No obstante los esfuerzos del presidente municipal Jorge Morales Barud por corregir algunos de tantos desperfectos, la cosa sigue en condiciones casi deplorables, pero hay espacios donde pareciera que se ha dado manos libres para aplicar literalmente aquello de “robo en despoblado”, como en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC).
Cuando Morales Barud tomó cargo, este organismo descentralizado, que pareciera estar abusando de esa autonomía, presentaba problemas por todas partes, las deudas ante la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua alcanzaban los 70 u 80 millones de pesos, aspecto que se subsanó en buena medida con la intervención directa del edil.
El argumento ha sido siempre en el sentido de que no hay autosuficiencia económica derivado del incumplimiento del pago por parte de los usuarios, es decir, que enfrentan una enorme cartera vencida.
Sin embargo, hoy día, bajo la dirección de Dante Figueroa Castelar, las cosas se aprecian peor, porque aquello se convirtió en un pastel del que muchos se vienen llevando su rebanada.
Es un secreto a voces que la parcela se encuentra dividida en distintas fracciones, que es la representación del Partido Acción Nacional (PAN) la que controla la más grande. Luego le sigue la del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y por ahí de manera individual, algunos funcionarios y regidores del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Figueroa Castelar o es rehén de las fuerzas políticas representadas en la alcaldía, o buscó cómplices para no verse en dificultades en aquello del desvío de recursos. Lo menos que se afirma es que mensualmente algunos regidores reciben un cheque nada despreciable para convalidar todo tipo de arbitrariedades, mientras la operatividad del organismo está por los suelos.
Seguimos viendo una serie de dificultades para poder garantizar el suministro de agua en buena parte de la ciudad capital. La respuesta seguirá siendo y por mucho tiempo, que falta presupuesto; no hay dinero para atender los reclamos, pero sí para que algunos vivales, en acuerdo con Dante, estén saqueando lo poco que ingresa.
En mucho, el SAPAC ha sido “la caja chica” para el financiamiento de campañas políticas. Se presumió mucho que de allí salieron cuantiosos fondos para apoyar a aspirantes a cargos de elección popular afines al partido político que gobierna en turno la comuna. Es decir, que no es del todo cierto eso de la insuficiencia económica.
El principal conflicto es que, amparándose en el hecho de que tienen autonomía ante el municipio, los “responsables” tienen caja abierta para beneficiarse, sólo que en este momento hablamos de una amplia plantilla y hasta con representación plural, ¿Qué le parece?.
Y al frente del manejo de los dineros, esas pandillas de aventureros han colocado a Manuel Sol, un ex funcionario de la pasada administración de gobierno estatal, que tuvo algunos problemillas siendo Subsecretario en la Secretaría de Finanzas y Planeación, cuyo secretario al final fue Alfredo Jaime de la Torre, hoy preso por presuntos malos manejos y fraude.
Bueno, pues algunos se siguen preguntando cómo es que Figueroa Castelar se llevó a Manuel Sol, quien colaboró precisamente con Alfredo Jaime, sometido a proceso; pero debe ser por las mismas razones: hacer negocio entre cuates, no vemos alguna otra razón.
PASA: YA NO HAY CÓMPLICES
En otro tema, Promotora Ambiental de Cuernavaca, Sociedad Anónima (PASA) parece haber fracasado en su intento de buscar chantajear de nueva cuenta a las autoridades y al propio Congreso local, amenazando con el regreso al control de la recolección de basura en la capital, y hasta solicitando juicio político en contra del alcalde Jorge Morales Barud.
Por lo menos en el recinto legislativo, lo que algunos diputados han señalado es que no encontraron fundamento para poder hacer prosperar la demanda y por lo tanto, la declararon improcedente. Para acabar pronto, los empresarios norteños, pro panistas, se quedaron “colgados de la brocha”. No hay muchos cómplices que los ayuden para poder seguir haciendo negocio con los desechos sólidos, y todo indica que tendrán que desistir y regresar por donde llegaron, una puerta falsa.
En el Poder Judicial todavía hay un proceso pendiente, no se ven aún indicios de que se pueda dar un dictamen al respecto, pero lo que se aprecia es que tampoco tienen muchas posibilidades de lograr éxito; lo más prudente es que acepten que los tiempos han cambiado y sus aliados perdieron el control del poder público, municipal, estatal y federal, y que su tiempo se les fue.
¿Recuerda usted que cuando dejaba la alcaldía Adrián Rivera y llegaba Jesús Giles se dio una crisis precisamente en el manejo de la basura? Pues ahora algunos que vivieron de cerca el conflicto, sostienen que fue una estrategia para justificar la contratación de PASA, que de esa manera se logró convencer a la población que lo más adecuado era concesionar la prestación del servicio y ya se tenían amarres con esos empresarios. En adelante sólo fue cuestión de maquillar la entrega del contrato y por cantidades millonarias al mes.
Igual y todavía hay deficiencias en algunas zonas de la ciudad en lo que se refiere a la recolección de los desechos, pero en términos generales, se puede considerar que se está cumpliendo con la prestación de este servicio a los habitantes de Cuernavaca.
No sería prudente entrar en una nueva coyuntura de desestabilización en la materia, pués las experiencias pasadas no han sido nada gratas, ya que bastan dos o tres días sin que se levante la basura y la ciudad se cae.
Por eso es que los mismos empresarios deben aceptar que tuvieron su oportunidad, hicieron de las suyas, porque así fue, pero entramos a condiciones distintas a partir del arribo de Manuel Martínez Garrigós como alcalde en 2012, quien permitió la entrada a nuevos actores y se acabó.