Conforme a los datos, estaría dejando su posición a mediados de la semana entrante, aunque ya conoce del asunto, porque se le a notificado, de tal manera que debe estar preparando sus maletas, no hay mañana después de esa decisión.
Ya en algunos círculos que saben de la determinación han comenzado a advertir que se entrará en una muy fuerte rebatinga, porque por lo menos, los priistas desde el Congreso local intentarán meter mano y rescatar algunos lugares para su causa, pero en esta controversia, es el gobierno de Marco Adame Castillo el que gana el proceso.
Hay que recordar que al finalizar la legislación anterior, aún dominada por la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN), había diversos magistrados del Poder Judicial por ser sustituidos desde el Congreso, a juicio por lo menos de Ricardo Rosas Pérez se indujo a cinco personajes identificados con este partido para que ocuparan las posiciones. Julio Ernesto Pérez Soria fue asimismo nombrado como el representante del legislativo ante el Tribunal, pero por estar igualmente identificado con el panismo, nunca le permitieron tomar cargo, porque ya tocó a la actual legislación este proceso.
En lo que corresponde a Ricardo Rosas, interpuso una controversia constitucional ante la Suprema Corte en contra de la asunción de los cinco electos, por ello es que de 15 magistrados que componen el Poder Judicial, sólo están en funciones 10, los otros siguen esperando la resolución de la corte en ese escabroso tema.
Pero por diversas irregularidades, el Ejecutivo, a través de la Consejería Jurídica, también le antepone una controversia en contra de su permanencia al frente de ese poder.
El aún magistrado presidente se defendió con todo y aguantó mucho tiempo, se consideraba que no llegaría con vida al pasado 17 de mayo, fecha en que cumplía un periodo más como tal, sin embargo, hasta logró momentáneamente reelegirse a pesar de que la votación terminó en empate, cinco contra cinco, pero aplicó un recurso hábilmente previsto y articulado para una situación como ésta, que como titular de ese poder, su sufragio era de calidad, es decir, valía doble y de esa manera continuó adelante, a pesar de fuertes críticas de conocedores del derecho que estiman que de manera ilegítima conservó la Presidencia.
Pero ya ve usted que este tipo de controversias en los tribunales se vuelven casi eternas, la SCJN se llevó algunos años para poder resolver en definitiva, sin embargo, no hay plazo que no se cumpla y esto se encuentra decidido, Ricardo Rosas Pérez dejará el mandato al ser vencido por la vía legal.
Lo menos que va a ocurrir, es que desde el Congreso, los opositores al PAN tratarán de negociar la elección de un magistrado presidente neutro, es decir, alguien que no sirva a los intereses de ningún partido de manera abierta y esto seguramente traerá como consecuencia una lucha coyuntural.
Sí existe el riesgo de que el tribunal pierda la autonomía respecto al gobierno estatal, de los 10 magistrados en funciones por lo menos cinco son de tendencia azul, de ahí el empate en la elección reciente.
Con Rosas Pérez el único conveniente que había era que por sus fuertes diferencias con Palacio de Gobierno, ejerció cabalmente esa autonomía, aunque en muchas ocasiones cayendo en el abuso, acción que venía siendo condenada por muchos abogados que pedían su salida.
Dadas las condiciones en las que deja la Presidencia, lo mejor para Rosas es que salga de manera definitiva del Poder Judicial, porque se supone que tiene la opción de mantenerse como simple magistrado, pero sería un tanto indigno continuar luego de que es prácticamente echado por la vía institucional.
Bajo estas circunstancias lo mejor habría sido que dejara la estafeta en alguien más el pasado 17 de abril, pero también perdió el piso, se engolosinó y luchó con todo por prolongarse en el ejercicio del poder. Lo menos que hoy se dice es que ese poder no está integrado, porque sólo se compone de sus dos terceras partes, faltan cinco de 15.