Muchas veces me he preguntado por qué no actuamos para cambiar la situación del cambio climático a la que nos enfrentamos. Me refiero a que claramente estamos observando, sin actuar, situaciones que son consecuencias de este cambio climático antropogénico. Por ejemplo, la inundación de la ciudad de Venecia y la aparición de huracanes más violentos que azotan las islas caribeñas. Quizá nos parezcan lejanas ya que las mencionadas suceden realmente lejos de nuestros entornos cotidianos, pero dado que ahora la información fluye muy rápidamente deberíamos estar preocupados y ocupados en actuar para evitar este cambio que no augura una vida más placentera, en el futuro, para la mayoría de la población.
Estaba rumiando estas ideas cuando noté un artículo en la revista Nature Energy[1], este pasado lunes 18 de noviembre, detallando algunas de las características de las personas que han instalado sistemas fotovoltaicos en sus casas. Me llamó la atención una de las posibles conclusiones de trabajo en el sentido que es probable que los hogares que tienen instalada energía solar en la azotea sean habitados por personas con diversos orígenes políticos, pero que sean mucho más propensos a ser políticamente activos. Este estudio fue realizado por académicos de la Universidad de California. Los científicos analizaron los registros históricos de votación e imágenes satelitales para comparar el comportamiento de los votantes con las propiedades donde se han instalado sistemas solares. Se tomaron en cuenta varios factores demográficos para garantizar que el estudio pudiera identificar con precisión las posibles correlaciones entre los resultados de diversas votaciones y la propiedad de sistemas fotovoltaicos en los techos de las casas.
Los científicos encontraron que mientras los propietarios de sistemas fotovoltaicos en los techos eran ligeramente más progresistas en sus ideas políticas, y generalmente tendían a votar por los demócratas, esta tendencia era muy pequeña, pero no era un indicador determinante de cómo las personas votaban.
Los datos refieren que, en las localidades analizadas, se encontró que el 34% de las personas que instalaban sistemas fotovoltaicas eran demócratas; mientras que en el grupo control era del 31%. En cambio, el 20% se declaraba republicano mientras que el 22% lo era en el grupo control. Claramente estas pequeñas diferencias no pueden ser concluyentes. Sin embargo, lo más relevante era que los sistemas fotovoltaicos eran instalados independientemente de la orientación política. Así, la investigación mostró que los propietarios de los sistemas solares en la azotea votaban indistintamente por los partidos demócratas o republicanos a tasas casi idénticas a la población general de la zona analizada. Por lo tanto, los investigadores concluyeron que no había correlaciones entre la instalación fotovoltaica y la afiliación a un partido. Dado que los científicos tampoco encontraron correlación ideológica en los que instalaron primero o después los sistemas fotovoltaicos, se puede concluir que el momento de la adopción de la tecnología solar no es un indicador de la afiliación política.
Si bien la adopción de una tecnología renovable, como la energía solar, no parece estar correlacionada con una afiliación política particular, la investigación sí encontró que los propietarios de sistemas solares eran sustancialmente más activos políticamente que sus vecinos, y eran significativamente más propensos a haber votado en elecciones anteriores.
Esta conclusión fue sustentada al encontrar que los propietarios de la energía solar en la azotea votaron con mayor frecuencia en las elecciones federales y municipales que en los grupos control. Además también se encontró que eran más activos durante las elecciones "primarias" en las que se eligió a un candidato particular del partido por los votantes (recordemos que en Estados Unidos, hay elecciones para elegir al candidato de un partido y a estas elecciones se les llama primarias).
Este estudio, aunque realizado en Estados Unidos y para el entorno específico de California, parece indicar que precisamente las personas con mayor iniciativa y participación son las que primero seleccionan tecnología renovable.
Con este estudio reafirmo que nosotros como sociedad activa podemos propiciar el cambio hacia un mundo sustentable, pero tenemos que actuar ya y no esperar a que otros lo hagan por nosotros.
[1] https://www.nature.com/articles/s41560-019-0498-8