El objetivo sigue siendo cómo reducir gasto corriente en el entendido de que el techo presupuestal no dará para excesos y si las cosas se dan como se advierte, necesariamente vienen acompañadas de reducción de personal, una acción ciertamente dolorosa, porque se le pega al empleo desde las mismas instancias oficiales, responsables de inducir políticas públicas a fin de combatir el desempleo que le pega fundamentalmente a las nuevas generaciones.
Y ¿por dónde iría la cosa?, pues por lo pronto se anticipa que la Secretaría de Turismo descenderá a subsecretaría y será dependiente de la Secretaría de Economía, a cargo de Juan Carlos Salgado Ponce. Ahora bien, aquí se deberá ver quién se queda como secretario, porque igual, tanto la actual titular de turismo Mónica Reyes Fuchs, así como su compañero de gabinete intentarán quedarse a la cabeza.
Pero en el mismo sentido se afirma que va la Secretaría de Comunicación, bajo el mando de Jorge López Flores, y que volverá a convertirse en coordinación general de Comunicación Social, como siempre lo fue y directamente dependiente de la gubernatura. Ya lo decíamos, la finalidad es ajustar a la baja el costo de la nómina, por eso consideramos que con ello se tendrá que prescindir de un porcentaje de la planta laboral, de otra manera no tendría sentido alguno y como no se puede tocar a sindicalizados, entonces tocará a los empleados de confianza.
Pero las cosas no pararían ahí, igual destino podrían correr dependencias adicionales, para que el ahorro sea significativo y se refleje en acciones de gobierno hacia la población, a fin de compensar en parte, la suspensión de muchos programas federales en beneficio de las entidades. Ya ve que sólo en lo que se refiere al sector campesino, se advierte de unos 100 rubros menos, debido a la tendencia a la baja de ingresos de la Federación.
Como que comienzan a apreciarse ciertas señales positivas, algunos repuntes del peso frente al dólar, o de mínimas alzas del petróleo en los mercados internacionales, pero nada es seguro. La realidad hoy es que la vamos a sufrir el año próximo. Aunque claro, este 2015 tampoco fue de bonanza que digamos, sólo la clase política se la lleva campechana, los sectores empresarial, comercial y de prestación de servicios la vienen padeciendo hace ya algunos años.
Las cosas más o menos estaban regulares del 2009 hacia atrás, a partir de ahí, los escenarios sufrieron trastornos significativos, pero pudieran ser más drásticos en lo sucesivo y ahora le pega a los tres niveles de gobierno, que como en el mercado, le pasan la factura a los gobernados, simplemente la inversión y obra pública será todavía más escasa, porque en el presente tampoco fue abundante.
De ahí pues que la administración estatal venga tomando precauciones con dichas medidas, pero a los alcaldes que tomarán protesta el primero de enero seguramente no advierten de lo que les espera, porque los que entregan, mal que bien, ya la hicieron, por eso algunos electos andan apurados presionando a los actuales para que les dejen la casa lo más limpia que se pueda.
CLAMAN CAMPESINOS MÁS APOYO
Y a propósito de la insuficiencia presupuestal, las quejas y presiones aparecen por todas partes, ayer cientos de cañeros y campesinos procedentes de las zonas sur y poniente del estado llegaron al Congreso local para exigirle a los diputados más fondos de apoyo a la producción, porque en medio de un temporal de lluvia inconsistente y plagas que vienen dañando cultivos como el sorgo, les va como en feria.
Por lo menos a nivel de discurso en tribuna, prácticamente todos los diputados se manifestaron a favor, sin embargo, “del dicho al hecho…”, veremos qué pasa en la práctica, porque tampoco los legisladores son magos, simplemente no hay dinero para resolver los reclamos de todos los que se quejan, no obstante, tienen la facultad para modificar la Ley de Ingresos y Egresos enviada por el Poder Ejecutivo y por ahí pudieran orientarle al campo aunque sea algo.
Pero es un dilema, porque, reiteramos, hay una cantidad equis a distribuir en todos los rubros, si le quitan a unos para darles o otros también será injusto, la cobija dejaría en la intemperie a los afectados, que igual podrían levantar la voz y salir a las calles a protestar. Eso sí, es cuestión de voluntad, es decir la burocracia municipal, estatal y federal sigue siendo obesa, qué decir de los ingresos de funcionarios y representantes populares, son infinitos comparados con los del obrero o cualquier otro trabajador, ahí se le podría pegar para compensar otros espacios.
Y además la corrupción sigue representando en este estado, el país y los municipios montos monumentales, si se le lograra reducir el índice a tan añejo cáncer, otro gallo nos cantaría, pero como esos son sueños guajiros, mejor habrá que pensar en cosas posibles, que puede ser eliminación de instancias oficiales, porque pretender sacrificarle los beneficios y privilegios a los que gobiernan, es asunto más que imposible, ¿no lo considera usted así?
Lo único que le queda a los sectores, es acudir a los espacios donde se toman las decisiones a fin de hacerse escuchar, así sea a gritos e insultos, porque además si se viene con buenos modales, nadie les hará caso. Está probado que la única manera de lograr alguna respuesta, es pateando la puerta de las oficinas y despachos de los “servidores públicos”, concepto al que ya no le vemos razón de ser, porque hace rato que se perdió la vocación de servicio.