Una de ellas parece ser la de salud, donde los conflictos internos no terminan y nuevamente los médicos mostraron su descontento por la irresponsabilidad con la que se viene manejando esa secretaría, donde se carece de equipo médico suficiente y actualizado, no hay medicamentos, ni otros insumos a fin de que los galenos puedan cumplir con su responsabilidad de salvar vidas.
Es aquí en donde hará cuestión de medio año, el sindicato acusó a las autoridades de estar comprando medicamentos de segunda o tercera calidad y con costos hasta diez veces por arriba de su precio normal. Es decir, un desvío de recursos de cientos de millones de pesos a través de contratos con proveedores negociados por familiares del gobernador Graco Ramírez Garrido.
La cosa es que los doctores denuncian una absoluta insuficiencia de instrumentos para que puedan atender a los pacientes, cuyas causas llevan a la pérdida de vidas humanas, pero son ellos los que enfrentan las reacciones de los familiares cuando algo no sale bien.
O sea los acaban denunciando por negligencia médica, cuando la falta de equipo les imposibilita poder hacer más. Y tienen mucha razón, porque la doctora Reyna Rosales, presidenta del Colegio de Médicos del Estado de Morelos, explicaba que se dan casos en los que el enfermo debe esperar horas o días para ser intervenido ante la falta de los aparatos correspondientes.
Otro de sus compañeros recordó que en el Hospital G. Parres se han dado casos delicados, porque no hay ni oxígeno, pero las autoridades correspondientes ponen oídos sordos a sus demandas y por el contrario dijeron que cuando sus jefes se enteraron de la molestia, les advirtieron que todo aquel que protestara sería sancionado o en su caso despedido.
Reyna recordó que en otros estados del país, como en Coahuila, hubo una serie de asesinatos en contra de doctores porque grupos organizados del delito arremetieron contra ellos, acusándolos de negligencia, al no atender correctamente a sus enfermos. Eso podría ocurrir acá.
La posición es clara y entendible, ellos, para garantizar una atención adecuada, necesitan de medicina, equipos y otras facilidades que en los Servicios de Salud Morelos no hay, pero al final son los que pagan las consecuencias, mientras los funcionarios de primer nivel hacen mal uso del presupuesto.
Bueno, habían considerado realizar una marcha para dejar claro el problema públicamente, pero han decidido no exponerse, porque los tienen intimidados con el despido. A ese grado se está llegando en la administración estatal, o aguantan, guardan silencio ante los actos de rapiña del gobernador, su pareja y los hijos; o se van a la calle, no hay contemplaciones.
¿MORELOS SEGUNDO LUGAR EN DESARROLLO?, QUE FUE BROMA DE MAL GUSTO
Por otro lado, hace unos días, el gobernador Graco Ramírez Garrido, en otra más de sus alucinaciones, envió a redes sociales la información en el sentido de que Morelos se había situado en segundo lugar nacional en desarrollo industrial durante el primer trimestre del presente año.
Desde luego que analizando el comportamiento económico local de los años recientes, era fácil entender que se trataba de una tomada de pelo, pero luego, desde algunos medios nacionales de información, que rastrearon el dato del tabasqueño de plano le pusieron una arrastrada.
Un analista le muestra las cifras reales con base en información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en las que le refuta que en el caso de nuestra entidad, de 2012 a la fecha, ha mostrado un crecimiento en esa materia, del 4.53%, contra un 23.5% de Querétaro. La realidad es que el crecimiento en la materia en estos primeros tres meses del año, habría sido algo así como de un 0.45%, ni medio punto porcentual. ¡Cómo la ve!
Pero lo que se especula es que Ramírez Garrido entendió mal la información que le dieron, la leyó al revés, estamos en segundo lugar, pero del fondo hacia arriba. Y en efecto, el analista dice que nos encontramos entre los diez últimos sitios con la peor calificación en desarrollo industrial, a la par con estados como Tabasco, Veracruz o Campeche.
Somos pues de los territorios en el país más fuertemente castigados con menos inversión privada y hay razones para ello, la delincuencia que nos está azotando hace mucho, viene desmantelando la planta productiva gradualmente, muchas empresas y negocios medianos y pequeños han optado por cerrar ante el asedio de la maña. El cobro de piso es muy elevado y no hay capacidad para aguantarlo. En contraparte, no vemos algún capital significativo que genere equilibrio y el comercio en el primer cuadro de la capital del estado pasa por sus peores momentos, por la agitación social creciente de repudio y rechazo a las acciones gubernamentales.
Y qué más desearíamos, que en efecto, fuéramos objeto de preferencia en la llegada de inversión, tanto nacional como extranjera, pero no es así y la causa es clara, los malos gobiernos, incapaces de ofrecernos seguridad y tranquilidad, han contribuido a la inestabilidad e ingobernabilidad, por eso es urgente lograr la recuperación del estado de derecho, sin ello seguiremos en picada.
Pero para que eso ocurra, sólo se requiere de algo, que Graco Ramírez entre en razón, admita que no pudo con el cargo -o que llegó con la intención no de gobernar, sino de atracar- y dimita a la gubernatura, abriendo camino a una recomposición en todos los órdenes.
La posibilidad se abre, la dirigencia nacional de su partido (PRD) está acéfala, puede ser su excusa para el escape, nos haría un gran favor y seguramente muchos se lo agradecerían. Por cierto, al respecto ya se maneja una hipótesis, que efectivamente pide licencia. Su lugar estaría siendo ocupado por el secretario de gobierno Matías Quiroz Medina y que a esa secretaría vendría un diputado local priista y en una tercera posición otro legislador local, pero del Movimiento Ciudadano, usted adivine quiénes son.