La ausencia de una organización de tal naturaleza permitió que por más de 15 años sus salarios fueran congelados y, en una acción que además se considera discriminatoria, recibían el 50 por ciento o menos de ingresos que otros empleados de organismos y centros de investigación de la Federación, lo que era en la práctica, una injusticia.
No fue pues nada fácil el haber tenido que enfrentarse a la parte patronal, que buscó toda clase de estrategias a fin de impedir la sindicalización, porque en su momento les declararon ilegal un emplazamiento a huelga, cosa que debieron combatir en los tribunales competentes y, como era un absurdo, pues ganaron.
Aún así y con la orden de un juez debieron emplearse a fondo y advertir que si no les concedían ese derecho, estallaría la huelga, paralizando los trabajos de investigación en materia de recursos hidráulicos, cosa que habría sido muy costosa, porque hablamos de una institución líder en la materia a nivel nacional.
Cabe agregar que con base en los números presentados ante la opinión pública de parte de los impulsores de ese movimiento, el desarrollo de decenas de proyectos de investigación deja una suma millonaria al IMTA anualmente y bastaba una mínima proporción de esos montos, para poder mejorar los ingresos del personal.
Es decir, ellos mismos generan los recursos más que suficientes como para ser tratados justamente, pero se dio una incomprensible resistencia de los mandos superiores, que francamente llamaba a la reflexión, porque todas sus exigencias estaban en ley.
El ahora Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (SITIMTA), tuvo que recurrir al apoyo de otras organizaciones sindicales del país, como la Nueva Central de Trabajadores (NCT), la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Pacto por Morelos y organizaciones universitarias, por citar algunas, cuyos líderes los acompañaron en su peregrinar, que afortunadamente acaba de dar los frutos esperados por ellos.
Finalmente el IMTA cedió y ha firmado el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) salvando así la posibilidad de la colocación de las banderas rojinegras y con ello aceptando implícitamente compensar más con más congruencia el esfuerzo de un cuadro profesional verdaderamente excepcional, porque ahí se encuentran aquellos hombres de conocimiento de élite en materia del agua, con posgrados y doctorados, pero por encima de eso, una suma de conocimientos adicionales que sólo da el desempeño y la práctica cotidiana.
En buena hora alcanzaron sus objetivos, porque además, era imposible que fuera de otra manera, no concederles el derecho de constituirse en un sindicato era tanto como violarle sus más sagrados derechos en materia laboral y eso simplemente no puede ser, a pesar de tantas aberraciones en materia legal en este sufrido México.
Pero además, a diferencia de otros movimientos tradicionales, debido seguramente a su formación, ética y valores, se condujeron siempre por la vía de la decencia y el respeto, lo único que mostraron en cada presentación ante los medios de información eran datos y estadísticas reales, que cualquiera puede confirmar.
Para nada se les ocurrió llevar la lucha a las calles o plazas públicas como ocurre frecuentemente, causando así daños a terceros y a toda clase de personas inocentes ente sus conflictos. Por el contrario, sólo aparecieron cuando era necesario y en los lugares correctos, ojalá que así se condujeran todos, no tendríamos tantos problemas de vialidad diariamente.
El tema se nos antoja de mucha trascendencia, porque nos consta que en realidad la sufrieron para poder salvaguardar sus derechos, se intentó de todo a fin de evitar hacer el compromiso, incluyendo el tráfico de influencias en los tribunales, porque cualquiera con una mínima noción del derecho laboral entendía que sus reclamos eran por demás lógicos y más bien lo que se reflexionaba era porqué a gente tan buena y sobre todo útil al país, se le trataba de esa manera.
Porque además, no había cómo argumentar insuficiencia de presupuesto, dado, que como le decíamos, con sus investigaciones y venta de proyectos el instituto logra sumas millonarias al año. Por el contrario, habría que seguirnos preguntando quiénes capitalizan ese dinero o si en verdad se reinvierte en investigaciones o desarrollo de mayor infraestructura de investigación.
Si fuera esto último, pues la principal materia prima son ellos y estaban tratados como empleados de segunda o tercera. El agua es uno de los recursos que enfrenta condiciones dramáticas, tanto por la falta de una cultura de conservación en su consumo, como de saneamiento.
Morelos es privilegiado en cuanto a disponibilidad del vital líquido se refiere, pero la insuficiente inversión en cuidado y pureza, hace que un altísimo índice tenga impedimentos para su uso. Ahí están afluentes como los ríos Apatlaco y Cuautla, que hace décadas están vetados para utilizarlos en rubros de producción, como las hortalizas, por sus elevados grados de contaminación.
Pues el IMTA tiene una serie de proyectos mediante los cuales se puede ir revirtiendo la polución, sólo que también se requiere de la voluntad institucional que es otro obstáculo a veces, imposible de vencer. La mayoría de nuestros gobernantes priorizan acciones intrascendentes a las que les destinan abultados presupuestos y abandonan tareas como esta.
Ya lo vemos como ciudadanos, a procesos de elección y candidaturas de políticos aventureros y vividores del presupuesto se les concede lo que sea y a la construcción de redes de aguas negras y residuales o de plantas de tratamiento se les regatea y sólo se aprueba lo mínimo posible, así es esto de la política mexicana.
El agua se sigue agotando, sobre todo con la depredación inmisericorde que vivimos en las zonas boscosas de nuestra entidad, donde se están los mantos freáticos que alimentan en la materia al resto del estado, particularmente en las regiones bajas.
Los investigadores del IMTA si se les sabe aprovechar, tienen el remedio para poder revertir el deterioro que en agua enfrentamos, no sólo en Morelos, el desastre es en todo el país. Por todo eso, felicitamos al hoy SITIMTA por lograr su sueño.