Así, en ciudades como Ginebra, Montreal, Chicago, San Francisco, Estocolmo, Londres (Kew Gardens), París, Berlín y muchas otras, cuentan con un espacio cultural dedicado a la naturaleza. Ahí los ciudadanos pueden pasear y al mismo tiempo apreciar la naturaleza, los estudiantes, desde el nivel elemental hasta profesional, reciben clases extramuros para profundizar en aspectos de botánica, aprender y entender la evolución y la diversidad de las especies vegetales y donde se pueden montar exposiciones temporales temáticas. Cada jardín botánico es diferente, tiene instalaciones ad hoc muy particulares dadas las características climáticas de la ciudad, pues en muchas de ellas el invierno condiciona que se tengan especies a la intemperie sólo durante el verano y se resguarden en invernaderos durante el invierno.

La ciudad de Cuernavaca, la “Ciudad de la Eterna Primavera”, tiene uno de los mejores climas de la República Mexicana, cuenta con una flora muy particular, ya que se encuentra en una zona de transición donde coexisten tanto especies de climas templados como los pinos y oyameles con las palmas y otras plantas propias de zonas tropicales. En el Estado de Morelos existen especies endémicas, además han sido introducidas especies vegetales provenientes de otras partes de México y de todo el mundo, ya que hay una tradición muy grande en el mantenimiento de jardines y en el cultivo de plantas frutales y ornamentales. Desde hace muchos años, el negocio de viveros que propagan y venden plantas de ornato, frutales y exóticas ha distinguido a nuestro Estado y en particular al poblado de Tlaltenango de la Ciudad de Cuernavaca. A pesar del clima privilegiado y el aprecio que se tiene en nuestro Estado por las plantas y la tradición en mantener jardines en hoteles y casas habitación, hay muy pocas áreas verdes donde se pueda apreciar la naturaleza y al mismo tiempo se siembre cultura y educación en botánica.

Existe en Morelos creciente interés ciudadano y la conciencia ecológica madura para crear y preservar áreas verdes comunitarias, para sembrar cultura y educación y para tener un espacio para apreciar y amar la naturaleza. Un lugar ideal para este espacio podría ser el predio que recientemente adquirió el Gobierno en Tlaltenango. La Academia de Ciencias de Morelos podría convocar a científicos, particulares y propietarios de viveros que contribuirían con entusiasmo para donaciones en especie de plantas, con ideas y creatividad para la construcción de un Jardín Botánico dedicado a las especies de Morelos, a especies exóticas ornamentales, a especies y árboles frutales, debidamente exhibidos y catalogados. La cultura, tradición científica y experiencia que hay en paisajismo y la construcción y preservación de jardines en nuestro Estado será sin duda garante del éxito de esta empresa. Se podría contemplar además un auditorio y aulas con instalaciones audiovisuales para la docencia y reuniones científicas y culturales. El cuidado, el curado, la continuidad y planeación del Jardín Botánico podría estar coordinado por la Academia de Ciencias de Morelos y representantes del Gobierno que preserven para el futuro de nuestras generaciones este espacio de cultura, esparcimiento y educación. Sin duda a través del Jardín Botánico, la Ciudad de Cuernavaca será todavía más bella y más sana si invierte en formar generaciones preparadas y en educar a la ciudadanía al mismo tiempo de ofrecerle un espacio de tranquilidad y de cultura.