El problema es que muchos asuntos suelen tratarse desde el punto de vista político; en su oportunidad, se intentó dar vida a un relleno sanitario en Lomas de Mejía, al poniente de Cuernavaca. Las reacciones en contra aparecieron por todos lados y entonces aquella inversión quedó ahí, inutilizada.
Aunque motivos para la resistencia había, algunos ecologistas y expertos en la materia lograron sustentar que la tecnología aplicada no reunía los requisitos y condiciones suficientes como para evitar la contaminación hacia las partes bajas, particularmente Temixco y Xochitepec. El caso es que no se logró conseguir el objetivo, porque el tema fue politizado y cuando los intereses partidistas aparecen, contaminan aún más que la basura y no hay forma de salir.
Oficialmente se acepta que existen más de 30 tiraderos a cielo abierto, que de cumplirse los compromisos y promesas de algunas autoridades o instancias como la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), ya deberían estar clausurados hace bastante tiempo, pero tampoco pasa nada, mientras esos desechos siguen causando mucho desastre en aire y subsuelo.
Pero el tema viene al caso porque a partir del inicio de esta semana, surgió un conflicto serio en la zona sur, muy particularmente en Zacatepec, luego de que la SDS decidió cerrarles su tiradero y además, impedir que trasladen su basura a Tlaltizapán.
El tema resulta interesante, porque ante la imposibilidad de tener un espacio de depósito para los desechos, se ha instruido a los vecinos ir a tirarlos al estadio Agustín “Coruco” Díaz y a decir de algunos funcionarios del gobierno estatal, la disposición debió venir del propio Ayuntamiento. Es decir, un conflicto entre dos niveles de gobierno.
Y como que la alcaldía tiene algo de razón, porque estiman que antes de cerrarles su tiradero, debieron contar con el relleno que, se entiende, está en proceso, pero aún no concluido y que tiene que ver con un contrato asignado a una empresa hermana de quienes utilizan el estadio de futbol, procedente del estado de Hidalgo.
Ésta empresa ya construye instalaciones en el área aledaña al estadio Mariano Matamoros de Xochitepec, consistente en una planta de reciclaje y tratado de desechos, que se estaría replicando precisamente en aquella parte de la zona conurbada de Jojutla, que contempla Zacatepec.
Pero la cosa es que aún no están en condiciones de operar y a pesar de eso, se ordeno la clausura del lugar de depósito de la zona cañera, obligando al municipio a buscar alternativas. Encontró una, el estadio, y por eso desde ayer ya se polemizaba al respecto en palacio de gobierno, aquí en Cuernavaca.
Podríamos considerar que en términos generales, el tema viene siendo descuidado. Salvo una solución a medias en la zona poniente -el corredor que va desde Miacatlán hasta Coatlán del Río- con un relleno en Mazatepec, el resto del territorio está abandonado en esa materia.
Lo de la entrega del contrato a la empresa hidalguense lleva ya también tiempo, hablamos por lo menos de dos años, a partir de que se comenzó a trabajar con esa intención. Como que la inversión se viene dando muy lentamente, cuando se trata de un asunto que reclama celeridad.
Desarrollo Sustentable tendrá que reconsiderar su posición y seguir permitiendo que Zacatepec continúe utilizando ese lugar, en tanto se les ofrece otra alternativa, porque evidentemente fue una acción errónea, a menos que se trate de castigar al ayuntamiento, que no lo creemos.
Por encima de lo que ocurre en esta parte de la entidad, sí se hace imperante que las autoridades competentes busquen una solución integral al tema de la basura, ya que el estado da muy mal aspecto a propios y extraños, incluso los servicios de recolección en la mayoría de los municipios son igualmente deficiente.
Es cierto, falta mucha cultura ciudadana sobre ello, pero también se debe a que no hay una política oficial definida al respecto. Como que el tema del reciclaje y separación de desechos se reduce a campañas esporádicas que no toman forma.
Cada alcaldía se maneja por separado, cuando tendría que haber disposiciones generales para todas, precisamente desde la Secretaría de Desarrollo Sustentable, que no da color en buena parte de sus responsabilidades y competencias.
El rubro en referencia, lo decíamos, está casi abandonado; como que aparecen algunas acciones temporales que no dan resultados y algo similar pasa en lo que tiene que ver con la preservación de los recursos naturales, ya que la destrucción de bosques y selvas sigue adelante sin mayores resistencias de la autoridad.
Incluso el tan reiterado proyecto de rescate del parque ecológico de El Texcal de pronto se empantanó, poco o nada se sabe de lo que se viene haciendo y eso sólo es síntoma de que el avance de la mancha urbana no se frena, cuando el responsable de la SDS, Topiltzin Conteras McBeath, advertía de recuperar el territorio invadido a costa de lo que fuera.
Sí se desarrollaron algunos operativos, respaldados con elementos policiacos y comuneros o ejidatarios que reclaman la tierra en usufructo, pero hace buen rato que no pasa nada. Bueno, tampoco sabemos mucho del trato que se le da a la selva baja caducifolia, que ocupa buena parte del municipio de Tlaquiltenango, hasta llegar a la población de Huautla.
Y no por tratarse de arbustos pequeños es menos importante que el área de bosques grandes del norte de Cuernavaca, porque ahí en esa región del sur, habitan muchas especies vegetales y animales de suma trascendencia. Bueno, cualquier biólogo le dice que no pocas de esas plantas son medicinales y que en lo que toca a la fauna, algunas especies están en riesgo de extinción, así que hay que protegerlas, pero no se aprecian movimientos en ese sentido, lo cual es bastante preocupante.
Por lo pronto, el asunto de la basura lleva a conflicto al gobierno del estado y al municipio de Zacatepec, aunque advertimos que habrá una corrección casi de inmediato, porque de otra manera, el conflicto empezaría a subir de tono y como que el horno no está para bollos sobre temas álgidos por resolver.