Expresiones como “cásate con un güero para mejorar la raza”, ¡ah, como eres indio!, “se fue como las chachas”, “el niño es morenito, pero está bonito”, “es un naco” las escuchamos en nuestra vida cotidiana como mexicanos, son frases que resultan discriminatorias, aunque al decirlas no estemos conscientes de ello.
De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la discriminación es una práctica cotidiana que consiste en brindar un trato desfavorable inmerecido a determinada persona o grupo, con el objeto de impedir o anular las libertades, derechos y oportunidades de cualquier persona. Las prácticas discriminatorias se basan en creencias que una sociedad ha generado y mantenido mediante estereotipos, prejuicios, estigmas y valores culturales, que según las creencias de un grupo mayoritario se consideran aceptables.
En el 2017 se realizó en México la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2017) en coordinación con el Conapred, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). La encuesta se aplicó a 102 mil 245 personas de distintas partes del territorio nacional, con una edad de 18 y más años. Entre los resultados principales destacan los siguientes:
El 20.2% de la población encuestada declaró haber sido discriminada, los principales motivos señalados son: la forma de vestir o arreglo personal, el peso o estatura, la edad y las creencias religiosas. Los estados con la más alta prevalencia son: Puebla, Colima, Guerrero, Oaxaca y Morelos.
Entre los grupos humanos que sufren discriminación todos los días son las personas indígenas, las que tienen alguna discapacidad, en este sentido, la encuesta muestra que este sector de la población percibe haber sido discriminado en los servicios médicos, la calle o transporte público y en la familia. Por su parte, las personas de diversidad religiosa, las personas mayores, los adolescentes y jóvenes, y las mujeres, perciben que los ámbitos donde han sido discriminados son principalmente la calle o transporte público, el trabajo o escuela y la familia.
Respecto a la negación de derechos, el 23.3% de las personas encuestadas señaló que se le negó injustificadamente alguno de los derechos, los más mencionados fueron recibir apoyos de programas sociales, la atención médica o medicamentos.
En cuanto a las percepciones sobre si se respeta poco o nada los derechos de distintos grupos de población, sobresale la lista del grupo de las personas trans con 71.9% y el de las personas gays o lesbianas con 65.5%. Por otro lado, 57.1% de las mujeres que trabajaron en el último año como trabajadoras remuneradas del hogar, declaró que en el país se respetan poco o nada sus derechos; le siguen en porcentaje la población indígena y personas con discapacidad.
Los resultados de la ENADIS evidencian que los mexicanos seguimos discriminando a las personas. El color, la forma de hablar y de vestir, el origen étnico, la diversidad sexual, ser mujer siguen siendo aspectos que regulan el acceso a derechos y oportunidades, ampliando con esto la desigualdad social. Lamentablemente, no sólo discriminamos hacia dentro, también con los que vienen de fuera, el caso más reciente que ha puesto en evidencia este comportamiento ha sido la caravana de migrantes que hace unos días llegó a nuestro país. Mientras nos indignamos porque el presidente del país vecino del norte, Donald Trump, se expresa de nosotros como delincuentes, violadores, etcétera, recibimos con el mismo desprecio y aires de superioridad a quienes en busca del sueño americano atraviesan nuestro país.
En el 2002 se estrenó en los cines mexicanos la película “Amar te duele” cuya trama hace énfasis en la discriminación en México, para dicha filmación, la cantante Natalia Lafourcade aludía en su canción “En el 2000”, a la actitud de Martha: al mirar, criticar, dividir y ser racista y clasista. Ha pasado una década y la realidad mexicana poco o nada ha cambiado respecto al tema. Por ello, resulta relevante conocer los resultados de la encuesta ENADIS 2017, pues permiten identificar aquellos grupos de la población que es afectado en mayor medida por las prácticas discriminatorias. Con ello, es posible diseñar políticas públicas que contribuyan a fomentar una sociedad más igualitaria y libre de discriminación.