Algunas opiniones oficiales intentaron minimizar la concurrencia, hablando de dos o tres mil muchachos, la verdad es que fueron prácticamente todos los universitarios, se llegó a estimar en más de 20 mil el largo contingente que marchó desde el campus de Chamilpa hasta Plaza de Armas del centro de la ciudad.
Pero además, la actitud con la que se les vio daba fe del malestar que traen, sobre todo porque luego de tantos días transcurridos, tras el abominable secuestro de los normalistas, todavía no se ofrece una información precisa sobre su destino, pero hay señales desafortunadas que indican que los pudieron sacrificar inhumanamente.
A nosotros no nos tocó vivir de cerca aquella masacre del 2 de octubre de 1968, no podemos dar testimonio directo de la expresión y reacción de los estudiantes de esa época, pero lo que en el transcurso del tiempo pudimos entender y saber, es que desde todos los puntos de la república se escucharon las voces de condena a los responsables y hoy parece que estamos en un escenario algo parecido, con las proporciones guardadas de cada caso.
Lo increíble es que más allá de dos o tres detenidos por presunción de coparticipación en el caso Ayotzinapa, políticamente no ha pasado nada, el alcalde José Luis Abarca y su esposa, considerados los autores intelectuales por sus complicidades con la delincuencia organizada, por los motivos que usted quiera, siguen libres; el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, continúa en el cargo, con el respaldo del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a nivel de dirigencia nacional y las investigaciones no se dan a conocer, más bien colateralmente se tienen datos más cercanos respecto a lo que pudo ocurrirle a los estudiantes.
Se advierte que las instituciones competentes en la investigación de los hechos deben tener ya la película completa de lo ocurrido, porque han atrapado a policías que intervinieron en la retención de los muchachos, pero además en algunos noticieros nacionales se han dado versiones que lamentablemente parecieran indicar que ya no hay nada que hacer por ellos.
¿Cuál es la estrategia oficial sobre el caso?, no se puede dejar de sospechar que por encima del esfuerzo orientado a lograr la verdad absoluta al respecto, el conflicto da para muchas otras cosas, la más visible, de rentabilidad político-electoral, en aquellos años del tema 1968, los que sacaron raja fueron los opositores al gobierno en turno, es decir dos que tres actores de esos tiempos lograron incluso escalar posiciones políticas y de ejercicio del poder público con base en los movimientos de protesta y de señalamiento al proceder oficial.
Curiosamente, ésos son ahora los que se encuentran contra la pared, sectores autoconsiderados de izquierda que enfrentan en este momento el repudio colectivo por sus abominables omisiones, parte de la oposición aglutinada en un Partido de la Revolución Democrática que no encuentra la manera de justificar lo que ha permitido uno de sus gobiernos, como es el caso de Guerrero con Ángel Aguirre al frente.
El presidente del CEN del PRD, Carlos Navarrete Ruiz, un político que gusta de las entrevistas, sobre todo televisivas, porque le encantan los reflectores, se ha quedado sin palabras, ha insistido ante los medios que lo cuestionan sobre el tema que “no hay nada que decir”, cosa que sólo confirma que no tiene argumento alguno para defender lo indefendible.
Es decir, con el retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República, se les presentó la oportunidad ideal para cobrar venganza de ofensas que todavía recibían, incluso por nuevas generaciones, de los sucesos de Tlaltelolco. Como que se le ha querido dar todo el tiempo a Ayotzinapa, para que quede igualmente registrado como una barbarie que electoralmente va a tener consecuencias.
Pero los jóvenes de la UAEM mostraron el nivel de enojo que existe en el sector estudiantil de todo el territorio nacional y muy en particular vemos un poder de convocatoria creciente de parte del rector Vera Jiménez, porque literalmente vació la universidad, se trajo a todos y en un breve discurso les sugirió no votar en el proceso electoral del 2015, considerando que ninguno de los partidos o quienes contiendan bajo sus siglas, son merecedores del apoyo juvenil, por permitir que las cosas estén llegando a extremos de incapacidad institucional ante la barbarie, el desempleo, la delincuencia y el abandono.
Habló de la complicidad de los gobiernos, en sus tres niveles, estimó necesario crear un vacío en las urnas a manera de lección para intentar corregir las actitudes de quienes nos gobiernan y están permitiendo que el país se hunda en el peor de los escenarios.
Bien por el rector hasta ahora, ante la pasividad de los poderes, que parecieran caminar en penosa armonía de complicidades, permitiéndolo todo, él ha podido mostrar la diferencia. Y este 29 de los corrientes cerrará con un evento no menos trascendental y sobre todo lastimoso para las instancias gubernamentales, la presentación del “Atlas de la violencia e inseguridad en Morelos”, que promete ofrecer estadísticas reales de lo que en inseguridad ha venido ocurriendo en territorio local.
Muy activo Vera Jiménez, pocos rectores han tenido esta tendencia, la absoluta mayoría terminan inclinando la cabeza frente al poder central, el gobierno estatal, con las evidentes recompensas, claro, pero aquí vemos una actitud contraria y muy comprometida, no sólo con el interés de los universitarios sino con el de la sociedad en general.
Radiografia del Poder
Muchos en apoyo a Ayotzinapa
Llama rector a no votar
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos volvió a dar muestras de indignación por los sucesos relacionados con la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, con el rector Alejandro Vera Jiménez al frente, miles de estudiantes dejaron las aulas para solidarizarse con el dolor de los familiares de las víctimas, pero más que eso, para advertir que agredir a uno de los suyos es ofenderlos a todos, no importa donde se encuentren, ni en que institución estudien.
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