¿Y lo relacionado a Diego Fernández de Cevallos es real u otra jugada?, la realidad es que difícilmente podemos asegurar si se trata efectivamente de una desaparición, secuestro o jugada estratégica para conseguir algún objetivo predeterminado.
Éste es el mundo que vivimos, el ambiente que nos rodea desde buen tiempo atrás y que sólo abona en confusiones y distractores que de ninguna manera llevan el objetivo de mejorar las condiciones socio-económicas que nos rodean y por lo visto en nuestro entorno cercano se busca más o menos empujar a ese mismo planteamiento.
Hacemos referencia a este punto, porque tenemos datos en el sentido de que se instruye a los funcionarios del gabinete, a través de sus enlaces de prensa, a que en la medida de las posibilidades eviten responder a temas concretos o conflictos coyunturales y que busquen la forma de desviar los comentarios al terreno que a ellos más les convenga.
Es decir, que no contesten lo que se les pregunta y eso sólo pudiera buscar abundar en la confusión colectiva. Sinceramente no tienen porqué hacer esto, porque buena parte de los que conforman el equipo de trabajo de primero y segundo nivel distan mucho de estar a la altura de las circunstancias.
Es muy difícil que el reportero logre una buena nota, porque algunos no conocen cabalmente el ámbito de sus responsabilidades y son evasivos, no porque ya los hubieran aconsejado, sino porque no saben.
En otros casos, el escaso dinamismo en que han metido a sus respectivas dependencias hace que no transcurra algo nuevo durante medio año o más, de tal manera que no hay nada interesante que informar.
¿A qué obedece lo anterior? Es muy extraño. A lo mejor a alguna ocurrencia de alguien. Pero la verdad es que eso de ninguna manera ayudará a la propia imagen de los funcionarios, lo mejor será dar la cara siempre en cualquiera de los escenarios y conflictos que se presenten, desde nuestro punto de vista como seres humanos pueden equivocarse y cometer errores, la aceptación es el primer signo de madurez y de que se puede corregir el camino.
Aplicar la táctica del avestruz, esconder la cabeza en el lodo, no consideramos que sea algo funcional, sin embargo, cada cabeza es un mundo y hay quienes estiman lo contrario.
Ojalá se trate de algo coyuntural y no abundemos en más medidas de distracción, que reiteramos, parecen estar de moda en el contexto nacional, pero que algunos medios informativos las reproducen y multiplican de manera exagerada.
Generar las famosas cortinas de humo ha sido una medida añeja, practicada hace décadas. Consiste en la ponderación de un tema en especial, al que se le da una relevancia e importancia que no tiene, con el propósito de atraer la atención colectiva para que pase por alto asuntos de mucha trascendencia que pueden ser económicos, políticos o sociales.
En buena parte de los casos se trata de que las autoridades competentes ganen terreno y tiempo en la búsqueda de soluciones a ese problema, evitando las reacciones o protestas públicas.
A las autoridades les ha dado resultado, cuando se presenta alguna coyuntura de inestabilidad económica, una escalada de precios, suele ser aconsejable aplicar los distractores, para cuando los afectados se dan cuenta, ya no hay nada que hacer y las decisiones están consumadas.
Sin embargo, todo lo anterior abunda en la desinformación de las mayorías y en lugar de darles los elementos correctos para la toma de decisiones acertadas, buscan su confusión, pero desde una óptica política lo que buscan es mantener el control popular a costa de lo que sea.
No se necesita un gran esfuerzo para lograr esos objetivos, porque un altísimo porcentaje social no se informa, lee muy poco y a través de los medios electrónicos se les puede manejar.