sin contar con que los apoyos son muy reducidos- y en comunicación de la ciencia se puede decir lo mismo. Sus apoyos han sido pírricos. Para decirlo con claridad, el gobierno actual no ha apoyado económicamente a la ciencia, la educación y la cultura del país. Y con ello demuestra que no es un gobierno de izquierda, sino más bien de derecha, dado que sí ha apoyado a la Defensa en el aeropuerto y a la Marina en los puertos que quiere quitarle a la SCT, así como a la Guardia Nacional.
Por otro lado, hay que señalar que muchos de los grandes medios de comunicación se han alineado a la 4T y no permiten críticas en sus periódicos a otros puntos de vista que no sean los favorables a la 4T. Lo cual es muy grave. Se habla de la libertad de opinión y de la democracia, pero en los hechos se ve una gran censura. Algunos periodistas libres son censurados en los grandes medios y tienen que abandonarlos. Esa es la realidad que vive el país con la 4T.
Y mientras tanto la ciencia no se apoya con el uno por ciento de PIB, porque es neoliberal o fifí apoyarla. Ahora, ya se reformó a modo la Ley de Ciencia y Tecnología de México para aceptar que cuando menos aumente el presupuesto de ciencia y tecnología del año anterior, lo que justifica no cumplir la ley anterior. Pero no se consultó a la comunidad científica y técnica antes de tomar dicha medida. Se hizo de manera unilateral con la actual directora del Conacyt, que desea reformar las leyes a modo para ser la única que tome decisiones sobre el rumbo de la ciencia y la tecnología en México, en lugar de aceptar que existan otros puntos de vista -la diversidad en la ciencia- como los que ofrece al Foro Consultivo Científico y Tecnológico, al que no le ha otorgado de manera dictatorial el presupuesto que por ley le corresponde. Y, sin ninguna consulta ha modificado unilateralmente los estatutos para quitarle autonomía.