Un medio de información nacional publicó información en la que intenta implicar a diputados locales priistas y panistas en actividades ilegales, para los aludidos, entre ellos Javier Bolaños Aguilar del Partido Acción Nacional, Matías Nazario Morales, Juan Carlos Rivera Hernández y Rosalina Mazari Espín del Revolucionario Institucional (PRI), esta fue una calumnia impulsada desde el Ejecutivo.
Verdad o no, lo cierto es que el asunto ha vuelto a calentar los ánimos entre los dos poderes y la confrontación es evidente, porque además se cuidó mucho de mencionar a algunos “representantes populares” que sí han sido objeto de sendos señalamientos por ligas con la delincuencia organizada, para darle mayor credibilidad a la información.
Lo anterior, forma parte ya del ambiente que vamos a presenciar en la contienda electoral del año entrante, quien diga que no, pretendería abusar de nuestra inteligencia, sin embargo, si ésta será la dinámica, vamos a ver a un estado inmerso en una lucha de muy bajo nivel, discursos orientados a destruir a los adversarios políticos en lugar de hacer hincapié en la propuesta y la oferta electoral.
Podemos llegar a un entrampamiento muy riesgoso, porque Morelos continúa acumulando rezago, marginación y ausencia de empleo, inversiones y oportunidades en general para su pueblo. La lucha descarnada por las posiciones a disputar en la elección que viene, sólo nos llevará a mayor complicación, no es la vía por la que hay que transitar.
Desde luego que la reacción de los aludidos fue inmediata, ello obligó a una especie de corrección, deslindándolos de presuntas responsabilidades. Sin embargo, el golpe estaba dado y este pudiera ser el gran problema, porque será casi imposible para los electores distinguir entre un señalamiento político y un legal, es decir ya en medio de la confusión, no se podrá tener claro cuándo se trata de una calumnia con la finalidad de vencer al adversario en las urnas y cuándo se corre el riesgo de elegir a un delincuente en potencia.
Son los actores políticos los que pervierten todo y generan las condiciones para que los mañosos puedan hacer de las suyas, si no se procede con seriedad y responsabilidad, vamos a continuar inmersos en el lodo, por eso consideramos condenable todo señalamiento que no esté sustentado y sólo intente aprovecharse de la ausencia de pericia de la ciudadanía para generar daño.
Alcanzar el noble propósito de corregir el rumbo institucional requiere de muchas cosas, la más importante, saber elegir a los responsables de las mismas a través de la integración de los poderes públicos, pero esto no se logra con campañas negras, ni calumnias.
La mayor oportunidad, que como ciudadanos tenemos para mejorar la eficiencia de las estructuras gubernamentales son las elecciones, sin embargo tendremos que reconocerlo, no hemos sabido orientar el voto a los mejores cuadros, generalmente llegan aquellos que reparten más despensas, dinero y tienen más mañas para engañar a la ciudadanía con discursos demagógicos y hasta fuera de la realidad en la que vivimos.
Las negras experiencias que estamos viviendo, nos tendrían que servir de ejemplo para poner más cuidad. Quienes llegaron al exceso de cometer la barbarie en Iguala, Guerrero, fueron, entre otros, políticos elegidos por el voto popular. ¿Qué dirán hoy aquellos que sufragaron por José Luis Abarca para alcalde?, seguramente están arrepentidos, pero eso podría seguir ocurriendo si nos dejamos llevar por cuestiones intrascendentes.
Generalmente, aquellos que basan sus campañas políticas en agresiones a los adversarios, es porque carecen de visión y talento para llegar con proyectos y propuestas para solucionar nuestras necesidades. Para acabar pronto, pudieran ser los violentos, los que están en complicidad con la delincuencia y quienes nos sigan hundiendo y de una cosa estamos seguros, como sociedad no nos conviene ese camino.
Lamentablemente hace ya algunos años que se aprecia una pobreza extrema de políticos de altura y calidad, sobre todo moral. En la mayoría de los casos los electores se enfrentan a la disyuntiva de tener que sufragar por el menos malo, porque todas las ofertas son bastante pobres, pareciera que los partidos impulsan a los candidatos menos adecuados.
Hoy, ya muy cerca del proceso electoral 2015, tampoco vemos aspirantes que signifiquen la diferencia, todo pareciera más de lo mismo, personajes de añejos ayeres, figuras que ya han dado muestras de sus limitados alcances y que además han pasado casi por todas las siglas, ayer por el PRI, hoy por el PAN, mañana por el PRD, cosa que además da fe de la inconsistencia ideológica y de que lo único que les interesa es seguir viviendo del erario público.
Ya lo verá usted, incluyendo al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se va a topar con que algunos vienen de todos los institutos arriba señalados, donde exhibieron sus mañas, pero de pronto se dicen democráticos, justos y renovados, y lo más grave es que les llegamos a creer y los apoyamos para que sigan engordando la cartera, mientras el pueblo sigue inmerso en la miseria y el abandono en todos los sentidos.
Lo único real es que llevamos largo tiempo con una economía entrampada, no hay inversiones en los municipios ni a nivel estatal, sólo algunos proyectos con dinero de la Federación porque el presupuesto no alcanza, pero nos vamos a gastar fortunas en el proceso electoral cientos de millones de pesosa nivel estado, pero que bien podrían ser invertidos en cosas sustanciales o por lo menos de mayor beneficio para todos. Es decir, si estamos mal, podríamos seguir peor por el año electoral, por ahí va la cosa.