Pero en Morelos ocurría lo mismo, Acción Nacional daba el golpe al priismo, que terminaba esa larga etapa de dominio, luego de un frustrado sexenio que iniciara Jorge Carrillo Olea y concluiría Jorge Arturo García Rubí, pero con Sergio Estrada Cajigal al frente los panistas se instalaron en Palacio de Gobierno.
Éste venía de ser alcalde capitalino, una gestión que la mayoría de sus gobernados calificó positivamente, de ahí que le dieran la oportunidad de ser el primer gobernante opositor al tricolor en la entidad, ya con serias dificultades lograron mantener la administración estatal con Marco Antonio Adame Castillo, que con tres o cuatro puntos superó a su adversario más cercano Fernando Martínez Cué –hoy síndico capitalino- que fue el candidato del frente opositor de izquierda. Sin embargo, el oxígeno ya no les alcanzó para refrendar la victoria en la justa del 2012, cediendo el paso ahora a la izquierda perredista, con el apoyo de algunos aliados.
Pero antes de conquistar la entidad, los azules se posesionaron del ayuntamiento de Cuernavaca en 1997, precisamente con Estrada Cajigal, aunque la perdieron antes que la gubernatura, en el 2009, a manos del priista Manuel Martínez Garrigós, quien a su vez le entregó al actual edil Jorge Morales Barud.
El panismo sentó sus reales en la capital del Estado, pudieron, con base en esta plataforma, proyectarse hacia la gubernatura, alcanzaron el sueño, pero no hicieron las cosas del todo bien y sucumbieron en el 2012. Hoy, buscan retomar la senda precisamente recuperando este territorio, no obstante, parecieran estar bastante lejanos y menos con un candidato de escasos alcances, que no deja ser parte de la denominada “Sagrada Familia”.
Sí, su abanderado, el diputado federal Luis Miguel Ramírez Romero es parte de ese pequeño núcleo de personajes que han usado al PAN como si fuera un patrimonio propio, esa será una primera desventaja que enfrentará el candidato, pero además tampoco cuenta con un historial que le recomiende como el próximo alcalde bajo las actuales circunstancias, fue, antes de ser legislador federal, diputado local, pero sin acciones significativas; por el contrario, se mencionan actitudes desafortunadas con algunos de quienes tuvieron que tratar con él, cuando estuvo en la junta política y de gobierno solía ser implacable con los subalternos.
Y mire que no obstante las adversidades, Acción Nacional tiene en esta capital sus mayores activos, pero las mediciones adelantadas parecieran no favorecerles, volvieron al tamaño que tuvieron hasta antes del 2000, una institución con dos o tres alcaldías, dos o tres legislaturas locales y por lo que se pronostica, la que viene no será distinto y precisamente porque Ramírez Romero no era el mejor cuadro, habría sido más rentable un Javier Bolaños Aguilar, porque tiene un discurso más incisivo, pero aquello continúa siendo un asunto de familia y eran los dueños del partido los que iban a decidir, lo hicieron a favor de un integrante de la familia, faltaba más.
Ya vemos las reacciones de algunos otros cuadros distinguidos, acusan a la dirigencia estatal de pretender escamotearle espacios en la búsqueda de diputaciones federales por la vía plurinominal a aquellos que sacaron las más altas votaciones, para beneficiar a Emma Margarita Alemán, cuñada del ex gobernador Marco Adame Castillo, es la jugada de siempre, sin el respaldo social quieren seguir colgados del presupuesto público.
MAZARI ESPÍN, DE LO MEJOR DEL PRI
Y en lo que respecta al Partido Revolucionario Institucional (PRI), también hay de todo, tanto que se advierte de impugnaciones y hasta inicio de procesos en contra de algunos que salieron sorteados para buscar un cargo de elección popular. Se menciona por ejemplo que uno de los que pudiera enfrentar problemas, es el aspirante a alcalde en Jiutepec, porque se tiene la misiva en la que en su momento solicitó ser militante de Acción Nacional (PAN).
Pero también en Temixco hay algunos que mueven las aguas para hacerle la vida pesada al candidato tricolor por el distrito que corresponde a esta localidad con Emiliano Zapata, sí, no comparten que el abanderado sea César Cruz Ortiz y le andan buscando antecedentes, como aquello de que en su momento le detuvieron un tráiler con mercancía de dudosa procedencia o cuando lo dejaron desnudo en la vía pública, siendo funcionario del Ayuntamiento capitalino en el trienio de Manuel Martínez Garrigós. Es decir, hay algunos granos negros en el arroz y candidaturas bastante débiles y cuestionables, aunque también se aprecia fortaleza y rentabilidad electoral en otros espacios, uno de ellos, sin duda, en el caso del distrito federal cuatro con la candidatura de Rosalina Mazari Espín.
Ahí los priistas consideran anticipadamente que tienen un lugar ganado, por el trabajo y liderazgo que ha alcanzado la originaria de Puente de Ixtla, quien se desempeña hoy como legisladora local, aunque ya fue diputada federal hace apenas unos dos trienios.
Aún después de haber dejado el Congreso de la Unión, fue quien logró, mediante contactos logrados en las ligas superiores de la política, los recursos para la construcción del distribuidor vial que está en la entrada a Puente de Ixtla. Todavía recordamos que el ex gobernador Marco Adame hizo lo que pudo para sabotear la inversión, sólo porque no la había gestionado él. E incluso, cuando la fue a inaugurar –y a cuyo acto no invitó a la principal actora- debió hacerlo casi a salto de mata, con protección policiaca, porque la gente de ese municipio consideró ofensivo que se luciera con algo que no era suyo y es por ese tipo de acciones que Rosalina es querida en esta zona.