Sin embargo, con un poco de seguimiento en la investigación del tema, se han logrado ubicar otras causas que llevaron al gobierno de Graco a un entrampamiento del que pareciera no poder salir hace buen rato y que mantiene al estado casi en parálisis en lo relacionado a la inversión oficial.
A su llegada como gobernador, Ramírez Garrido buscó por todos los medios desacreditar la administración de su antecesor, Marco Antonio Adame Castillo, acusándolo de graves desvíos y deudas en diversas dependencias, entre ellas, el sector educativo.
Sin embargo, a distancia parece que era una manera de sembrar distractores, mientras le metía mano a todo aquello que significaba dinero y no para mejorar las condiciones del estado, sino para abonar en bien de la economía personal propia, de su pareja Elena Cepeda de León y de los hijos, sobre todo de Rodrigo Gayosso Cepeda.
Y los números no mienten: Si bien es cierto que se encontraron algunos pasivos, aceleradamente el naciente régimen comenzó a complicar en serio la situación. De acuerdo a las fuentes informativas de La Unión de Morelos, que tienen su origen en el mismo gobierno, durante el 2013, se ejerció un techo financiero estatal por 21 mil 700 millones de pesos.
Sin embargo, sólo en ese año, Graco en realidad gastó poco más de 23 mil millones de pesos, es decir, un sobre ejercicio de mil 300 millones de pesos sin que esto se reflejara en algún avance en la estructura de desarrollo de Morelos o en inversión de obra pública. El funcionario que proporcionó la información señaló que lo anterior violó la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público. Es decir, se cometió un delito en la materia.
Y como las cosas se pusieron bastante complicadas por el derroche que aplicó desde el comienzo, en el ejercicio presupuestal del 2014, se dio reversa, buscando tapar los hoyos abiertos y, mediante despidos de personal vía cancelación de plazas y supuestas “economías” o ahorros, se dejaron de ejercer mil 400 millones de pesos y ante ello el servidor público vuelve a aclarar que es también una violación, porque los recursos ya vienen programados y no se puede disponer de ellos para compromisos de otra naturaleza, aclarando que igualmente, hay responsabilidades.
Pero el escenario es bastante incierto, porque no sólo hay una especie de “lavado de dinero” de las arcas pública de parte de Graco y Elena Cepeda, que mantiene a su gestión sin fondos, sino que la deuda pública y bancaria se disparó como nunca había pasado.
Y recuerda que a la llegada, esta administración recibió un compromiso de deuda de tres mil 600 millones de pesos, de los cuales, mil 600 eran deuda ante bancos, el resto eran pasivos diversos, sobre todo con proveedores, pero actualmente, asciende a los ocho mil 300 millones de pesos, de los cuales, cuatro mil 490 son deuda bancaria o pública, es decir -precisa nuestra fuente- en sólo tres años, Ramírez Garrido y familia endeudaron a Morelos en un 280 por ciento.
Reiteramos, en números redondos, la deuda inició con mil 600 millones y la subió a cuatro mil 500 y en lo que corresponde a deudas con proveedores, arrancó con dos mil millones y hoy anda arriba de los tres mil 900, un 100 por ciento más que hace tres años.
Pero insistimos, si lo anterior se estuviera reflejando en una evolución gradual de la entidad, particularmente en materia de infraestructura, igual y podía justificarse, pero el caso es que no sólo no estamos creciendo, sino que el estado viene en reversa en el rubro que usted quiera analizar. Con cifras reales, no maquilladas como las que maneja el mismo régimen, se encontrará sobre todo con que los niveles de empobrecimiento son bastante graves.
ASPIRANTES EN MOVIMIENTO
Y en el tema político electoral, con motivo del Día de las Madres, partidos y aspirantes, sobre todo a la gubernatura, mostraron un activismo interesante. Como siempre, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuyo dirigente es el hijastro del gobernador Graco Ramírez Garrido mostró que desde palacio le alimentan de recursos a fin de intentar evitar el colapso. Desarrollo diversos eventos en busca de la reconciliación. En contraparte y asediado por el Impepac -que le viene aplicando sendas multas a fin de inmovilizarlo- el Revolucionario Institucional (PRI) mostró escasa actividad.
Claro, eso no significa que algunas de sus figuras no se movieran por su cuenta.
Pero en todas las trincheras hubo acciones a fin de ganar terreno rumbo a la candidatura por la gubernatura de Morelos en el 2018 y en ese tenor, quien sigue abriendo brecha, es el panista y también legislador federal, Javier Bolaños Aguilar, sobre todo en la capital del estado.
Los amarillos, a excepción del dirigente Gayosso, aparecieron muy poco, quien más se mueve es el senador Fidel Demédicis Hidalgo, de quien el tabasqueño no quiere saber nada, pues calcula que de ser candidato y llegar a ganar, lo primero que haría sería meterlo a la cárcel, con todo y pareja e hijastro, por el robo abierto que vienen haciendo en el gobierno.
Y el que empieza a aparecer con mayor continuidad a medida que avanzamos hacia el 2018 es el otro senador, Rabindranath Salazar Solorio, que intenta montarse en la plataforma del Movimiento de Regeneración nacional (Morena), para buscar la gubernatura. Tampoco éste es bien visto en palacio. Faltaba más, ahora viene por el lado de las huestes de Andrés Manuel López Obrador, a quien Graco ha traicionado en reiteradas ocasiones y lo menos que desea es que llegara a sustituirlo, porque también lo pondría tras las rejas.
La dinámica de aquellos que irán por la candidatura de la primera magistratura estatal es cada vez más intensa, empiezan a pelear el territorio y a medir fuerzas. Por ahí hay que empezar a medir el alcance de cada uno a fin de valorar sus posibilidades reales.