Como parte de su estrategia para generar presión, ya anunciaron una “mega marcha” para la próxima semana, para lo cual recurren al acarreo de contingentes de otros estados del centro del país y desde luego salen todos los días a bloquear por algunos minutos el acceso vehicular, sin el mínimo respeto al derecho de los demás.
En lo que corresponde a sus demandas no hay límites, reclaman servicios diversos como drenaje, agua potable, alumbrado, escuelas, becas, apoyo para construcción de vivienda y por supuesto terrenos para instalar más familias, a pesar de que cuentan con espacios otorgados en algunos puntos del estado, como en Xochitepec, Emiliano Zapata o Ayala. Pues ahora exigen otro asentamiento, además de la matriculación de una escuela preparatoria.
Es decir el gobierno tiene la responsabilidad, según ellos, de mantenerlos de pies a cabeza, porque “son pobres”, algo bastante contradictorio porque los cabecillas ofrecen ruedas de prensa en restaurantes de primera línea en la capital y se dan el lujo de invitar a desayunar a decenas de compañeros del medio informativo, ¿cómo le hacen?, porque difícilmente usted y yo podemos darnos el gusto de consumir en algunos de esos sitios, donde unos huevos revueltos cuestan 100 pesos.
Hasta ahora el gobierno estatal ha resistido la crítica, presión y asedio, hasta donde sabemos no tiene considerado, por el momento, ceder a sus pretensiones, pero la realidad es que ya son factor de crítica de quienes desarrollan actividades de manera permanente en esta parte céntrica de la ciudad.
El problema es que si seden una vez, lo tendrá que hacer siempre y de no ser así la reacción será la misma: gritos, insultos, vituperios y jamás se darán por satisfechos. Todavía recordamos que cuando Jorge Morales Barud fungía como gobernador les entregó un predio en Ocotepec, a la altura de la colonia Antonio Barona. Apenas se posesionaron y comenzaron a vender, cuando los lugareños se dieron cuenta de que sólo lo utilizan como negocio, los corrieron de ahí, con ellos no pudieron.
Marco Adame Castillo los llevó a Alpuyeca, en el municipio de Xochitepec, les entregó 300 lotes, con la complicidad de algunos seudo líderes de la comunidad como Juan Arañegui Cosme, hoy continúan pidiendo que les den todo tipo de servicios y apoyos, es una historia sin fin. De tal manera que lo mejor que puede hacer el gobernador, es dejarlos ahí, aunque sigan haciendo de las suyas.
Incluso obligan a las autoridades a comisionar decenas de elementos de seguridad pública, a fin de resguardar el inmueble gubernamental ante la posibilidad que intenten tomar esas instalaciones para presionar con mayor fuerza, cuando deberían estar ofreciendo seguridad a la población.
ATAQUE
Y en lo que toca al presunto ataque a balazos que sufriera el candidato del Partido Social Demócrata (PSD) a la alcaldía de Emiliano Zapata, Mauricio Lara, afortunadamente no pasó a mayores. Es decir tanto él, como un escolta que lo acompañaba, lograron salvar el pellejo, sin embargo esto debe encender los “focos rojos” y alertar a los responsables de mantener el orden y garantizar un proceso electoral en calma porque las cosas se pueden descomponer.
Como siempre, en casos como éste, las autoridades no tienen indicios de quienes pudieron ser los responsables de tal atentado y cuáles fueron los motivos que los animaron. Sin embargo, el territorio en el que se registró el suceso pareciera estar en manos de grupos del crimen organizado.
En un medio de información nacional, luego de relatar los acontecimientos, se recuerda que “Emiliano Zapata es un municipio dominado por algunos grupos criminales como Guerreros Unidos”, y recuerda que “la candidata del Partido de la Revolución Democrática a la comuna Cristina Ríos, tiene averiguaciones ante la Procuraduría General de la República (PGR) por presunciones de relación con la delincuencia”.
Desde hace rato un considerable número de candidatos a cargos de elección popular han venido alertando respecto a un clima poco propicio para desarrollar sus actividades de campaña, a decir de dos o tres, ya han sido víctimas de amenazas hasta de muerte, por ello reclaman se les proporcione seguridad personal.
A ello se le ha dado una respuesta poco expedita, generalmente se les exige que primero presenten las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General de Justicia o las dependencias federales de competencia en la materia para que se considere como oficial y serio el suceso.
La cosa es que ya estamos llegando a extremos, tampoco se puede esperar a que se den las primeras víctimas para poder tomar cartas en el asunto, habrá que tapar el hoyo antes de que el niño se ahogue, ¿no le parece? Y lo ocurrido ya casi en los primeros minutos de ayer 15 de abril, es como para que las instancias gubernamentales se pongan las pilas.
Se había especulado que el vehículo en el que viajaba Mauricio Lara no estaba blindado, se antoja que sí, por ello los cinco impactos de bala que recibió la unidad no lograron el perverso objetivo: eliminar al aspirante y a su acompañante, pero hay que hacer algo.
El compromiso oficial respecto al proceso electoral, ha sido en el sentido de que se evitará que la maña meta las manos, por eso aquello de exámenes y una serie de requisitos a fin de poder aceptar candidaturas en la mayoría de los partidos políticos, se nos antoja que sólo es materia de discursos, existen motivos para pensar que más de un maloso se coló a la contienda.